Resumen

La pandemia causada por el COVID-19 ha llevado a tomar diversas medidas que puedan reducir la probabilidad de contagio; sin embargo, e independientemente de su efectividad, se han visto afectados varios sectores sociales y económicos, como el turístico. Esto ha sido particularmente complicado en poblaciones cuya principal actividad económica es el turismo.


Este artículo pretende develar las implicaciones que han tenido las restricciones al turismo en un “pueblo mágico” de México, cuya población es principalmente originaria (masewal) y presenta altos niveles de marginación socioeconómica. A través de una metodología etnográfica basada en entrevistas no estructuradas, observación participante y observación natural, se evaluó la eficiencia e impacto de las decisiones tomadas por el ayuntamiento municipal para evitar los contagios por COVID-19 en Cuetzalan del Progreso.


Los resultados muestran que las medidas no se cumplieron completamente debido a que las decisiones no se tomaron con la participación de los habitantes ni se tuvieron en consideración sus carencias económicas y su alta dependencia del turismo como medio de subsistencia. Por otro lado, las restricciones afectaron principalmente la economía de las personas más pobres, quienes dependen de sus labores diarias para obtener ingresos. A pesar de la situación, el municipio de Cuetzalan del Progreso se caracteriza por su resiliencia territorial, lo que se reflejó en el diseño de estrategias comunitarias para el fortalecimiento social.