Resumen

El pensamiento accidental ha sido históricamente un instrumente un instrumento de legitimación, naturalización y perpetuación de las relaciones desiguales de poder entre hombre y mujeres. Dentro de un contexto patriarcal, la llamada "identidad femenina" suele entenderse a partir de una concepción martirológica del amor, el apego a los estereotipos de belleza y la maternidad; configurándose la culpa en las mujeres a partir del sentirse en incumplimiento ante las expectativas sociales desarrolladas desde la masculinidad dominante. Visto esto, uno de los objetivos de toda terapia psicológica ha de ser el desmonte de los roles estereotipados de género, el desmonte de la masculinidad dominante y el empoderamiento de las mujeres. Igualmente, la incorporación de lo artístico permite recrear la vida, sanar el alma, y re-inventar lo humano con amplio sentido simbólico, así como hacer de las terapias psicológicas procesos también espirituales.