Resumen

Es evidente, que las tendencias intelectuales encaminadas a satisfacer la necesidad de conocimiento sobre nuestro universo mágico -religioso se enfrentan a una tarea esencialmente compleja. El problema central parece consistir en una cierta ambigüedad para calificar a este universo privándole de una definición conceptual que facilite su manejo y posterior individualización Salvo honrosas excepciones (Espín, Orlando, Sj 1984), es muy poco el esfuerzo desplegado en ésta dirección, lo que promueve cierta inconsistencia al delimitar el carácter y naturaleza de nuestro universo mágico-religioso. En otras palabras, hay poco que caracterice y defina la religiosidad popular dominicana A partir de la década de los setenta se advierte una proliferación de estudios especializados acerca del comportamiento religioso popular de nuestro pueblo (Patín, 1974; Rosemberg, 1973; Deive, 1975; Jiménez, 1981; Rodríguez, 1982; Davis, 1987; entre otros) generando una importante tendencia que presenta al "Vudú dominicano" como la expresión más generalizada y representativa de nuestra mágico-religiosidad En las próximas páginas pretendemos puntualizar sobre algunos aspectos de la controversial apreciación y precisar las características específicas y la amplitud del comportamiento religioso popular dominicano, para concluir en una comparación con el universo mágico-religioso haitiano, el reconocido clásicamente como Vudú.