Evaluación de las universidades privadas de América Latina : perspectiva comparativa de la República Dominicana
Issue | Vol. 16 Núm. 1 (1991): Ciencia y Sociedad |
DOI | |
Publicado | mar 1, 1991 |
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Resumen
Se evalúan las experiencias de universidades privadas en América Latina, presentando su crecimiento, sus diferentes metas y los intereses y grupos a que sirven. Este trabajo analiza en qué sentidos, dentro de qué contextos, con qué reservaciones, y para quién, el sector privado ha sido un éxito o no.
Daniel Levy, Higher Education and the State in Latín America: Prívate Challenges to Public Domínance. (Chicago: University of Chicago Press, 1986), especialmente partes de los capítulos 2 y 7. Una versión en español será publicada pronto por Siglo XXI con la UNAM de México, 1991 ó 1992.
Archer (Sage: London, 1982), páginas 93-132. Lectores interesados en un enfoque actual de la educación superior privada internacionalmente podrían consultar mi "Prívate Educación Worldwide," en Burton Clark y Guy Neave, eds, The International Encyclopedia of Higher Education (Pergamon, 1991).
Un trabajo frecuentemente citado que presenta las metas típicas-ideales es José Ortega y Gasset, Mission of the University, traducido por Howard Lee Nostrand (London: Routledge and Kegan Paul, 1963). Para un amplio trabajo internacional que disecta las verdaderas funciones de los sistemas de educación superior, véase Burton R. Clark, The Higher Education System (Berkeley: The University of California Press, 1983).
Para un análisis de algunos casos no de América Latina véase Roger L. Gciger, "Prívate Sectors in Higher Education: Structure, Function, and Charge in Eight Nations," (Ann Arbor: University of Michigan Press, 1986).
Las veinte naciones incorporadas en la Tabla son: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, La República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay, y Venezuela. Las cifras están completamente documentadas y elaboradas en Levy, Higher. La fuente más importante es la OEA y sus varios América en cifras.
Francisco Antonio Polanco Sánchez, "La acreditación como mecanismo alternativo para el mejoramiento de la calidad de la educación superior," ponencia presentada en el Seminario Internacional Sobre Administración Académica. Universidad del Valle, Cali, Colombia, 11-13 septiembre de 1989; CONES, Diagnóstico de la Educación Superior Dominicana (Santo Domingo, 1986), página 185.
Basado en O AS, América en cifras 1972 (Washington, D.C.: O AS, 1974), páginas 201-202. La data bruta en mi Tabla 1 no muestra la variación substancial a través de naciones; en los extremos, sólo Cuba no tienen ahora un sector privado, mientras que la de Brasil es responsable por dos tercios de la matrícula de esa nación.
Jorge Mario García Laguardia, Legislación universitaria de América Latina (Ciudad México: UNAM, 1973), página 89; Consejo Nacional de Universidades (CUN), Matrícula estudiantil (Caracas: CNU, 1978), página 63.
Entre las excepciones estaban Brasil y Haití, donde ninguna universidad emergió en el siglo diecinueve, y Colombia y Guatemala, donde acuerdos preservaron una presencia dual de gobierno e Iglesia en la universidad.
Héctor Félix Bravo, Las universidades privadas y el examen de habilitación para el ejercicio profesional (Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires, no fechado), páginas 4-6.
Entrevista personal con Salvador Romero, ex-Vice-Presidente de la Universidad Católica de Bolivia, Santiago, Chile, 20 de enero de 1982.
Yo no incluyo aquí el Instituto Superior de Agricultura. Fundado en el 1962, su inclusión haría que el sector privado pareciera ser aún más prestigioso. Ha recibido asistencia extranjera extraordinaria (US AID, Ford Foundation, Kellogg Foundation, y así sucesivamente), mantenido su relación íntima con el Ministerio de Agricultura, recibido evaluaciones altas de empleadores, y conduce investigaciones. No es, sin embargo, habitualmente considerada junto con instituciones de enseñanza corrientes. Véase David Hansen, Gustavo Antonini, y John Strasma, Dominican Republic: The Superior Institute of Agriculture; Development of a Prívate Institution of Iligher Agricultura! Education. (Washington, D.C.: AID Project Impact Evaluation #67, 1988).
Eduardo Latorre, Sobre educación superior (Santo Domingo: Instituto Tecnológico de Santo Domingo, 1980). página 48. Véase también Rubén Silié. Educación superior dominicana: Situación y perspectiva (Santo Domingo, 1988, manuscrito inédito).
Varias ediciones de OAS, América en cifras; CNU, Oportunidades de estudio en las instituciones de educación superior de Venezuela (Caracas: CNU, 1978), páginas 24-36.
James W. Wilkie, ed Statistical Abstract of Latín America, tomo 20 (Los Angeles: UCLA Latin American Center Publications, 1980), página 123.
Silié, páginas 51-161.
Los dos casos mas dramáticos de crecimiento privado no élite se encuentran en Brasil y Colombia, probablemente seguidas por la República Dominicana. La restrictitividad délos sectores públicos en estas tres es sugerida por el bajo porcentaje del grupo cohorte en la educación superior en el 1960, contra un porcentaje latinoamericano de 3.1: Brasil 1.6, Colombia 1.7, y la República 1.3, Wilkie, página 123.
Mark W. Lusk, Peruvian lligher Education in an Environment of Development an Revolution (Utah State University, Department of Sociology, Research Monograph 1,1984), páginas 91-92, y datos adaptados del Consejo de Rectores de las Universidades Privadas, 20 años de universidades privadas en la República Argentina (Buenos Aires: Editorial de Belgrano, 1978), página 283. El hecho de que más universidades fueron creadas no previene el crecimiento de la matrícula en el sub-sector católico. En Venezuela, por ejemplo, las matrículas brincaron de 3,748 en el 1965 a 8,284 en el 1977, todo dentro de una institución. Véase Unión de Universidades de América Latina, Censo universitario latinoamericano (Ciudad México: UDUAL, 1967), página 789 también como la página 832 de la edición del 1980.
CNU, Boletín estadístico, Número 8, Volumen 1 (Caracas: CNU, 1982), página 301 (data del 1981).
Véase Pontificia Universidade Católica-Rio, Catálogo geral 1980 (Rio: PUC-Rio,1980), páginas XII-XV.
Christopher Jencks y David Riesman. The Academic Revolution (Garden City, N.Y.: Doubleday, 1968). Una buena introducción a algunas de las metas en evolución de las universidades católicas de América Latina se encuentra en Consejo Episcopal Latinoamericano, Iglesia y universidad en América Latina (Bogotá: CELAM, 1978).
Véase, por ejemplo, Arthur Liebman, Kenneth N. Walker, y Myron Glazer, Latín American University Students: A six-Nation Study (Cambrige, Ma: Harvard University Press, 1972), página 55 y Orlando Albornoz, "Higher Education and the Politics of Development in Venezuela, "Journal of Interamerican Studies and World Affairs 19(agosto, 1977), páginas 309-13. Aquí no puedo presentar más detalles del mercado de empleos o de los complejos y significados debatibles de "calidad” académica.
CONES, páginas 262-63.
Calculados de UNESCO, Statistical Yearbook, 1981 (París: UNESCO, 1981), página 388; UDUAL, Censo universitario latinoamericano (Ciudad México: UDUAL, 1980), páginas 270-404, 428-70, 713-97; Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior, Anuario estadístico 1978 (Ciudad México: ANUIES, 1979), páginas 13-322; data boliviana de Romero (véase la nota 10).
CONES, página 381. Adicionalmente, el Estado ayudó a atraer y cananlizar asistencia internacional muy significante (Agencia de Desarrollo Internacional de E.U.U.U., BID, y ONU) a las universidades privadas.
CNU, Oportunidades, páginas 34-36; Edgardo Boeninger, "Alternativo Pólices for Financing Higher Education." en The Financing of Education in Latín America, ed Inter-American Development Bank (Washington, D.C.: IDB, no fechado), página 348.
Jaime Rodríguez Forero, "Universidad y estructura socio-económica,” en La universidad latinoamericana, ed. Corporación Promoción Universitaria (Santiago: CPU, 1972), página 225; data de mediados de los 1960s.
Véase, por ejemplo: a Luis Ant=nio C. R. Cuhna, "A expansáo do ensino superior: causas e conseqüéncias "Debate e Crítica 5 (marzo, 1975), páginas 38-46.
32. Véase, por ejemplo, ADAA, Criterios de excelencia (Santo Domingo, mayo de 1989) y ADAA, Guía para el autoestudio (Santo Domingo, mayo de 1988).
Calculados del Ministerio de Cultura y Educación, Estadísticas de la educación 1977 (Buenos Aires: MCE, 1977), páginas 7-8; CNU, Matrícula, página 92. Aún donde las universidades privadas se emprenden en campos costosos, ellas tienden a especializarse. Así, aproximadamente 60 a 70 por ciento, respectivamente, de la matrícula de las universidades Rafael Urdaneta y la Metropolitana en Venezuela es en ingeniería, mientras que la Universidad Central pública no tiene más de 20 por ciento de su matrícula en ningún campo. Calculados de CNU, Boletín, páginas 133-34, 323, 333.
CONES, páginas 166-67.
Puntos similares son cruciales al debate público-privado en otros escenarios. Véase, por ejemplo, Richard J. Murnane, "Comparing Prívate and Public Schools: What Can We Learn?" en Prívate Education and Public Policy, ed. Daniel Levy (New York: Oxford University Press, 1988).
Archer (Sage: London, 1982), páginas 93-132. Lectores interesados en un enfoque actual de la educación superior privada internacionalmente podrían consultar mi "Prívate Educación Worldwide," en Burton Clark y Guy Neave, eds, The International Encyclopedia of Higher Education (Pergamon, 1991).
Un trabajo frecuentemente citado que presenta las metas típicas-ideales es José Ortega y Gasset, Mission of the University, traducido por Howard Lee Nostrand (London: Routledge and Kegan Paul, 1963). Para un amplio trabajo internacional que disecta las verdaderas funciones de los sistemas de educación superior, véase Burton R. Clark, The Higher Education System (Berkeley: The University of California Press, 1983).
Para un análisis de algunos casos no de América Latina véase Roger L. Gciger, "Prívate Sectors in Higher Education: Structure, Function, and Charge in Eight Nations," (Ann Arbor: University of Michigan Press, 1986).
Las veinte naciones incorporadas en la Tabla son: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, La República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay, y Venezuela. Las cifras están completamente documentadas y elaboradas en Levy, Higher. La fuente más importante es la OEA y sus varios América en cifras.
Francisco Antonio Polanco Sánchez, "La acreditación como mecanismo alternativo para el mejoramiento de la calidad de la educación superior," ponencia presentada en el Seminario Internacional Sobre Administración Académica. Universidad del Valle, Cali, Colombia, 11-13 septiembre de 1989; CONES, Diagnóstico de la Educación Superior Dominicana (Santo Domingo, 1986), página 185.
Basado en O AS, América en cifras 1972 (Washington, D.C.: O AS, 1974), páginas 201-202. La data bruta en mi Tabla 1 no muestra la variación substancial a través de naciones; en los extremos, sólo Cuba no tienen ahora un sector privado, mientras que la de Brasil es responsable por dos tercios de la matrícula de esa nación.
Jorge Mario García Laguardia, Legislación universitaria de América Latina (Ciudad México: UNAM, 1973), página 89; Consejo Nacional de Universidades (CUN), Matrícula estudiantil (Caracas: CNU, 1978), página 63.
Entre las excepciones estaban Brasil y Haití, donde ninguna universidad emergió en el siglo diecinueve, y Colombia y Guatemala, donde acuerdos preservaron una presencia dual de gobierno e Iglesia en la universidad.
Héctor Félix Bravo, Las universidades privadas y el examen de habilitación para el ejercicio profesional (Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires, no fechado), páginas 4-6.
Entrevista personal con Salvador Romero, ex-Vice-Presidente de la Universidad Católica de Bolivia, Santiago, Chile, 20 de enero de 1982.
Yo no incluyo aquí el Instituto Superior de Agricultura. Fundado en el 1962, su inclusión haría que el sector privado pareciera ser aún más prestigioso. Ha recibido asistencia extranjera extraordinaria (US AID, Ford Foundation, Kellogg Foundation, y así sucesivamente), mantenido su relación íntima con el Ministerio de Agricultura, recibido evaluaciones altas de empleadores, y conduce investigaciones. No es, sin embargo, habitualmente considerada junto con instituciones de enseñanza corrientes. Véase David Hansen, Gustavo Antonini, y John Strasma, Dominican Republic: The Superior Institute of Agriculture; Development of a Prívate Institution of Iligher Agricultura! Education. (Washington, D.C.: AID Project Impact Evaluation #67, 1988).
Eduardo Latorre, Sobre educación superior (Santo Domingo: Instituto Tecnológico de Santo Domingo, 1980). página 48. Véase también Rubén Silié. Educación superior dominicana: Situación y perspectiva (Santo Domingo, 1988, manuscrito inédito).
Varias ediciones de OAS, América en cifras; CNU, Oportunidades de estudio en las instituciones de educación superior de Venezuela (Caracas: CNU, 1978), páginas 24-36.
James W. Wilkie, ed Statistical Abstract of Latín America, tomo 20 (Los Angeles: UCLA Latin American Center Publications, 1980), página 123.
Silié, páginas 51-161.
Los dos casos mas dramáticos de crecimiento privado no élite se encuentran en Brasil y Colombia, probablemente seguidas por la República Dominicana. La restrictitividad délos sectores públicos en estas tres es sugerida por el bajo porcentaje del grupo cohorte en la educación superior en el 1960, contra un porcentaje latinoamericano de 3.1: Brasil 1.6, Colombia 1.7, y la República 1.3, Wilkie, página 123.
Mark W. Lusk, Peruvian lligher Education in an Environment of Development an Revolution (Utah State University, Department of Sociology, Research Monograph 1,1984), páginas 91-92, y datos adaptados del Consejo de Rectores de las Universidades Privadas, 20 años de universidades privadas en la República Argentina (Buenos Aires: Editorial de Belgrano, 1978), página 283. El hecho de que más universidades fueron creadas no previene el crecimiento de la matrícula en el sub-sector católico. En Venezuela, por ejemplo, las matrículas brincaron de 3,748 en el 1965 a 8,284 en el 1977, todo dentro de una institución. Véase Unión de Universidades de América Latina, Censo universitario latinoamericano (Ciudad México: UDUAL, 1967), página 789 también como la página 832 de la edición del 1980.
CNU, Boletín estadístico, Número 8, Volumen 1 (Caracas: CNU, 1982), página 301 (data del 1981).
Véase Pontificia Universidade Católica-Rio, Catálogo geral 1980 (Rio: PUC-Rio,1980), páginas XII-XV.
Christopher Jencks y David Riesman. The Academic Revolution (Garden City, N.Y.: Doubleday, 1968). Una buena introducción a algunas de las metas en evolución de las universidades católicas de América Latina se encuentra en Consejo Episcopal Latinoamericano, Iglesia y universidad en América Latina (Bogotá: CELAM, 1978).
Véase, por ejemplo, Arthur Liebman, Kenneth N. Walker, y Myron Glazer, Latín American University Students: A six-Nation Study (Cambrige, Ma: Harvard University Press, 1972), página 55 y Orlando Albornoz, "Higher Education and the Politics of Development in Venezuela, "Journal of Interamerican Studies and World Affairs 19(agosto, 1977), páginas 309-13. Aquí no puedo presentar más detalles del mercado de empleos o de los complejos y significados debatibles de "calidad” académica.
CONES, páginas 262-63.
Calculados de UNESCO, Statistical Yearbook, 1981 (París: UNESCO, 1981), página 388; UDUAL, Censo universitario latinoamericano (Ciudad México: UDUAL, 1980), páginas 270-404, 428-70, 713-97; Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior, Anuario estadístico 1978 (Ciudad México: ANUIES, 1979), páginas 13-322; data boliviana de Romero (véase la nota 10).
CONES, página 381. Adicionalmente, el Estado ayudó a atraer y cananlizar asistencia internacional muy significante (Agencia de Desarrollo Internacional de E.U.U.U., BID, y ONU) a las universidades privadas.
CNU, Oportunidades, páginas 34-36; Edgardo Boeninger, "Alternativo Pólices for Financing Higher Education." en The Financing of Education in Latín America, ed Inter-American Development Bank (Washington, D.C.: IDB, no fechado), página 348.
Jaime Rodríguez Forero, "Universidad y estructura socio-económica,” en La universidad latinoamericana, ed. Corporación Promoción Universitaria (Santiago: CPU, 1972), página 225; data de mediados de los 1960s.
Véase, por ejemplo: a Luis Ant=nio C. R. Cuhna, "A expansáo do ensino superior: causas e conseqüéncias "Debate e Crítica 5 (marzo, 1975), páginas 38-46.
32. Véase, por ejemplo, ADAA, Criterios de excelencia (Santo Domingo, mayo de 1989) y ADAA, Guía para el autoestudio (Santo Domingo, mayo de 1988).
Calculados del Ministerio de Cultura y Educación, Estadísticas de la educación 1977 (Buenos Aires: MCE, 1977), páginas 7-8; CNU, Matrícula, página 92. Aún donde las universidades privadas se emprenden en campos costosos, ellas tienden a especializarse. Así, aproximadamente 60 a 70 por ciento, respectivamente, de la matrícula de las universidades Rafael Urdaneta y la Metropolitana en Venezuela es en ingeniería, mientras que la Universidad Central pública no tiene más de 20 por ciento de su matrícula en ningún campo. Calculados de CNU, Boletín, páginas 133-34, 323, 333.
CONES, páginas 166-67.
Puntos similares son cruciales al debate público-privado en otros escenarios. Véase, por ejemplo, Richard J. Murnane, "Comparing Prívate and Public Schools: What Can We Learn?" en Prívate Education and Public Policy, ed. Daniel Levy (New York: Oxford University Press, 1988).
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Daniel C. Levy
University at Albany , Estados Unidos
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Levy, D. C. (1991). Evaluación de las universidades privadas de América Latina : perspectiva comparativa de la República Dominicana. Ciencia Y Sociedad, 16(1), 57–90. https://doi.org/10.22206/cys.1991.v16i1.pp57-90