Resumen



La Historia del Arte en Cuba marca sus inicios en la etapa colonial pasando tabula rasa por sobre la cultura material de nuestros primeros pobladores y su legado. Por lo general esta porción del pasado ha sido valorada fundamentalmente como una evidencia etnográfica, histórica o patrimonial. Entre las razones que explican que no abunden las miradas de la Historia del Arte y la Estética sobre ellos, mucho tienen que ver con el eurocentrismo y su gesto excluyente sobre cualquier producto o relación que no se ajuste a sus cánones. De este modo, la centralidad paradigmática del Arte en el discurso de la Estética ha derivado en clasificaciones jerárquicas que aún normalizan la lógica colonial. Si bien la apertura a nuevas maneras de hacer ha caracterizado el escenario cultural a partir de la crisis del Arte en el siglo XX, con gestos francamente inclusivos, la mirada al pasado-presente de nuestros pueblos originarios aún no se desmarca del imperativo europeizante de discriminación. El concepto prácticas estéticas aborígenes pretende aportar a una mirada contrahistórica decolonial del pasado aborigen cubano y rescatar para las creaciones de los primeros pobladores y sus huellas, una legítima esteticidad otra que aún hoy parece estar en cuestión, si nos atenemos a pertinencias disciplinares e institucionales.