Resumen

Apoyándose en investigaciones realizadas mediante el análisis factorial por Hildebrand y sus colaboradores, el autor defiende la tesis de que es posible conocer las características que diferencian los maestros mediocres de los excelentes. Según esto, el grado de excelencia de un educador universitario está en función de su capacidad de: primero, comunicar conocimientos formales de un modo organizado; segundo, enseñar métodos mediante los cuales el alumno sea capaz de obtener por sí mismo nuevos conocimientos; y tercero, comunicar a esos alumnos la riqueza de su propia personalidad, trasmitiéndoles ciertas cualidades esenciales a toda enseñanza tales como entusiasmo, honradez, espíritu investigativo y sensibilidad humana. De la descripción suficientemente amplia y detallada que el autor hace de cada uno de estos rasgos surge un perfil ideal del maestro universitario.