Resumen



La interacción entre el cine y la pintura ha evolucionado desde comienzos del siglo XX. Ambos lenguajes se han retroalimentado durante los últimos ciento treinta años, sirviéndose de los elementos inherentes de cada uno: mientras el cine ha recurrido a la pintura en busca de iconografía, de elementos para la ambientación histórica de una época o para copiar un esquema de luz, formas y color que contribuya a crear una atmósfera determinada –y con ello, la capacidad de lo pictórico para sublimar una imagen-, las artes plásticas han copiado nuevas fórmulas expresivas derivadas del “séptimo arte”. Tras analizar la evolución de este diálogo, en el presente texto se formula una categorización de las correspondencias cine-pintura, y se recurre al método de análisis iconográfico e iconológico del ensayista e historiador Erwin Panofsky (1892- 1968), que toma en consideración el contexto sociocultural del autor y de la obra. Asimismo, y como aplicación práctica de lo anterior, se analiza el diálogo entre la obra del pintor Francisco de Goya y el cineasta Carlos Saura, a través de la película “Goya en Burdeos” (1999), obteniendo unos resultados que ejemplifiquen dicha categorización y permitan al alumnado diseccionar y generar nuevos planteamientos artísticos.