Resumen



Se aborda la singular paradoja de que el montaje cinematográfico, cuyos pioneros introdujeron en el arte del siglo XX el principio de montage, ha obviado en su enseñanza eminentemente tecnológica —una suerte de informática aplicada a las artes audiovisuales— el extraordinario potencial creador del mismo (collage, fotomontaje, montage literario, montage arquitectónico). En el presente artículo, previo a la publicación de una investigación en profundidad en forma de tesis doctoral, se presenta brevemente una serie de prácticas de montaje-collage para estudiantes de cine (y otras artes) donde se trabajan los choques creativos de imágenes y sonidos tanto en un sentido narrativo como en su dimensión más artística, crítica, poética o sencillamente lúdica. Su relación con las nuevas estéticas digitales de la remezcla, el sampler y el mash-up que hoy reinan en los contenidos que el alumnado consume masivamente en sus teléfonos móviles, ofrecen asimismo un excelente punto de encuentro intergeneracional.