Resumen

La matriz energética de República Dominicana depende, mayoritariamente, de los mercados internacionales, con nula producción de petróleo, gas natural y carbón mineral. Este hecho podría transformarse por completo si los resultados de nuevos estudios confirman su existencia en cantidades comerciales. La vida útil promedio estimada para las centrales eléctricas de combustibles fósiles es de aproximadamente cinco décadas. Actualmente, la mitad de las plantas instaladas en el país están llegando a su fin y no existen planes estructurados para reponer su capacidad de producción en el largo plazo. Ahora es el momento perfecto para que la nación cambie su producción de energía hacia fuentes más sostenibles. Producto de las inversiones que incluyen el gasoducto oriental y la central de conversión existente a este combustible, el gas natural logró un crecimiento en 2020. Al mismo tiempo, el sector continúa realizando inversiones que se reflejan en una destacada mejora en la producción de electricidad de fuentes renovables. Junto con el gas natural, las fuentes renovables conforman el 56% de la matriz generadora y se pronosticó un dominio del 61% para el pasado año 2021, contribuyendo a una solución más económica que, además, promueva la reducción de la huella de carbono en el marco de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible, haciendo hincapié en los objetivos séptimo y decimotercero que representan energía limpia y asequible, y acción climática, respectivamente.