EVALUACIÓN DEL ESTADO DE SALUD MENTAL DE LOS CUIDADORES DE PACIENTES CON ENFERMEDADES CRÓNICAS NO TRANSMISIBLES DE LA COMUNIDAD DE EL LLANO, PROVINCIA PERAVIA, REPÚBLICA DOMINICANA, DURANTE EL PERÍODO NOVIEMBRE-DICIEMBRE 2019

Introducción

El síndrome del cuidador (CIE-11 QF27) se define como una respuesta inadecuada a un estrés emocional crónico, que no aparece exclusivamente en cuidadores y cuyos rasgos principales son el agotamiento físico y/o psicológico¹. Es una entidad de gran prevalencia hoy en día, y esto se debe tanto al aumento de la expectativa de vida como al auge de enfermedades crónicas no transmisibles². Estas últimas son la principal causa de muerte y discapacidad prematura en la gran mayoría de los países de América Latina y el Caribe, lo cual aumenta la cantidad de cuidadores formales e informales que surgen para suplir las necesidades de los afectados^3,4.

El cuidador de una persona con enfermedad crónica ve afectada su calidad de vida y comprometido su núcleo familiar⁵. La calidad de vida es un concepto muy importante que involucra diversas variables relacionadas con el bienestar humano, como lo son: la salud física y mental, el nivel de independencia, las relaciones sociales, las creencias personales y la relación con las características sobresalientes del entorno⁵. La afectación de todas estas variables que definen la calidad de vida promueven la aparición de un conjunto de problemas físicos, mentales y socioeconómicos a los cuales se les denomina carga y cuya persistencia es la causa principal del desarrollo del síndrome¹.

La salud mental, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es un estado de completo bienestar psicológico, y no únicamente la ausencia de trastornos mentales⁶. En el síndrome del cuidador se evidencian grandes alteraciones a la salud mental del afectado, que se manifiestan en el cambio de actitud, irritabilidad, fatiga, y hasta en el desarrollo de trastornos como la ansiedad y la depresión⁷, por lo que evaluar a los cuidadores de pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles representa el objetivo principal de la presente investigación, para conocer su salud mental y crear soluciones contra las limitantes que estos enfrentan.

Material y métodos

La presente investigación fue de tipo transversal, prospectivo, observacional y analítica. La muestra fue obtenida con la fórmula para variable cualitativa con población conocida$n=\frac{N{z_{\alpha }}^{2}pq}{d^2\left(N-1\right)+N{z_{\alpha }}^{2}pq\text{'}}$ , para una población de 523 pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles, un z=1.96 (Intervalo de Confianza de 95 %), una prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles de p=45 %⁸ y una d=8 %, se obtuvo un total de 115 sujetos.

El instrumento de recolección de datos fue elaborado por los autores de la presente investigación, y fue utilizado para analizar el estado de salud mental de los cuidadores principales de pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles. Las variables del cuestionario contemplaron edad, sexo, la fecha de la recolección de la información, además de incluir los cuestionarios estandarizados de Goldberg para depresión y ansiedad en atención primaria, el test de Zarit para conocer el nivel de sobrecarga del cuidador y fragmentos de la Encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y situaciones de Dependencia: Cuestionario de Cuidadores/as principales. Estos cuestionarios estandarizados, aún creados para realizarse en atención primaria, fueron interpretados por un especialista en salud mental.

El cuestionario utilizado para la evaluación de la sobrecarga fue el Test de sobrecarga de Zarit. Este contempla una sensibilidad del 100 % y una especificidad del 90.5 %^9,10.

La escala de Goldberg, utilizada para predecir depresión y ansiedad en atención primaria, cuenta con una sensibilidad de 83.1 % y una especificidad de 81.8%^11,12.

La Encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y situaciones de Dependencia: Cuestionario de Cuidadores/as principales, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística de España tiene una sensibilidad de un 89.4 % y una especificidad de un 92.6 %¹³.

Antes de la aplicación de cada cuestionario se procedió a leer y firmar el consentimiento informado con los pacientes.

Para recopilación de la base teórica y antecedentes sobre el tema se utilizaron motores de búsqueda como Cochrane Library, UpToDae, Medscape, Google Scholar, Merck Manuals y el Manual del Residente en Geriatría por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.

Los datos obtenidos fueron analizados estadísticamente mediante el programa Microsoft Excel Versión Office 2017.

Resultados

Según la prueba de Goldberg, para la subescala de depresión una cantidad mayor o igual a dos (2) respuestas positivas indicaría un 50 % de probabilidad de una alteración clínicamente significativa; mientras que para la subescala de ansiedad una cantidad mayor o igual a cuatro (4) respuestas positivas indicaría un 50 % de probabilidad de una alteración clínicamente significativa. A partir de los datos proporcionados se encontró que un 63 % correspondiente a 72 cuidadores pudiesen padecer de depresión, un 37 % correspondiente a 43 cuidadores fueron calificados como sin rasgos depresión, y al menos 52 % correspondiente a 60 cuidadores pudiesen padecer de ansiedad, mientras que un 48 % correspondiente a 55 cuidadores fueron calificados sin rasgos ansiedad.

Según la prueba de Zarit para sobrecarga, una cantidad menor a 46 puntos significa no sobrecarga, de 46 a 56 puntos refiere una sobrecarga moderada y mayor a 56 puntos hace referencia a una sobrecarga intensa. En este gráfico de barras se evalúa el nivel de sobrecarga de los cuidadores, para el cual se obtuvo que un 71 %, correspondiente a 82 cuidadores, no presentaron sobrecarga; el 17 %, 19 evaluados, presentaron una sobrecarga intensa; mientras que 12 %, igual a 14 personas, presentaron sobrecarga moderada.

En esta gráfica se evalúa la relación del puntaje de sobrecarga dado por la prueba de Zarit con el puntaje de depresión dado por Goldberg en la subescala de depresión. Se ha encontrado una correlación positiva muy baja (r2=0.27). Se puede decir que por cada punto que aumente la sobrecarga, aumentará 0.065 en el puntaje de depresión. Sin embargo, como r2 es pequeño, la sobrecarga no es suficiente para explicar el comportamiento de la depresión, disminuyendo la certeza de la predicción.

En esta gráfica se evalúa la relación del puntaje de sobrecarga, dado por la prueba de Zarit, con el puntaje de depresión dado por Goldberg en la subescala de ansiedad. Se ha encontrado una correlación positiva muy baja (r2=0.14). Se puede decir que por cada punto que aumente la sobrecarga, aumentará 0.031 en el puntaje de ansiedad. Sin embargo, como r2 es pequeño, la sobrecarga no es suficiente para explicar el comportamiento de la ansiedad, disminuyendo la certeza de la predicción.

En la tabla se muestra la distribución de la muestra en función del sexo y edad, donde se encontró que el 77 %, correspondiente a 89 cuidadores, eran del sexo femenino mientras que el 23 %, constituido por 26 cuidadores, eran del sexo masculino. En cuanto a rangos de edad, el más frecuente fue de 40-60 años con 48 %, correspondiente a 55 cuidadores, seguido de > 60 años con 28 % igual a 33 individuos, el grupo 20-39 años con 22 %, equivalente a 25 personas, y < 20 años con 2 %, siendo 2 cuidadores.

Discusiones y conclusiones

De la muestra, un 63 %, correspondiente a 73 cuidadores, presentó una probable depresión. Este comportamiento concuerda con los establecidos en las literaturas, como en el artículo publicado por la Revista Cubana de Enfermería en el 2016, donde demuestran que los cuidadores principales de pacientes con enfermedad de Alzheimer evidenciaron mayor malestar ante la presencia de agitación o agresión, alteraciones del sueño, trastornos de hábitos alimentarios, depresión, repeticiones, ansiedad, apatía e irritabilidad¹⁴.

Con respecto a la presencia de ansiedad, se encontró que un 52 %, correspondiente a 73 cuidadores, pudiese padecer de ansiedad, datos que concuerdan con la investigación citada anteriormente, donde uno de los síntomas más frecuentes fue la ansiedad, con un 22,85 %^15,16.

Con base en la prueba de Zarit para sobrecarga, se obtuvo que la mayor cantidad de cuidadores no presentaron ningún grado de sobrecarga, siendo este el 71 %, correspondiente a 82 cuidadores. En una investigación realizada en el 2012, por el departamento de Enfermería de la Universidad Austral de Chile, se determinó que de 67 cuidadores más de la mitad presentó sobrecarga intensa¹⁵. Esto demuestra diferencias marcadas en gran magnitud entre los grupos evaluados, en contraste con la ahora llevada a cabo, en el cual más de la mitad no presentó sobrecarga.

En la presente investigación se observó una correlación positiva muy baja en la subescala de depresión (r 2=0.27) y en la subescala de ansiedad (r 2=0.14). Lo cual concuerda nuevamente con los datos encontrados en la investigación realizada por la Universidad Austral de Chile, donde la depresión y la ansiedad obtuvieron un 22,85 %¹⁵, síntomas resultantes del grado de sobrecarga que estos presentan.

Sin embargo, varios estudios revisados^1,15 mostraron asociación de la sobrecarga con variables como sexo, donde las féminas fueron la mayoría de la población que representa a los cuidadores hasta en un 82,8 %1. Correspondiendo con los resultados de la presente investigación, donde se demostró que un 76 %, compuesto por 87 cuidadores, era del sexo femenino. De la misma forma, la edad fue una variable que de igual manera coincidió con los datos previamente mencionados^1,15, donde el 45 % de los cuidadores se encontraron entre las edades de 41-60 años.