Ciencia y Sociedad, Vol. 29, No. 4, 2004 • ISSN: 0378-7680 • ISSN: 2613-8751 (en línea) • Sitio web: https://revistas.intec.edu.do/

JOSÉ MARTÍ ANTE LAS CIRCUNSTANCIAS DE LA GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL CONTRARIAS A LA IDENTIDAD NACIONAL

JOSÉ MARTÍ BEFORE THE CIRCUMSTANCES OF NEOLIBERAL GLOBALIZATION CONTRARY TO NATIONAL IDENTITY

DOI: https://doi.org/10.22206/cys.2004.v29i4.pp547-569

*Profesor Titular del instituto Supcrior Pedagógico Frank País Garcia y Presidente Sociedad Cultural José Marlí en Santiaso de Cuba

INTEC Jurnals - Open Access

Cómo citar: Tejera Galí, J. (2004). José Martí ante las circunstancias de la globalización neoliberal contrarias a la identidad nacional. Ciencia y Sociedad, 29(4), 547-569. https://doi.org/10.22206/cys.2004.v29i4.pp547-569

Resumen

Se pretende hacer un corte epistemológico sobre los términos identi­dad, neoliberalismo y globalización. El pensamiento antillanista está inmerso, con sus especificidades, en el americanista. El Apóstol de la independencia de Cuba y luchador por la segunda independencia de América Latina y el Caribe, José Martí, contribuyó a la búsqueda de una identidad en sus escritos y praxis re­volucionaria. Sus enunciados tienen plena vigencia en nuestro mundo actual y se ven amenazados por la teoría y práctica de la globalización neoliberal. El redimensionar un pensamiento antillanista vs. el foráneo avasallante desde la óptica martiana y la experiencia cubana puede conducir a un verdadero encuentro entre países hermanos de esa zona geográfica. En el trabajo se analizan algunos núcleos temáticos martianos. prin­cipalmente de su texto fundacional '"Nuestra América" y el alcance de éstos en los momentos actuales en que las prácticas neolibera­ les atenazan el verdadero desarrollo de n uestros países. Además, se parte del recorrido del meta discurso sobre la identidad en América Latina y la posición que ocupa el que se inspira en los postulados martianos.

Palabras clave:

"América mestiza" ...identidad " ...transculturación", globalización, neoliberalismo, unidad.

Abstract

It is intended to make an epistemological cut on the terms identity, neoliberalism and globalization. The Antillean thought is immersed, with its specificities, in the Americanist. The Apostle of the independence of Cuba and fighter for the second independence of Latin America and the Caribbean, José Martí, contributed to the search of an identity in his writings and revolutionary praxis. Its statements are fully valid in our current world and are threatened by the theory and practice of neoliberal globalization. The redimensionar a antillanist thought vs. the overwhelming foreign from the Martian perspective and the Cuban experience can lead to a true encounter between sister countries of that geographical area. In the work some Marti thematic nuclei are analyzed. mainly from its founding text '"Our America" ​​and the scope of these in the current times in which neoliberal practices are gripping the true development of our countries. In addition, part of the journey of the meta discourse on identity in Latin America and the position that occupies that is inspired by the Marti postulates.


Keywords:

"Mestizo America" ...identity " ...transculturation", globalization, neoliberalism, unity.

Apocalíptico y (des)integrador sin una marca cultural iden­titaria se presenta el casi presente y futuro de la humanidad como una posibilidad de ir creciendo. Del otro lado de la mo­neda un nuevo orden mundial presidido por el equilibrio ético - social y económico - cultural aspirado.

Tales son, desde nuestro punto de vista, las expectativas generales posibles a partir del desarrollo de las fuerzas y cir­cunstancias que rigen el devenir de la historia de la sociedad en que vivimos. Estamos puntuando polos opuestos, quizás de manera excluyente de otras alternativas u otros paliativos. Realmente, ir al análisis de un fenómeno social desde un único presupuesto teórico es un riesgo, pues su hipótesis debe tener indicadores ya explorados y verificada en cierta medida. De otro modo su resultante puede ser negativa. Por eso insistimos que tomamos partido por la posibilidad de que emerjan va­riantes satisfactorias para los pueblos.

El desarrollo del hombre es así. Hay veces que con el de­ cursar del tiempo encontramos sorpresas que muchos no pre­vimos. Así sucedió con el muro de Berlín, con la extinción de la URSS, con los terribles sucesos del 1 1 de septiembre en EE.UU.

En nuestra América mestiza, surgida de los avatares del (des)encuentro entre la cultura, idiosincrasia y maneras de pensar y hacer entre el mundo europeo y el americano, Calibán y Próspero1 dieron como resultado un tipo de opresión y vasallaje, pero también la conformación de un hombre con peculiaridades que lo marcarían con un carácter distintivo. Se iría formando una figura con una identidad otra, que parte de  su pasado andrógeno y va evolucionando a razón de facto­res también exógenos y los demandados de la propia contradicción con la metrópoli y las necesidades y aspiraciones del nuevo sujeto.

El sabio Fernando Ortíz opone al vocablo aculturación el de transculturación para explicar "las complejísimas transmu­taciones de cultura (...) sin conocer las cuales es imposible entender la evolución del pueblo cubano, así en lo económico corno en lo institucional, jurídico, ético, religioso, artístico, lingüístico, psicológico, sexual y en los demás aspectos de la vida".2 Este proceso de integración no fue sólo en Cuba. Sin homologarlo en todos sus ingredientes, en otras latitudes del continente latinoamericano y el Caribe ocurrió en diferente medida. Así la identidad nuestra3 tiene mucho que ver con el proceso explicado con anterioridad.

La identidad, pues, no es estática, surge como el ave Fénix, aunque no con carácter repetitivo, mimético, tiende a cam­bios cualitativos y quizás cuantitativos. Es un proceso. Según el acercamiento que realicemos hay múltiples definiciones. Hacia el interior de una sociedad o un individuo, podemos considerarla como "el reconocimiento de la multilateralidad de nuestro ser cultural, pues también es el principio de la alte­ralidad. Tú en relación con los demás",4 según Carlos Andújar, quien además reafirma el papel de las ideologías en el proceso identitario.

El término identidad es, casi siempre, asumido desde la perspectiva sociocultural. Nos parece interesante el que "alu­de al conjunto de elementos objetivos y subjetivos específicos de alguna entidad dada que le aportan un sello distintivo y diferenciador de otros".5 La investigadora cubana Maritza García Alonso, partiendo de los estudios y sistematizaciones del paraguayo Ticio Escobar, describe la evolución de las conceptualizaciones del tér­mino identidad en su devenir histórico en esta cita in extenso que transcribimos:

Se puede descubrir que en esa evolución del concepto, la identidad no es mera ontología , es decir, conjunto de ras­gos distintivos de una entidad cultural dada - constituyéndose en la denominada -, sino que incluye la referencia a otra entidad distinta , con la cual se interactúa y que es concebida así como un otro.

Al seguir su evolución , observamos la denotación identidad para aludir afenómenos en diversos ámbitos de la realidad sociocultural , tanto en análisis generales del tipo filosófi­co, etnológico, literario, musicológico , como en estudios de grupos enmarcables: familia , comunidad local , territo­rio, provincia , nación, región supranacional, entre otros; o en cortes transversa/es en el tiempo para cualesquiera de estos grupos. Esto ha llevado a concebir la existencia feno­ménica de la identidad plural , esto es, las identidades.

Sin el rastreo de esta trayectoria ya era posible intuir que el concepto identidad refiere algo más que conjuntos ce­rrados de cualidades sobre alguna entidad cultural , o algo más que diseños estructurados de representaciones simbó­licas sobre la misma. El concepto de identidad refiere pro­cesos dinámicos.6

 Este dinamismo al interior de la identidad hace, a nivel de la conceptualización, que signifique un proceso de alta com­plejidad , donde cada componente se articula con otros y for­ma un entramado que marca al sujeto o entidad identitaria: una persona, una comunidad, un país; un grupo religioso, po­lítico, una etnia; en fin: una cultura en su devenir, relaciones y alcances.

Con la identidad , nos parece , se puede expresar, en términos de símil, la consideración de Lenin sobre la cultura del do­minador y la del dominado en una determinada sociedad. Una impone sus reglas de subordinación y comprensión del mundo y sus prácticas, y la otra las acepta o rechaza, parcial o total­mente. La "mismidad" o la "otredad" del sujeto en un espacio sociocultural tiene relación con el sentido de pertenencia y status en esos polos culturales. La identidad se relaciona con la imagen o representación elaborada, con la cosmovisión del grupo social privilegiado que la detenta, perfecciona, extiende y, por otro lado, el receptor de ella, quien será, también, su portador (consciente o no). Todo en un proceso antiestático y lleno de significaciones de diversa índole que en última ins­tancia determine, conforme, la autoconciencia del individuo y las proyecciones organizativas sociales.

Según el modo de considerar el hecho identitario como dis­curso, coincidimos en que existen, a saber, cuatro: humanís­tico, ideopolítico, teórico -práctico, y teórico- instrumental, según una tipología obtenida del análisis de las fuentes.

De esta estratificación tipológica con respecto a las carac­terísticas investigadas sobre la identidad latinoamericana y los modos de pensarla, "el ideopolítico" se parece al "humanístico" en tanto parten de la esencia fundacional de la cultura latinoamericana, pero se detiene en la presencia del otro. El sujeto existente en nuestras tiendas, el hombre americano, des­de el Río Bravo hasta la Patagonia y las tienas caribeñas, en particular las marcadas por la cruz y la espada españolas, está presentado en el raigal ensayo martiano "Nuestra América", fuente nutricia del modo ideopolítico de ver la identidad.

El discurso o aspiración del "ser" y el del "querer ser" son antagónicos por su esencia, aunque a veces en apariencia no lo sean. Hay una distancia entre lo real y lo aspirado que puede conllevar a su contrapolo. No es lo mismo el hombre america­no con taparrabo, "levita" o jeans, si esta indumentaria externa no parte de una realidad epocal contextual y del desarrollo material y cultural de él y de su entorno social. No es igual que el hombre de nuestras tierras que presenta características y peculiaridades específicas y está considerando nuevas que no tienen que ver con su propio desarrollo en diversos órdenes. "Ni parisinos", como pensaba Martí, ni neoyorquinos como modelos aspirados del "querer ser". Este discurso de la identi­dad como máscara es extremadamente pernicioso y fue adver­tido en algunas de sus aristas por el pensador cubano en varios de sus textos. De lo que se trata es de un modo del discurso que logre a través de la concientización, la internalización de la verdadera identidad de "aquí", opuesta a la de "allá" y sus modos conductuales y operacionales. Los deícticos opuestos marcan, al final, una cosmovisión en oposición. El modo de pensar sobre la máscara extrapolarizante de nuestro "ser", des­dibuja la figura "hombre americano" y su pensar americano.

En Cuba, Roberto Fernández Retamar ha inquirido al pen­samiento martiano para encontrar las coordenadas identitarias y su referente avasallador: el "otro". En Para una teoría de la Literatura hispanoamericana, publicada en 1975 por Re­tamar, ya está presente un corpus orgánico desde la literatura que observa las esencias de lo americano y las influencias foráneas hasta en la recopilación de 1979 Calibán y otros ensa­yos (véase referencia No. 1), donde el autor vuelve a la carga sobre nuestro devenir como hombre americano y caribeño y la presencia de los polos opuestos representados por dos figu­ras literarias provenientes del ingenio de Shakespeare. Lo que está en juego es el análisis intelectual que desmitifique un pen­samiento anti-identitario , impuesto y aceptado con rapidez inusual por cierta "inteligencia", aunque siempre ha habido voces discordantes. Retamar, para sintetizar nosotros, busca el origen en el colonialismo y el neocolonialismo. Hoy por hoy, el "otro" continúa, aunque haya ocurrido un cambio de jefatu­ras. La penetración y dominio del "otro" se manifiesta en múltiples alcances. Algunas anuencias ante el neoliberalismo son un buen ejemplo de la influencia del "otro" y su continiuum.

Una de las constantes ha sido la relación centro - periferia, nosotros y el otro:

De ahí que la denuncia de las condiciones históricas de coloniaje y neocoloniaje vigentes, el análisis de las conse­cuencias culturales que esta situación macroestructural ha traído para las sociedades latinoamericanas. y la necesi­dad de un nuevo orden político que elimine la relación vertical de dependencia , constituyen el centro de las argumen­taciones alrededor de las cuales se construve el discurso.8

Nosotros, corno observaremos en el ideario martiano , te­nernos todo un patrimonio cultural resultado de una evolución dialéctica en todos los órdenes. Hay un "constructo" de arne­ricanidad, de antillaneidad, de lo propio opuesto a los rasgos o tendencias manipuladoras anti - identitarias . Hay un discurso que analiza este fenómeno desde la óptica política y devela un ser, un pensar y hacer desde nuestro contexto e idiosincrasia peculiar. Esta praxis discursiva de honda cala martiana nos sitúa en posición defensiva para propiciar la ofensiva a nivel de las ideas culturales y las prácticas políticas verdaderas y honestas antineoliberales.

El resto de los modos tiende a matizaciones interesantes para el estudio fenoménico: el "teórico - político" busca de­mostracion es del alcance de los procesos identitarios desde una posición crítica para la búsqueda de alternativas eficaces y la presencia de verdaderos estudios sobre la cultura popular y sus sujetos. El modo "teórico instrumental" se perfila desde un nuevo academicismo que intenta obtener un metapensamiento sobre el decursar de la identidad a nivel conceptual con posibilidades de aplicación para su análisis.

Los cuatro modos de analizar el discurso sobre la identidad son posiciones que se basan en cómo se ha visto el referente identidad en nuestro contexto. Para esta ponencia, el momento martiano es muy pertinente porque encierra claves y lecturas productivas para las circunstancias actuales. No obstante, de­jamos por sentado que los otros modos pueden considerarse o reconsiderarse, aspecto en el cual no hemos pensado y lo dejamos fuera de nuestro objetivo.

La necesidad de una "construcción social" en la que la iden­tidad nacional sea expedita de una fuerza que aparte la otredad negativa y nos reencontremos cada vez con más fuerzas y estrategias acertadas, hará de la América mestiza un conténante la aldea global neoliberal. El diseño martiano aún tiene mucho que decir para esta generación de hombres y mujeres de las Antillas y del continente de habla e intereses comunes, inclu­so, nos parece que para todos los de esta parte del mundo, independientemente del idioma y origen colonial, pues todos sufrimos procesos de dominación y estamos ante la misma en­crucijada y las mismas fuerzas foráneas; además, la necesidad de respeto y desarrollo son comunes, pues, "cada hombre, si mira atentamente, construye el mundo".9 De esa humanidad, nosotros somos parte doliente con derecho a un destino mejor desde una comunidad específica o microespacio sociocultural hasta toda nuestra amplitud geográfica o macroespacio físico geocultural americano.

Decíamos más arriba que el discurso sobre la identidad tie­ne mucho que ver con José Martí. Creemos que también el me­tadiscurso ha recibido esta influencia. ¡Por qué Martí? ¿Por qué este "hombre - síntesis" del quehacer y el pensamiento nues­ tro, que tiene por puntas de su estrella a Simón Bolívar, Ramón Emeterio Betances, Eugenio María Hostos y una innumerable pléyade de hombres ilustres de todas las partes del planeta?. Si la identidad contiene las respuestas a las preguntas ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿cómo actuamos?, ¿hacia dónde nos proyectamos?, ¿qué nos caracteriza como sujeto y/o con­junto social? ; y por supuesto, conforma un universo movible y profundamente complejo, entonces partamos del pensamiento martiano para nuestro comentario, luego de recorrer algunos aspectos de la conformación cosmovisiva del hombre nacido en esta parte del mundo y el discurso sobre la identidad.

Un acercamiento al problema anterior lo podemos real izar a partir de un corte, solamente metodológico y sin olvidar el todo de la obra del Apóstol cubano y obtener ganancias cognoscitivas a partir del estudio de algunos rasgos de "Nuestra América".

Publicado este ensayo el primero de enero de 1891 en la "Revista Ilustrada" de Nueva York y el día 30 del propio mes en el periódico mexicano "El Partido liberal", dirigido prin­cipalmente a los sectores de habla castellana dentro de los Estados Unidos y México, es un artículo o ensayo, según la clasificación que adoptemos, fundacional sobre su proyecto programático para toda la América mestiza.

Ora desde el punto de vista lingüístico- estilístico con su pe­culiar estructura a manera de discurso oral, su belleza y funcio­nalidad estilística y su enriquecido vocabulario, su sentido co­municativo precisado hacia la argumentación de las ideas me­dulares, incluso con la repetición gradada para lograr, en última instancia su propósito de persuadir y convencer al lector; ora, la construcción de un texto ideológico a partir de análisis de valor histórico del devenir del hombre nacido en nuestras tierras y la presencia de nudos temáticos, con enorme carga contenidista y la utilización de recursos literarios para expresarlos, "Nuestra América" sobrepasa el alcance epocal y se proyecta como un muro ante los anti-identitarios neoliberales globalizadores.

Aunque muy conocida, creemos que la apertura del ensayo debe ser recordada: 

Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea , y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia. o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal , sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las horas y le pueden poner la bota encima , ni de la pelea de los cometas en el Cielo. que van por el aire dormidos engullendo mundos. Lo que quede de aldea en América ha de despertar.10

Martí cuestiona el orden establecido, donde cultural y polí­ticamente el sujeto americano se debate ante dictaduras, mili­tarismo, caudillismo, envidias, intereses económicos, etcétera. y algunos tienen su mirada en los modelos foráneos o ignoran la propia realidad importándole sólo la personal. En tal sen­tido estas actitudes desdibujan el pensar y hacer americanos para buscar proyectos alejados de su contexto.

A este llamado hacia lo propio equilibrado, Martí explici­ta otro componente de mayor peligro, el papel hegemónico y expansionista de los yanquis, cuyo estadío como formación económico social estaba en los albores de un capitalismo mo­nopolista con la concentración de capital y la acción de los grandes bancos. La predicción martiana hace más de una centuria y media se ha hecho realidad. En lo económico, el nudo gordiano del Fondo Monetario Internacional cada vez es más opresivo. Economías subordinadas a intereses foráneos que conllevan a desastres en la producción, aunque en el mejor de los casos exista la ilusión de empresas nacionales propias y libres que, paradójicamente, aunque lo fueran, están sujetas a los vaivenes del mercado internacional.

Si el orden universal aspirado, según el texto, era un peligro, el mayor consistía en caer en las manos del gigante norteño. Iguales circunstancias tenemos hoy, a pesar de la experiencia acumulada en todos estos años de independencia en nuestros países. La "segunda independencia" que Martí solicitó aún es un acto utópico, en su sentido literal.

Inmediatamente Martí da la clave ante las circunstancias citadas: "trincheras de ideas valen más que trincheras de pie­dra".11 Es la inteligencia de un discurso no dependiente para concientizar a los pueblos . Un pensamiento contestatario y desde nuestra realidad, donde se construya un contén a la inva­sión ideológica de los "otros". "Ideas" del constructo america­no contextual, lo que equivale al ser, al "juicio". al pensar, a la identidad de cada pueblo de esta zona geográfica. Dentro del alcance de "idea", está la unidad de los pueblos mediante el proceso de interrelación cognoscitiva y autorreconocimiento. Necesarios para una identidad propia y una suprarregional de hermandad latinoamericana y antillana: "Los pueblos que no se conocen han de darse prisa para conocerse, como quienes van a pelear juntos",12 sin latrocinios ni infamias con el veci­no. La solidaridad y respeto a nivel de la unidad entre países ante el enemigo mayor, la posición de "junción" para salvar nuestras tierras y la identidad de sus pobladores, ya que "¡los árboles se han de poner en fila. para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento , y de Ja marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes."13

Si son parisienses o madrileños, vayan al Prado, de faroles, o vayan a Tortoni, de sorbetes.¡Estos hijos de carpinteros, que se avergüenzan de que su padre sea carpintero! ¡Estos nacidos en América, que se avergüenzan, porque llevan delantal indio, de la madre que los crió, y reniegan ¡bribones!, de la madre enferma, y la dejan sola en el lecho de las enfermedades!

De lo que se trata es del orgullo de ser americanos, del sano sentimiento de pertenecer a una etnia y a un estrato social y con u na misma historia y ancestros. El hombre americano como ente social diferente al "otro" y con parecida "mismidad" y objetivos comunes. Ni blanco, negro o mulato; ni indio, mestizo o criollo. Todos resultados del desarrollo de su identidad que tiene la marca latinoamericana que está preñada de (casi) iguales tradiciones, transculturación y su común pasado colonial.

Los que niegan su idiosincrasia, su identidad, los llama Martí "< increíbles > del honor"15, pues venden su alma al dia­ blo; de igual manera que lo hacen en la actualidad los que la empeñan con las transnacionales e incluso con la imagen cul­tural que transmiten los medios de difusión extranjeros, con sus videos, sus películas, revistas y programas por Internet perniciosas y modelizantes de ideales de violencia, pasividad anticontestataria y cantos de sirena. Modos de "culturizar" a los pueblos para sus nefastos intereses, donde por ejemplo unos producen alta tecnología y otros consumen desechos. Los "increíbles del honor" se magnetizan por el "american way of life", dejando atrás su ser latinoamericano y aún creen en el esplendor de un neoliberalismo que ha mostrado su in­capacidad económica y social de un desarrollo equilibrado y justo para el "hombre natural" de nuestras tierras.

Para el Ministro de Economía y Planificación de Cuba, Dr. José Luis Rodríguez García:

Desde las tesis liberales de Adam Smith, que concebía el libre juego del mercado como el medio ideal para compa­tibilizar la búsqueda del beneficio individual con el mayor beneficio social, asistimos a la singular transfiguración del egoísmo personal en una virtud social, dando a la equidad, así concebida en los marcos de la concurrencia, un sello de igualdad de dudosa validez.16

 El crecimiento del mercado propició el económico tam­bién. El sistema capitalista se aseguraba buenos dividendos pero a costa de la no equidad en la socialización de los beneficios y mucho menos un desarrollo equilibrado. En la década del 60 y 70 del siglo xx el intercambio desigual la marcó con un acelerado intercambio. Así en los 80 y 90 la deuda externa crecía en los países latinoamericanos. Ocurre "una fuerte contraofensiva neoliberal junto a un creciente proceso de glohalización de la actividad económica"17 la advertencia martiana sobre el comercio equitativo y justo y el peligro que emanaba desde el vecino del norte y Europa, fue desoído por los gobernantes y economistas locales. El proyecto socioculturalmartia no de "Nuestra América" tiene aristas posibles de hacer equivaler a fenómenos de la superestructura que tiene que ver con el desarrollo económico, en múltiples instancias, y el desarrollo de la cultura del hombre de nuestra América. El proyecto del ALCA tuvo sus antecedentes en las Conferencias Monetarias y la política de subordinación de los EE.UU ya en la época martiana.

Lo que ocurre hoy en el Tercer Mundo con su endeuda­ miento cada vez más progresivo y asfixiante tuvo su génesis, con respecto a América Latina, Martí supo alertarlo a su de­bido tiempo, y, por eso, pensamos , la organicidad y lógica de su pensamiento llega al clímax en su ensayo mayor "Nuestra América", la cual, por supuesto, no es un tratado de economía. pero ocupa un lugar privilegiado en los escritos del Apóstol y refleja una coherencia del devenir de la sociedad nuestra, donde lo histórico, cultural, económico, forman parte de un todo. Ese todo, es el modelo martiano, tiene una integralidad. En "Nuestra América" el acercamiento es principalmente cul­tural, ya en otros escritos periodísticos había tratado aspectos económicos que, al alertar sobre ellos, están contenidos aun­que no sea explícito en su programa revolucionario y revolu­cionador del ensayo que estamos analizando.

El espíritu del sufrido hombre de nuestros países, necesita del gobernante que los atienda y no se ajuste a modelos extranjerizantes negativos, ni al "Estado oligárquico, la forma más opuesta que pueda concebirse al equilibrio de los elementos naturales de cualquier país , pues( ...) estimulaba y se nutría de los desequilibrios y violencia de todo orden, como lo exigía la vía oligárquica de desarrollo capitalista"18 afirma el paname­ño Guillemo Castro sobre la época que le tocó vivir a Martí.

¿En qué patria puede tener un hombre más orgullo que en nuestras repúblicas dolorosas de América, levantadas entre las masas mudas de indios. al ruido de la pelea del libro con el cirial, sobre los brazos sangrientos de un centenar de apóstoles?(...) el buen gobernante en América no es el que sabe cómo se gobierna el alemán o el francés, sino el que sabe con qué elementos está hecho su país. y cómo puede ir guiándolos en junto, para llegar, por métodos e institucio­nes nacidas del país mismo. a aquel estado apetecible­ de cada hombre se conoce y ejerce, y disfrutan todos de la abundancia que la Naturaleza puso para todos en el pueblo que fecundan con su trabajo y defienden con sus vidas. El gobierno ha de nacer del país. El espíritu del gobierno ha de ser el del país. La forma del gobierno ha de avenirse a la constitucion propia del país. El gobierno no es más que el equilibrio de los elementos naturales del país.19

Pensemos la historia de cada uno de nuestros pueblos y constataremos la justeza de estos enunciados martianos. No se equivocó ni un ápice en su análisis y avisó de las futuras consecuencias para todos nosotros. Los avatares de ayer que Mar­tí observó son la virtual realidad de hoy en algunas naciones.

Mirémonos por dentro y encontraremos varios gobiernos retratados en ese cuadro martiano que contiene varios nudos de contenido aún sin solucionar en Latinoamérica: masas explotadas, gobiernos alejados de su realidad referencial, prác­ticas inoperantes , desequilibrios y adopción de programas económicos y sociales desvirtuados. Estos desgobiernos no pueden satisfacer las solicitudes de Martí, que encaman la creación de una América Latina con estructuras adecuadas a su realidad y espíritu para un desarrllo justo y un crecimiento continuado sin exclusiones. Por eso, forma y contenido anda­ban y andan disociados; métodos y prácticas conducen tes a un subdesarrollo perenne e insostenible. Ante estos males, consi­deremos que "la América Latina es una identidad, no sólo por razones históricas y étnico - culturales. sino también porque su presente y su futuro enfrentan (...) la mismo amenaza de dominación"20 norteamericana.

Vale insistir que muchos de los juicios martianos sobre América latina tienen toda la validez y alcance significativo para las repúblicas anti llanas de habla castellana. En las Bases del Partido Revolucionario Cubano se planteaba la indepen­dencia de Cuba y Puerto Rico en su artículo primero y en el periódico de la independencia cubana , "Patria", que "las tres Antillas hermanas (las citadas y Santo Domingo)(...) han de salvarse juntas, o juntas han de perecer21... Los males comen­tados arriba son comunes a todos nuestros países, la identidad se ha construido de manera parecida y el sentido anti- identi­tario existió y pervive hasta nuestros días, avasallado en grado sumo, por las estrategias neoliberales y la globalización nega­tiva. El papel del imperialismo norteño continúa avanzando contra la identidad latinoamericana y caribeña.

La política económica aceptada por algunas de nuestras na­ciones hermanas ha traído la negación del desarrollo equilibra­do que demandaba Martí. El crecimiento de las capas pobres y de menores ingresos y las medianas, así como la dependencia cada vez mayor de la burguesía a los grupos de poder hege­mónicos foráneos y sus instituciones es un hecho incuestiona­ble. Estas circunstancias atentan contra el "ser americano" y antillano al desnaturalizar su esencia y conciencia en diversos órdenes. 

En la época en que fue escrita "Nuestra América " ya el dilema "lo propio" y "lo ajeno", lo nuestro y lo exterior, Amé­rica mestiza y la rubia del norte y Europa eran cuestiones en discusión que podemos observarlas como dimensiones del a identidad versus procesos intemacionalizadores que se afin­an en una práctica de imposición de modelos para globalizar y extenderse en el mundo sustentados por prácticas que hoy son neoliberales, pero que han pasado por varios estadías.

Al escribir el Apóstol que "no hay batalla entre la civiliza­ción y la barbarie, sino entre la falsa erudición y la naturale­za"22 se está refiriendo al eurocentrismo o norteamericaniza­ción, propósito "civilizador" del esquema extranjero cargado de tecnología, cultura e intereses diferentes a las propias la­tinoamericanas y que algunos como Domingo Faustino Sar­miento consideró válido para hacer avanzar nuestros países. Las necesidades nacidas del estadía de esta parte del mundo urgían de respuestas autóctonas y nunca las aplaudidas por la clase oligárquica neocolonial. La dicotomía inicial sarmien­ tina fue su respuesta clasista, Ja de Martí parte de un pensa­miento cultural y va más allá: a lo social , político, etcetera, desde una nueva cosmovisión que facilite un mundo mejor sin el olvido de algún sector y menos aún el marginado, tanto rural como urbano. La expansión neoliberal actual es porta­dora de esa civilización no autóctona, sino generada en los centros de poder que tienen los recursos económicos y tec­nológicos resultado de su desarrollo cognoscitivo o erudito. La mundialización pretende establecer el olvido del hombre natural americano y sus necesidades materiales y espirituales y subordinarlo. La "barbarie", el hombre de nuestras tierras, busca su libertad en la independencia segunda que no podrá encontrar en el nuevo modelo liberal, sino que hallará la glo­balización de su explotación.

Lo autóctono americano tiene en el pensamiento martiano extensiones significativas. No es una posición antidialéctica ni cerrada ante las influencias y desarrollo cultural de lo creado por la humanidad, sino la presencia de una mediación que res­peta el "ser" y el "hacer" desde una "mismidad" americana.

Cabe entonces repetir la famosa y paradigmática expre­sión medular en este ensayo: "injértese en nuestras repúbli­cas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas"23, la cual sintetiza la cosmovisión sobre el quehacer de las repúblicas hispanoamericanas y del Caribe. Todo el devenir del hombre que sea pertinente, pero practicado sin alejarnos de nuestras raíces. Cultura y ciencia al servicio de lo propio americano, gobiernos salidos de aquí, pensamiento y praxis que atiendan nuestras exigencias, rasgos de la globa­lización no neoliberal que sean pertinentes y necesarios para nuestro bienestar y desarrollo continuado. Globalización de la solidaridad y la esperanza de una América mejor para el bien de todos.

La cita anterior ha recibido innumerables análisis desde di­versas ópticas: ideológica, política, cultural, filosófica. Cree­mos que cabe también para el esclarecimiento de la actual mundialización o globalización. Es una idea extremadamente importante, a nuestro juicio, para estudiar nuestra posición en el mundo complejo actual y sirve de faro o estrategia.

Estrategia es política. Los pueblos han de vivir criticán­dose, porque la crítica es la salud; pero con un solo pecho y una sola mente.(...) En pie , con los ojos alegres de los trabajadores , se saludan de un pueblo a otro, los hombres nuevos americanos. Surgen los estadistas naturales del es­tudio directo de la Naturaleza. Leen para aplicar, pero no para copiar. Los economistas estudian la dificultad en sus orígenes. Los oradores empiezan a ser sobrios. Los drama­turgos traen los caracteres nativos a la escena. Las acade­mias discuten temas viables. La poesía se corta la melena zorrillesca y cuelga del árbol glorioso el chaleco colora­do. La prosa . centelleanre y cernida. va cargada de idea. Los gobernadores, en las repúblicas de indios, aprenden indio.

De todos sus peligros se va salvando América.24

Martí piensa que ha de tenerse en cuenta una estrategia que equivale a política. Los países mestizos pueden tener diver­gencias y críticas pero desde un mismo haz, desde las intenciones sanas del nuevo hombre americano que se está creando en esa época y que es el mismo de los Foros de Sao Paulo y las conferencias de sol idaridad real izadas en la actualidad. Recalca que son los trabajadores, esos hombres nuevos y el papel de los estadistas, los economistas, gobernantes, y dedi­cados al arte y la literatura; en fin, los trabajadores y una in­telectualidad afincada en nuestras realidades para salvar a los países americanos del modelo foráneo y de las circunstancias negativas internas.

El Apóstol cubano está proyectando cómo actuar en Amé­rica. Su interés parte del discurso real contextual hacia el dis­curso aspirado. La función política y estratégica es la de avi­sorar caminos y vías para la solución del problema americano. Maní está construyendo un programa de resistencia y ofensi­va basado en la unidad de propósitos e identidades parecidas latinoamericanas y caribeña ante la política del imperialismo norteamericano. Coincidimos con Roberto Hernández Bios­ca, quien desde el punto de vista cultural, nos expresa: "las estrategias culturales propuestas por José Martí en su ensayo "Nuestra América" marcan las pautas metodológicas esen­ciales".25 Estas aún no han sido las armas de combate para to­dos nosotros; quizás con el estudio profundo del pensamiento martiano, latinoamericano y caribeño logremos salvarnos en la encrucijada actual, aunque advertimos que no es necesario un modelo rígido, ni una única vía. "Crear es la palabra de pase de esta generación. El rino, de plátano; y si sale agrio, ¡es nuestro!"26 , como pensaba Martí para sus contempo­ráneos y que es absolutamente válido para todos nosotros. Las expectativas y urgencias de aquel momento continúan siendo elementos a tener en cuenta. El desequilibrio provocado por el colonialismo y el neocolonialismo hoy pervive, con nuevos matices, en las repúblicas que intentan dejar atrás el lastre de desigualdades insalvables.

El hombre contemporáneo de acá, insistimos. puede hallar su hombradía política arrastrando al gigante de las siete leguas al abismo al frenar los impulsos del nuevo liberalismo venido de los centros de poder.

El deber urgente de nuestra América es enseñarse como es. una en alma e intento, vencedora veloz de un pasado sofo­cante. manchada sólo con la sangre de abono que arranca a las manos la pelea con las ruinas. y la de las que nos dejaron picadas nuestros dueños. El desdén del vecino formidable, que no la conoce, es el peligro mayor de nues­tra América; y urge, porque el día de la lisita está próximo, que el recino la conozca, la conozca pronto. para que no la desdeñe. Por ignorancia llegaría, tal vez, a poner en ella la codicia. Por respeto. luego que la conociese, sacaría de ella las manos.27

El Hombre mayor de Cuba, al analizar las circunstancias que acaecen en América Latina y el Caribe, observó que la contraposición o el subyugamiento de una raza por otra aten­taba contra la unidad nacional y supranacional latinoamerica­na y también contra la identidad. El considerar una raza supe­rior a otra es un hecho anticultural y antidentitario. No se trata de las características e idiosincrasia de una raza, sino de considerar a todas con iguales derechos, independientemente de su estadía sociocultural o económico. Para Martí y su proyecto, el ser humano vale en tanto su grandeza y alcance humanista. A su modelo le era muy cara la estrategia del do­minador de oponer razas entre sí y dividir. Él estudió bastante este tema y dejó varios trabajos que muestran un pensamiento coherente sobre el papel que ocupaba el término raza y el de humanidad.

La identidad universal del hombre para su unión y partici­pación en su programa de liberación continental fue el prin­cipio fundamental deseado por el Apóstol cubano. En ella ca­bían todas las particularidades identitarias de nuestros países y por lo tanto constituía un pensamiento unificador por encima de la categoría raza aplicada a un grupo o sector determinado debido a sus rasgos caracterológicos externos físicos.

No hay odio de razas, porque no hay razas. Los pensadores canijos , los pensadores de lámparas, enhebran y recalientan las razas de librería , que el viajero justo y el observa­dor cordial buscan en vano en la justicia de la Naturaleza, donde resalta en el amor victorioso y el apetito turbulento, la identidad universal del hombre. El alma emana, igual y eterna, de los cuerpos diversos en forma y en color. Peca contra la Humanidad el que fomente y propague la oposi­ción y el odio de las razas.28

 El mandato superior está muy claro en el texto y culmina al expresar la junción

Para la paz de los siglos, con el estudio oportuno y la unión tácita y urgente del alma continental. ¡Porque ya suena el trueno unánime; la generación actual lleva a cuestas, por el camino abonado por los padres sublimes, la América tra­bajadora; del Bravo a Magallanes, sentado en el lomo del cóndor, regó el Gran Semí, por las naciones románticas del continente y por las islas dolorosas del mar, la semilla de la América nueva!29 

El Gran Semí ha regado las semillas para hacer crecer al hombre americano y caribeño30 bajo la "fórmula del amor triunfante:" < Con todos, y para el bien de todos >"31

Corresponde a nosotros considerar una estrategia para la unión, la equidad, la justicia y bien estar para todos y el bien de todos los que portamos el espíritu identitario americano y desde el pensamiento regional alcanzar uno suprarregional que contrarreste las circunstancias actuales de globalización neoliberal. Un pensamiento donde los aportes de las Ciencias Sociales y otras se consoliden y ayuden a la creación de un modelo de raíz martiano donde lo político , ético, económico y social se conjuguen en presente del indicativo, sin formalis­mos ni dogmatismos. Así el Gran Semí que invocó José Martí, verá las semillas germinar.

Referencias bibliográficas

1. Cfr. Roberto Femández Retamar: Calibán y otros ensayos. La Ha­bana. Editorial Arte y Literatura, 1979.

2. . Fernando Ortíz: "Del fenómeno social de la transculturación y de su importancia en Cuba". en Contemporaneo del rabaco y el azúcar. p.88- 104.

3. Para referirnos al hombre que vive en la zona geográfica al sur de los EE.UU, utilizamos el término "hombre latinoamericano" o" caribeño", "antillano"; en fin, el nacido en la América mestiza martiana.

4. Carlos Andújar Persinal: "La identidad dominicana y sus fantas­mas". en Ciencia y Sociedad. Vol xxiii. no 4, oct.-dic.. 1998, p.485 y otras.

5. Dalia Rodríguez Bencomo: "El tema de laidentidad en la obra martiana desde una perspectiva filosófica", Resumen de tesis de Doctorado. Universidad de La Habana. 2004,p. l

6. 6. Maritza García Alonso: Identidad cultural e investigación. La Habana. Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello. 2002. p. 10.

7. Ihid..p.33-34 .

8. Ihid.. p. 36

9. José Martí: "Cuadernos de Apuntes (1881 )" en Obras Completas. t. 21 . La Habana . Editora Nacional de Cuba. 19. p. 22 1 .

10. José Martí: "Nuestra América". en Obras Completas, t.6.p.1 5.

11. Ihid.

12. Ihid.

13. Ihid.

14. Ihid..p.16

15. Ihid..p.15

16. José Luis Rodríguez García: "Globalización y equidad: breve aná­lisis crítico", en cuba Social ista, # 25. p.26.

17. Ihid.. p.27

18. Guillermo Castro Herrera: "Cultura y Sociedad en José Martí". en Anuario del Centro de Estudios Martianos. #5 , 1982,p. l 50.

19. Ihid .. p16-17.

20. Pedro Pablo Rodríguez: "Como la plata en las raíces de los Andes. El sentido de la unidad continen tal en el latinoamericanismo de José Martí". en Anuario del Centro de Estudios Marti anos. # 3. 1980.p.327.

21. José Martí: "Las Antillas y Baldorioty Castro", en Op. cir.t 4, p.407.

22. José Martí: "Nuestra América··. en Op. Cir .. t.6,p.1 7 23.

23 Ihid..p.1 8.

24. Ihid .. p.21 .

25. Roberto Hernández Biosca: "Violencia cultural vs. Cultura de re­sistencia" en Revista Honda. Sociedad Cultural José Martí. no.2. año 1. 2000,p. l 2

26. José Martí: "Nuestra América". en Op. Cir.. t.6,p.20 568

27. Ihid.. p. 22.

28. Ihid.. p. 22

29. Ihid.. t.6, p.23, 1963.

30. Cintio Yitier : "Nuestra América en Martí", en Temas martianos. Segunda Serie. La Habana, Centro de Estudios Martianos. 1982.

31. José Martí: "Discurso en el Liceo Cubano. Tampa", en Op. Cit.. T 4, p.279.