Ciencia y Sociedad, Vol. 29, No. 3, 2004 • ISSN: 0378-7680 • ISSN: 2613-8751 (en línea) • Sitio web: https://revistas.intec.edu.do/

ECONOMÍA POLÍTICA DE LAS REFORMAS: UN ACERCAMIENTO TEÓRICO AL CASO DOMINICANO*

POLITICAL ECONOMY OF THE REFORMS: A THEORETICAL APPROACH TO THE DOMINICAN CASE

DOI: https://doi.org/10.22206/cys.2004.v29i3.pp473-505

*Las opiniones emitidas en la presente investigación son responsabilida del autor Agradezco a Devashish Mitra, Ali Cem Karayalcin, Nejat Anbarci y Kathrynn McCollister por comentarios sobre versiones anteriores de este trabajo. Los errores son responsabilidad del autor.
**Corre-o: j.andujar@intec.edu.do Area de Negocios, INTEC.

INTEC Jurnals - Open Access

Cómo citar: Andújar Scheker, J. (2004). Economía política de las reformas : un acercamiento teórico al caso dominicano. Ciencia Y Sociedad, 29(3), 473-505. https://doi.org/10.22206/cys.2004.v29i3.pp473-505

Resumen

El siguiente artículo presenta una visión teórica de la economía política de las reformas en países en desarrollo con regímenes presidenciales. Tomando como punto de partida la experiencia de la República Domi­nicana en los 1990s, se desarrolla un modelo que intenta replicar las in­teracciones entre agentes políticos durante un proceso de discusión de reforma en el Congreso de un país. El modelo tiene como punto partida la decisión discreta de un Presidente entre liberalizar o mantener un status-quo proteccionista. Si opta por liberalizar, el Presidente somete a un Congreso anti-reforma su propuesta. La decisión del Congreso de aprobar o rechazar la propuesta depende de las contribuciones de dos lobbies rivales que se enfrentan en un juego no-cooperativo antes de la decisión del Presidente. El modelo muestra como el comportamiento de los lobbies depende del comportamiento de su rival y como sus decisiones afectan la elección del Presidente. Explica además, porque en países en desarrollo con larga tradición autoritaria las reformas son pospuestas indefinidamente.


Palabras clave:

Economía política; Reformas estructurales; Política endógena; Repú­blica Dominicana

Abstract

The following article presents a theoretical vision of the political economy of reforms in developing countries with presidential regimes. Taking as a starting point the experience of the Dominican Republic in the 1990s, a model is developed that tries to replicate the interactions between political agents during a process of discussion of reform in the Congress of a country. The model has as its starting point the discrete decision of a President between liberalizing or maintaining a protectionist status quo. If he chooses to liberalize, the President submits his proposal to an anti-reform Congress. The decision of Congress to approve or reject the proposal depends on the contributions of two rival lobbies that are faced in a non-cooperative game before the President's decision. The model shows how the behavior of the lobbies depends on the behavior of their rival and how their decisions affect the election of the President. It also explains why, in developing countries with a long authoritarian tradition, reforms are postponed indefinitely.


Keywords:

Political economy; Structural reforms; Endogenous policy; Dominican Republic

 

1. Introducción

La ola de reformas que afectó América Latina en los tiem­pos recientes redefinió las relaciones políticas entre los dis­tintos grupos de interés de la región. Con su fuerza barrió la alianza implícita que existió por décadas entre industriales, trabajadores urbanos y gobiernos populistas que servía de sos­tén al viejo modelo de desarrollo hacia adentro.1 Al tiempo que resquebrajaba relaciones históricas, la ola reformadora trajo consigo nuevos actores políticos dispuestos a participar en la discusión pública sobre los beneficios de la liberalización y la competencia internacional. Avanzar las reformas por los canales democráticos apropiados se constituyó en una tarea de titanes que en ocasiones degeneró en verdaderas batallas políticas mientras la región aprendía el juego democrático.

El principal teatro donde se escenificaron las batallas por las reformas económicas fue el Congreso de los distintos países. Allí, cada propuesta generó la movilización de diferentes grupos de interés que favorecían o se oponían al cambio. Esta conducta que sería vista como algo normal en países desarrollados con un largo historial democrático, constituyó una experiencia nueva para naciones acostumbradas a una tradición autoritaria y más inclinadas al decreto presidencial que a la ley misma. El estudio de las interacciones entre diferentes actores políticos durante el proceso de aprobación de reformas en este tipo de países es lo que da origen al modelo presentado en este trabajo.

El modelo consiste en un juego político donde un Presiden­te, comprometido con las reformas, decide entre mantener un status-quo proteccionista o enviar a un Congreso, dominado por la oposición, un proyecto de liberalización comercial. De proponer, el Congreso debe decidir si acepta o rechaza la re­forma. Esta decisión está influenciada por las contribuciones recibidas de dos lobbies rivales, uno que favorece la reforma y otro que se opone a la misma. Es decir, los lobbies juegan un juego reducido que precede al gran juego político entre el Presidente y el Congreso.

Tres ramas de la literatura son particularmente importantes para este estudio: la Teoría de la Elección Publica que usa téc­nicas económicas para analizar asuntos políticos; la Teoría de Políticas Endógenas que explica como se determinan las re­formas cuando los agentes tienen un comportamiento racional en el mercado político; y la Teoría de Concursos que presenta a rivales esforzándose por obtener un premio para el cual exis­ te una probabilidad determinada.

Mueller (1993) define Elección Pública como el estudio económico de la toma de decisiones fuera del mercado o la aplicación de técnicas económicas a la ciencia política.2 Mi­ller (1997) explica como los economistas estudian no solo el comportamiento de los votantes, sino también de los candida­tos, los burócratas y los líderes partidarios. El uso de técnicas económicas para analizar el comportamiento de actores políti­cos dio origen a una línea de investigación interdisciplinaria.

Algunos cientistas políticos han criticado este esfuerzo in­terdisciplinario. Bates (1991) plantea que lo ideal sería tener una forma de análisis político que incorpore conceptos eco­nómicos como la elección racional y el análisis de equilibrio, pero que evite aplicarformas de análisis de mercado a institu­ciones que operanfuera del mercado. Dunleavy (1987) critica lo que él llama el Primer Principio de Elección Pública como altamente abstracto y matemático con un monto de cosas to­talmente desconectadas de la teoría política.

Baldwin ( 1991) argumenta que las diferencias entre economistas y politólogos existen porque ambos estudian el mismo tema (economía política) con enfonques radicalmente diferen­tes. Mientras los economistas adoptan una visión microeconó­ mica de la política con individuos, empresas y oficiales públicos como ejes centrales de sus modelos, los politólogos ven el problema en términos macropolíticos con el estado como la unidad de decisiones básica.

A pesar de estas críticas, la economía de la política se ex­pande durante los setentas y ochentas bajo la denominación de Nueva Economía Política (NPE). Finlay (1991) nota que la NPE postula por un esquema de instituciones políticas y de comportamiento que corresponde a aquel de los países indus­triales avanzados. Este sesgo en la investigación se mantiene hasta que a mediados de la década del noventa un grupo de economistas comienza a interesarse por el proceso político de aprobación de reformas en países en desarrollo. Como resulta­do de este interés nace la llamada nueva Economía Política de las Reformas (NPER)3. Helpman y Persson (1998) dividen los modelos desarrollados por la NPER en tres grupos: modelos electorales, de cabildeo y legislativos . El modelo presentado en esta investigación es un híbrido entre los modelos legislati­ vos y de cabildeo.

Brock, Magee y Young (1989) definen el segundo cuerpo de literatura relevante en este trabajo –la Teoría de Política Endógena (EPT)– como una teoría que explica el proceso de aprobación de una reforma cuando los participantes en el proceso de decisión política observan un comportamiento racional.4 Pant (1997) clasifica los modelos de política endó­ gena en tres tipos: modelos de interés público, modelos de interés individual y modelos de mercados políticos. Los mo­delos de mercado político pueden asumir la forma de modelos de demanda, modelos de oferta o una combinación de ambos. El modelo presentado en esta investigación es un modelo de mercado político de demanda.

Final mente, la teoría de concursos es relevante para nuestro esquema por la forma que asume el juego reducido de los lob­bies dentro del modelo. El juego reducido es una interacción social donde dos contendientes ( lobby pro-reforma y lobby anti-reforma ) realizan esfuerzas ( contribuciones ) para ganar un premio (la política preferida )5. En ese sentido, el juego en­tre los lobbies representa una interacción de búsqueda de ren­tas entre grupos rivales. Tullock ( 1980) usó la teoría de juegos y funciones de reacción tipo Coumot-Nash para estudiar estas interacciones en el corto plazo. Corcoran y Karels ( 1980) ex­tendieron el modelo de Tullock a un esquema de largo plazo con libre entrada de competidores.

Más allá de la búsqueda de rentas, los concursos han sido utilizados para modelar otras interacciones sociales y económi­ cas. Hirschleifer ( 1989) y Skaperdas ( 1992) estudiaron las solu­ ciones de conflictos económicos como concursos. La rivalidad de Investigación y Desarrollo en un contexto internacional por una innovación rentable ha sido modelada como concurso por Loury ( 1979), Stiglitz y Dasgupta ( 1980) y más recientemen­ te, Dinopoulos y Syropoulos (1998). Asimismo, Rosen (1986) estudió los torneos de empleo, mientras Dixit ( 1987) y Nitzan (1994) se enfocaron en los concursos de bienes públicos.

En la siguiente sección se presenta un esquema que define de forma simple el juego político. La sección tres desarrolla el juego reducido de los lobbies. La cuarta parte de esta inves­tigación estudia la decisión del presidente de liberalizar o no y la influencia que los lobbies ejercen en esta decisión. Final­ mente, en la quinta y última sección se presentan las conclusiones de la investigación.

2. Representación esquemática del juego político

Un Presidente, P, enfrenta una elección discreta entre libe­ralización total (TL) y status-quo (SQ) en una economía en desarrollo pequeña y abierta. TL consiste en un nivel de A o la proporción de ingresos públicos provenientes de impuestos externos igual a cero. SQ representa el actual estado de cosas definido por un nivel de A relativamente alto. La decisión del Presidente desata una serie de interacciones que se recogen en el siguiente diagrama de árbol.

El juego principal o central se presenta en líneas sólidas. Es un juego secuencial de una ocasión donde P establece la agenda. P decide si propone o no una reforma arancelaria a un Congreso dominado por la oposición. De no proponer, el jue­go termina automáticamente y se mantiene el status-quo. De proponer, P envía una reforma de liberalización total al Congreso, quién debe decidir el destino de la misma. Existe una probabilidad q de que la propuesta pasará y una probabilidad 1-q de que será rechazada.

La forma como está definido el Congreso6 implica un re­chazo automático de la propuesta, al menos que se le motive por otras vías a hacer lo contrario. Esa motivación en el mode­lo, proviene de las contribuciones de lobbies rivales que tratan de avanzar en la legislatura, sus políticas preferidas. En ese sentido, existe un juego reducido entre los lobbies que precede al gran juego político. Ese juego se representa en el diagrama de árbol con líneas discontinuas.

Es importante señalar que el foco principal del modelo es el juego reducido de los lobbies y la influencia que éste ejerce so­bre la decisión del Presidente. Por esta razón, se asume que el comportamiento del Congreso es exógeno al modelo. Es decir, el Congreso opera como una caja negra donde la decisión final de aprobar o rechazar la propuesta es tomada. Por el contrario, las contribuciones óptimas de los lobbies y la decisión del Presiden­te de proponer o no una reforma se determinan endógenamente.

Por último, se asume que P se comporta como un líder tipo Stackelberg vis a vis los lobbies. Es decir, el Presidente incor­pora a su ejercicio de maximización los niveles de contribu­ción óptima de los lobbies. El origen de este supuesto radica en que P está comprometido con la reforma ya que la liberali­zación total en una economía pequeña y abierta incrementa el bienestar de la sociedad y genera réditos políticos.7

El problema de definir a P como un Presidente comprometido con la reforma es que ʎso pasa a ser una estrategia débilmente dominada.8 Bajo este esquema, P nunca seleccionaría mantener el status-quo, sino que optaría siempre por la liberalización total. Por esta razón, se asume que al proponer P enfrenta un costo F que puede ser visto como el costo de organizar y preparar la propuesta o en su defecto, como el costo de oportunidad de distraer al presidente de otras actividades importantes.

En la siguiente sección comenzamos a desarrollar el modelo político partiendo del juego reducido de los lobbies. Una vez encontrado el equilibrio del juego reducido, se incorpora este resultado al problema del Presidente y se procede a estudiar las condiciones bajo las cuales habría una propuesta de reforma.

3. El juego de los lobbies

El juego reducido se define como un concurso de tarifa donde dos contendientes (Jobbies) hacen esfuerzos (contribu­ciones) para incrementar la probabilidad de ganarse un premio (Ja política preferida). Dixit (1987) fue el primero en definir como un concurso las actividades de cabildeo para obtener una licencia o contrato del gobierno. En su trabajo, Dixit uti­lizó funciones tipo probit y logit para definir la probabilidad de ganar el concurso. Desde entonces, ha sido frecuente –en la literatura de concursos– darle alguna de estas formas fun­cionales a la probabilidad de que una de las partes reciba el premio buscado. Skarpedas (1996) axiomatizó las formas fun­cionales que podía asumir la probabilidad de alzarse con el premio. Es decir, definió las claves para seleccionar una fun­ción de éxito para cada jugador dado los esfuerzos de los otros jugadores por alcanzar el premio.

En nuestro modelo la probabilidad de ganar el concurso viene dada por q, la probabilidad de que el Congreso apruebe la reforma. Siguiendo la tradición en la literatura de concur­sos, se escoge una función tipo logit para definir q. La elec­ción de una forma logit para la función probabilística hace que la probabilidad de ganar el premio sea vista como la relación entre los esfuerzos de un jugador y el total de esfuerzos hechos en el concurso.

El juego reducido de los lobbies es un juego no-coopera­tivo de movida simultánea entre dos participantes (LP que fa­vorece la reforma y LA que se opone a la misma). Cada lobby escoge el nivel de contribución óptima para tratar de avanzar su política preferida comportándose como un ente racional en el mercado político. Dada la racionalidad de los agentes, cabe esperar que LP contribuya a favor de la propuesta presidencial y LA lo haga para mantener el status-quo.

Un equilibrio de Nash para el juego reducido es un punto común donde un lobby escoge el nivel de contribución que maximiza su beneficio neto esperado dada la elección de su rival. Para hallar este equilibrio necesitamos solucionar el pro­blema de los lobbies y estimar una función de reacción para cada uno de ellos. Procedamos entonces en esa dirección.

3.1. El Problema de los lobbies: Ejercicio de optimización

El lobby p trata de maximizar su beneficio neto esperado, E(BLP) en base a su variable de control, CP.

Con esta formulación estamos diciendo que el beneficio neto esperado del lobby pro-reforma es igual a lo que el lobby obtendría de aprobarse la reforma multiplicado por la probabilidad de que la reforma pase (q), más lo que el lobby obten­dría de rechazarse la reforma multiplicado por la probabilidad de que la reforma no pase (1-q).9 A este beneficio habría que restarle el costo que p asume al participar en el concurso de tarifas. Para simplificar, ese costo se iguala a CP o su nivel de contribuciones.10 Rescribiendo, tenemos:

Nótese que ф es el diferencial de utilidad que p enfrenta por participar en el juego político. Dado que p recibe una mayor utili­dad si la reforma pasa que si se mantiene el status-quo, es positi­vo. Una interpretación alternativa del parámetro ф permite asociar el diferencial de utilidad al tamaño del lobby. La lógica detrás de esta asociación es que mientras mayor es el lobby, mayor es la ganancia que se deriva de la aprobación de la política preferida.

La ecuación (3) nos dice que p selecciona su nivel óptimo de contribución igualando su beneficio marginal a su costo marginal en el mercado político. Obsérvese que mientras el costo marginal político (MPC) es una constante igual a 1, el beneficio marginal político (MPB) depende de las contribuciones de los lobbies y del tamaño o diferencial de utilidad del lobby pro-reforma. Siempre que MPB exceda MPC, el lobby pro-reforma contribuirá con una unidad adicional para tratar de avanzar la política de su preferencia.

Manipulando (3) se puede hallar la función de reacción de p que nos dice como cambian las contribuciones de este lobby dado el nivel de contribuciones de su rival. Tenemos:

La forma de la curva depende de dos variables: el monto de las contribuciones del lobby anti-reforma y el diferencial de utilidad del lobby pro-reforma. Digamos que CA es el nivel de contribuciones de A que hace dCP/dCA=O. Es decir, CA es el nivel de contribuciones correspondiente al punto máximo de la función inversa de reacción. En este caso, para niveles de CA menores a CA, dCP/dCA>O, es decir que CP crece mientras CA crece. Para niveles de CA por encima de CA, dCP/dCA< O, es decir que CP decrece mientras CA crece. La figura 3.1 representa la función inversa de reacción del lobby pro-reforma, RP.

Según la literatura de organización industrial, para valores menores a CA, el lobby pro-reforma percibe las contribuciones del lobby anti-reforma como un complemento estratégico.11 Así, cuando el lobby anti-reforma aumenta sus contribuciones, el lobby pro-reforma responde con un comportamiento agresivo y también aumenta sus contribuciones. Para valores mayores a CA, sin embargo, el lobby pro-reforma percibe las contribuciones de su rival como un sustituto estratégico y por tanto, reduce sus contribuciones en respuesta a un aumento de las de su rival.

Veamos a continuación el problema de A o el lobby anti-re­forma. A trata de maximizar su beneficio neto esperado E(BLA) seleccionando su variable de control, CA. Tenemos:

Al igual que su rival, el lobby anti-reforma selecciona su nivel óptimo de contribuciones comparando el costo y el be­neficio marginal de su participación en el mercado político. Nótese que 8 -el diferencial de utilidad de A- es negativo ya que el lobby anti-reforma recibe más utilidad del mantenimiento del status-quo que de la aprobación de la reforma. En ese sentido, un incremento del valor absoluto de 8 se asocia a un mayor tamaño del lobby A.

Manipulando (8) se obtiene la función de reacción del lobby anti-reforma, RA. Es decir, se define las contribuciones de A en función de las contribuciones de p.

La pendiente de la curva de reacción del lobby anti-reforma depende del tamaño de su diferencial de utilidad y del monto total de contribuciones de su rival. Tal y como se estableció en el caso del lobby pro-reforma, existe un nivel de contribución del rival, CP, que hace dCA/dCP=O. Para niveles de CP menores a CP, dCA/dCP_>Ü, es decir que A ve las contribuciones de p como un complemento estratégico. Por el contrario, para ni­ veles de CP mayores a CP, dCA/dCP_<Ü, es decir que A ve las contribuciones de p como un sustituto estratégico. La figura 3.2 representa la función de reacción del lobby anti-reforma.

3.2 Equilibrio en el juego de los lobbies

El equilibrio del juego reducido de los lobbies ocurre en un punto donde ninguno de los jugadores tiene un incentivo para desviarse dada la ubicación de su rival. Ese punto se encuentra en la intersección de las dos funciones de reacción. Substitu­ yendo (4) en (9) y manipulando algebraicamente obtenemos CP* y CA* o los niveles de contribución correspondientes al equilibrio de Nash.

Nótese que tanto CP*como CA* son funciones de los pará­metros y 0. Obsérvese además, que no se puede establecer cual de los dos niveles de contribución es mayor en equili­brio. En consecuencia, existen tres posibles representaciones diagramáticas del equilibrio.

El primer caso, donde CP*=CA*, se presenta en la figura 3.3. Este caso se conoce como el equilibrio de simetría perfecta, ya que la intersección de las funciones de reac­ción de los lobbies cae sobre una línea de 45 grados que representa el locus de puntos que satisface CP*=CA*

El segundo equilibrio posible se presenta cuando CP*>CA*. En este caso, las curvas de reacción se cruzan en un punto a la derecha de la línea de 45 grados. La figura 3.4 representa este caso especial de asimetría. Siguiendo a Dixit (1987) una interpretación posible del segundo caso es que p es el favorito para ganar el concurso de tarifas12.

El tercer y último equilibrio ocurre cuando CP*< C A*. En este caso, las curvas de reacción se cruzan a la izquierda de la línea de 45 grados. La figura 3.5 representa este tercer equi­librio donde el lobby anti-reforma es el favorito para ganar el concurso de tarifas. Este equilibrio es más representativo de países que durante años implementaron una estrategia de de­ sarrollo basada en la sustitución de importaciones.13 En estos países, las industrias protegidas se organizaron primero con­solidando fuertes grupos de presión anti-reforma.

Proposición i Cuando un Presidente comprometido con las reformas enfrenta una elección entre liberalización total y status-qua y la probabilidad de que el Congreso apruebe la reforma es de tipo logit, el equilibrio del ju ego reducido de los lobbies depende del tamaño de los lobbies de manera tal que:

Basado en el tercer equilibrio podemos interpretar esta propo­ sición como sigue: si el valor absoluto del diferencial de utilidad del lobby anti-reforma excede el diferencial de utilidad del lobby pro-reforma o lo que es igual, sí LA es mayor que LP, el lobby anti-reforma tiene mucho más que perder ante la implementación de la reforma que lo que el lobby pro-reforma podría ganar. Este equilibrio es el que se asocia con más facilidad a la historia de las reformas dominicanas donde por razones históricas el lobby anti-reforma se organizó primero y con más éxito que el lobby pro-reforma.14

El segundo equilibrio, por otro lado, es más representativo de países con un trecho recorrido en materia de liberalización. En estos países, las políticas de apertura comercial han arrojado fru­tos incrementando el tamaño relativo del lobby pro-reforma vis a vis el lobby anti-reforma.15 En un caso extremo, este equilibrio podría asociarse a la aprobación de reformas dentro de un régi­men autocrático. En este esquema es posible que el lobby pro­-reforma adquiera más adeptos por miedo y adhesión al régimen de turno que por compromiso con las políticas de cambio.16

3.3 Estática Comparativa: Cambios en los diferenciales de utilidad de los lobbies

En esta sección tenemos como objetivo estudiar cómo

reaccionan los niveles óptimos de contribución a cambios en los parámetros ф y θ. Comencemos por analizar el impacto en las contribuciones de equilibrio de un cambio en ф o el tama­ño del lobby pro-reforma. Diferenciando totalmente (4) y (9) obtenemos un sistema de dos ecuaciones, (14) y (15), con dos variables, CP y CA y dos parámetros, ф y θ.

Si CP/θ es mayor que CA/ el determinante es positivo. Para el caso del equilibrio asimétrico a Ja derecha de la línea de 45 grados, esta condición se cumple sin reservas. Para los demás casos de equilibrio asumimos –como parte de nuestro ejerci­cio de estática comparativa– un equilibrio estable. 

Aplicando la regla de Cramer al sistema matricial obtene­mos los efectos de cambios en sobre las contribuciones de los distintos lobbies. Estos resultados dan origen a nuestra se­gunda proposición:

Proposición ii Un incremento en el tamaño del lobby pro-reforma (Ȋф) lleva a:

  1. a) Un incremento en CP.

  2. b) Un incremento o caída en CA dependiendo de:

    1. el tamaño original del lobby rival (θ).

    2. el nivel inicial de contribuciones del lobby rival (CP)

Intuitivamente, cuando la membresía de p crece, hay más individuos demandando liberalización lo que lleva al lobby a incrementar su contribución. Para el lobby anti-reforma, su deseo de competir (incrementar CA) depende de su tamaño re­lativo cuando se alcanza el equilibrio. Mientras menor es CP o mayor es e, es más probable que un incremento en el tamaño de p lleve a más contribuciones de su rival. Podríamos resumir estos casos en:

Asumiendo que partimos de un equilibrio como el repre­sentado por la figura 3.5, un incremento de ф desplazaría la curva de reacción de este lobby a la derecha haciendo crecer CP, y crecer o decrecer CA dependiendo de la magnitud del desplazamiento . La figura 3.6 muestra como podría moverse el punto de equilibrio desde a hasta b o c. El punto b representa un equilibrio donde el tamaño de A o su diferencial de utilidad es lo suficientemente grande como para empujarlo a competir con p. En el punto c, ocurre lo contrario: ambas variables son relativamente pequeñas y A cede su espacio a su rival.

Aplicando de nuevo la regla de Cramer para hallar la reac­ ción de los valores de equilibrio a cambios en el tamaño del lobby A obtenemos (20) y (21):

Proposición iii Un incremento en el diferencial de utili­dad del lobby anti-reforma (Ȋθ), otras cosas iguales, lleva a:

  1. Un incremento en CA.

  2. Un incremento o caída en CP dependiendo de:

    1. el tamaño original del lobby rival (ф).

    2. el nivel inicial de contribuciones del lobby rival (CA)

Intuitivamente, un incremento en el diferencial de utilidad del lobby anti-reforma implica que los miembros del lobby tienen más que perder si se implementa la reforma. Al tanto de esta situación, ejercen mayor presión para el rechazo de la re­ forma lo que lleva al lobby a incrementar su contribución para favorecer el status-quo. Para el lobby pro-reforma, su deseo de competir (incrementar CP) depende de su tamaño relativo y del nivel de contribución de su rival cuando se alcanza el equilibrio. Mientras menor es CA o mayor es ф es más probable que un incremento en el tamaño del lobby A lleve a más contribu­ ciones del lobby p. Podríamos resumir estos resultados en la siguiente expresión:

Asumiendo que partimos de un equilibrio como el repre­sentado por la figura 3.5, un incremento en e desplazaría la curva de reacción de este lobby hacia arriba. Este equilibrio está representado por la figura 3.7. Nótese que si p no es lo suficientemente grande (o CA es muy grande o ф es muy pe­queña) un incremento en θ haría decrecer a CP y crecer a CA.

A mediados de los años noventa durante un segundo inten­to de reformas en la República Dominicana, el lobby A reac­cionó a un aumento en su membresía, tal y como lo sugiere la figura 3.7. Ante un viraje de la opinión pública en contra de la reforma que generó un incremento de sus afiliados, el lobby anti-reforma decidió aumentar sus contribuciones. El lobby pro-reforma, sin embargo, reaccionó de forma distinta a lo que sugiere la gráfica. Es decir, aumento también sus con­tribuciones lo que debe interpretarse como que este lobby era lo suficientemente grande para competir.17

4. El Juego final: El Presidente y los lobbies

Una vez se tienen las contribuciones óptimas de los lo­ bbies, se puede proceder a evaluar el problema del Presidente. Cabe recordar que en el modelo, P se comporta como un líder Stackelberg, es decir, incorpora a su ejer­cicio de maximización las contribuciones de equilibrio de los lobbies. La ecuación (32) muestra el beneficio neto esperado de P.

Obsérvese que el beneficio neto esperado de P es igual a las ganancias esperadas de la liberalización más las ganancias esperadas del status-qua menos F o el costo fijo total en el que incurre P al hacer una propuesta. Se puede pensar en F como el costo de oportunidad para P de proponer. Alternativamente, F puede interpretarse como el costo de elaborar y organizar una propuesta. La decisión de P dependerá de comparar sus ganancias esperadas con sus costos esperados. Rescribiendo (32) obtenemos:

 Proposición iv Si q* Ѱ es mayor ( menor) que F, las ganancias esperadas de proponer serán mayores ( menores) para el P que las perdidas esperadas. En conclusión, habrá (no habrá) una propuesta.

Dado que F y Ѱ son constantes, la propuesta de P depende de q* o la probabilidad de que el Congreso pase la reforma. A la vez, q* depende de los niveles óptimos de contribución de los lobbies. En consecuencia, el comportamiento de los lobbies en el juego reducido influye indirectamente en la decisión del Presidente.18

4.1. La elección del Presidente y el diferencial de utilidad de los lobbies

El siguiente paso es identificar cómo la decisión de P de proponer o no es afectada por el tamaño de los lobbies. Subs­tituyendo (13) en (33) podemos rescribir el beneficio neto es­perado del Presidente en término de parámetros.

Proposición v Un incremento en el tamaño del lobby pro-reforma ф incrementa el beneficio neto esperado del presidente v su deseo de proponer. Asi mismo, un incremento en el dierencial de utílidad del lobby anti-reforma hace crecer el beneficio neto esperado del Presidente y por tanto, su deseo de proponer.

Intuitivamente, mientras más grande es el lobby pro-reforma más contribuye incrementando así la probabilidad de que el Congreso apruebe la propuesta. Dado que es más probable que la propuesta pase, P tiene un mayor incentivo para distraerse de otras labores y proponer. Por el contrario, un mayor diferencial de utilidad para el lobby anti-reforma reduce la probabilidad de éxito de este lobby y aumenta el deseo de P de proponer una reforma.

Proposición vi Dejemos a ф y ıθı ser los niveles de ф y ıθı que hacen a E(BP) igual a cero. Dado un costo fijo y un diferencial de utilidad:

  1. para valores de ф por debajo de ф o valores de ıθı por encima de ıθı, E(Bp) es negativo y no habrá propuesta.

  2. para valores de ф por encima de ф o valores de ıθı pordebajo de ıθı, E(BP)es positivo y habrá propuesta

Los resultados establecidos en la proposición vi se presentan en las figuras 4.1(a) y 4.1(b). Las formas de las curvas están dadas por las pendientes de las ecuaciones (35) y (36).

Nótese que ф y ıθı constituyen los tamaños mínimo de p y máximo de A a los que el Presidente propondría. Es impor­tante señalar que cualquier cambio en el tamaño real de los lobbies (ф y ıθı) afecta el mínimo y máximo exigido por P para proponer. Por ejemplo, un incremento de ıθı genera una caída en el beneficio neto esperado del Presidente y su deseo de proponer. En consecuencia, P exige un tamaño mínimo de lobby pro-reforma mayor para proponer. Con un razonamien­to similar, se puede argumentar que un incremento de ф hace más probable una propuesta y por tanto, aumenta el tamaño máximo de lobby anti-reforma que P toleraría para proponer.

Proposición vii Dejemos que ф = H(ıθı) y que ıθı = J(ф), entonces H'(ıθı)>0 y J'(ф)>O. Es decir, un incremento en el valor absoluto del diferencial de utilidad del lobby anti­reforma lleva a un incremento en el tamaño mínimo del lobby pro-reforma que se necesita para que el Presidente haga una propuesta. Igualmente, un incremento en el diferencial de utilidad del lobby pro-reforma lleva a un incremento del tamaño máximo de A que P toleraría para proponer. 

La figura 4.2(a) ilustra el efecto de un incremento en ıθı so­bre el beneficio neto esperado del presidente. El movimiento a la derecha de la curva E(BP) hace que P reciba un beneficio neto menor por tamaño de lobby pro-reforma ф. Intuitivamen­ te, a medida que aumenta el tamaño de A hay más presión para contribuir en contra de la reforma, reduciendo la probabilidad de que el Congreso apruebe la reforma. El Presidente, al tanto de esta situación, requiere un tamaño mínimo mayor del lobby pro-reforma para proponer.

La figura 4.2 (b) muestra el efecto de un incremento en el tamaño real del lobby pro-reforma sobre el tamaño máximo de lobby anti-reforma a partir del cual P consideraría hacer una propuesta. Dado que P recibe un beneficio neto esperado mayor por nivel de contribución de A, el número de casos en que habría propuesta aumentaría.

4.2 La probabilidad real de la reforma y los diferenciales de utilidad

Tomando en cuenta que para valores de ф por debajo de ф y de ıθı por encima de ıθı, E(BP) es negativo, la probabilidad real de reforma (q) para estos casos es cero. Por el contrario, para valores de ф por encima de ф y de ıθı por debajo de ıθı, E(BP) es positivo. En esos casos, la probabilidad real de reforma (q) debe ser exactamente igual a la probabilidad de aprobación del Congreso (q). Las figuras 4.3(a) y 4.3(b) ilustran la re­lación entre q y los parámetros que definen el tamaño de los lobbies.

Algo que merece una explicación adicional es el porqué de los saltos que se observan en las figuras 4.3(a) y 4.3(b) cuando ф es igual a ф y ıθı es igual a ıθı. Lo que ocurre es que para va­lores de ф menores a ф de 181 mayores a ıθı, mientras P juega status-quo que es la estrategia dominante, los lobbies están continuamente contribuyendo al Congreso montos que corres­ponden a diferenciales de utilidad por debajo de ф por enci­ma de ıθı. El Congreso está, entonces, más orientado a aprobar la reforma que si nunca hubiese recibido contribuciones.

En resumen, la probabilidad de que el Congreso apruebe la reforma es positiva. Más aún, esta probabilidad va creciendo a medida que ф se acerca a y ıθı se acerca a ıθı. Una vez se alcanzan estos niveles de diferenciales de utilidad, P propone y la probabilidad de que la reforma pase se encuentra muy por encima de cero.

5. Conclusión

El modelo presentado en este documento representa un caso específico de varias interacciones posibles a la hora de dis­cutir una reforma en el marco de un sistema democrático con separación de poderes de un país en desarrollo . Un Presidente, comprometido con la reforma , enfrenta una elección discreta entre un status-quo proteccionista y la liberalización total de la economía. Al menos que el costo de oportunidad de reformar sea muy alto, el Presidente enviará una propuesta a un Congreso dominado por la oposición. La decisión del Congreso depende­rá de las contribuciones recibidas de dos lobbies rivales.

Mientras los lobbies deciden simultáneamente cuánto con­tribuir a través de un juego no-cooperativo que precede a la decisión del Presidente, éste se comporta como un líder tipo Stackelberg vis a vis los lobbies. Es decir, el Presidente incor­pora a su ejercicio de optimización las contribuciones óptimas resultantes del juego reducido.

El juego de los lobbies arroja tres equilibrios posibles de­pendiendo del tamaño relativo de los lobbies en el punto don­de se cruzan sus funciones de reacción. Un equilibrio de Nash donde el tamaño del lobby anti-reforma excede el tamaño de su rival es el más representativo de economías que como la do­minicana, utilizaron como estrategia de desarrollo la llamada Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI).

Independientemente del equilibrio escogido, un incremen­ to en el tamaño de un lobby lleva a un incremento de sus con­ tribuciones y a un incremento o caída de las contribuciones de su rival, dependiendo del tamaño relativo de su membresía y del nivel inicial de contribución de su rival. El modelo muestra además, que un presidente comprometido con la reforma estará más dispuesto a proponer mientras mayor sea el tamaño del lobby pro-reforma y/o menor sea el tamaño del lobby anti-reforma.

Finalmente, el modelo muestra que existe un tamaño mínimo de lobby pro-reforma y un tamaño máximo de lobby anti-reforma a partir del cual el presidente hará una propuesta. En países donde el lobby pro-reforma es relativamente peque­ño o el lobby anti-reforma es considerablemente grande, no habrá propuesta. Este resultado explica por qué las reformas en América Latina-donde se implementó una estrategia de desarrollo ф de fueron pospuestas una y otra vez. Más aún, los ajustes más importantes en la región se completaron en pe­ríodos de crisis cuando el número de individuos que cuestiona el status-quo crece aceleradamente. Esto equivale a decir que las reformas fueron aprobadas en tiempos en que el tamaño relativo del lobby pro-reforma era mayor.

Notas

  1. Véase Meier (1995), Cardoso and Helwege (1997), Bruton (1995) y Rodrik (1996).
  2. Arrow (1951), Downs (1957), Buchanan y Tullock (1962) y Olson (1965) representan los más altos exponentes de este cuerpo teórico.
  3. Ver Rodrik (1996)
  4. Frecuentemente, la política que se determina dentro del modelo es una tarifa o arancel. Por esta razón, la EPT se conoce también como Teoría de Tarifa Endógena. Nelson (1988) presenta un resumen bastante completo de la literatura de tarifa endógena.
  5. Esta definición de concurso aparece en Dasgupta and Nti (1998)
  6. Un Congreso formado por agentes políticos racionales y donde la oposición es mayoría es por definición un Congreso anti-reforma.
  7. Otra forma de pensar en P como un líder Stackelberg es recordar que el modelo replica las discusiones Congresionales en paises con larga tradición autoritaria. En algunos de estos países, la ransición hacia la democracia ha culminado en regimenes de gobiemo presidencialistas. En la República Dominicana, por ejemplo, el inciso l3 del artículo 55 de la Constitución establece vagamente que el Presidente puede "reglamentar lo que considere conveniente en el servicio de aduanas". Bajo este esquema legal es de esperarse que el Presidente sea el líder en matena de reforma aduanal y no el seguidor. Véase Constitución de la República Dominicana. 1994
  8. Un Presidente comprometido con la reforma siempre propondría al menos que enfrente algún tipo de costo en su ejercicio de maximización.
  9. obsérvese en la ecuación (3) que q asume una forma logit. Es decir que es igual a (cP/CP+CA).
  10. La definición de costos que hemos asumido simplifica la matemática del modelo sin que éste pierda fuerza predictiva.
  11. Ver Tirole (1989) y Bulow et al (1985).
  12. Ser "favorito" en un concurso implica tener una probabilidad de ganar el premio por el cual se está compitiendo, mayor a 50% en el equilibrio de Nash.
  13. Varios paises de América Latrna incluyendo República Dominicana. mantuvieron esta estrategia de desarrollo por años. Véase Meier (1995), Cardoso and Helwege (1997), Bruton (1998) y Rodrik (1996).
  14. La estrategia de Trujillo de promover el desarrollo industrial de la República Dominrcana a través de contratos a empresas particulares fue la semilla que creó los grupos devpresión anti-reforma. Desaparecido el tirano, estos grupos se organizaron para defender él sistema de contratos y presionar por un marco legal que sustentara el mismo. Como resultado de estos esfuerzos se aprueba laLey299 de Protección Industrial, quejunto al nuevo arancel de 1970 representarían los principales instrumentos proteccionistas de la economía dominicana. El grupo más representativo del sector anti-reforma durantc los años sesenta fue la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD). Posteriormente, este liderazgo pasa a manos del Consejo Nacional de Hombres de Empresas (CNHE) que se transformaría a finales del siglo pasado en el consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP). Para más información véase Moya Pons ( 1992).
  15. El caso más representatrvo en América Latina de este tipo de equilibrio es Chile donde luego de años de exitosas reformas los gmpos anti-reforma han perdido terreno flente a los gurpos proreforma.
  16. La forma como se adquieren los adeptos es melevante en términos de lo que predice el modelo. Por esta razón es factible interpretar el equilibrio de la figura 5.4 como una reforma bajo un esquema autocratico
  17. Una interpretación posible –fuera del modelo– es que el lobby pro-reforma considerase que el presidente no esüaba comprometido con la reforma, por lo que se sentía motivado a suplir esta carencia con mayores contribuciones Andújar (1999) desanolla un modelo donde asume un Presidente débil (no comprometido con la reforma) que es lidereado por los lobbies en su intención de propuesüa. Bajo ese esquema, el comportamiento del lobby pro-reforma dentro de un ejercicio de estritica comparativa similar es un aumento en sus contribuciones.
  18. Esta influencia es independiente de lo que se asuma acerca del compofamiento del Presidente. Es decir, es independiente de si el Presidente busca maximizar el bienestar social o su interés persona.

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