Ciencia y Sociedad, Vol. 26, No. 3, 2001 • ISSN: 0378-7680 • ISSN: 2613-8751 (en línea) • Sitio web: https://revistas.intec.edu.do/

LAFORMACION DE VALORESA TRAVES DE LA EDAD DE ORO

DOI: https://doi.org/10.22206/cys.2001.v26i3.pp303-18

*Español Literatura ( I.S.P.E.J Varona) - Cuba

INTEC Jurnals - Open Access

Cómo citar: Hernández Artigas, M. (2001). La formación de valores a través de la Edad de Oro. Ciencia Y Sociedad, 26(3), 303-18. https://doi.org/10.22206/cys.2001.v26i3.pp303-18

Resumen

El presente trabajo resume exploraciones investigativas derivadas de nuestras experiencias en la dirección de trabajos científicos-estudiantiles y una sintesis de sus resultados fue publicada recientemente en una revista pedagóica de la Universidad de Sinaloa, Mexico.

Nuestro analisis pretende demostrar, a traves de ejemplos ilustrativos, cómo este poeta, critico literario, organizador politico y maestro en la vinculación de la labor artistica brillante con la causa revolucionaria, logra una obra impregnada de ideas, conceptos, nociones y principios que cumplen una función reguladora de la conducta humana.

Hemos puesto el enfasis fundamental en los poemas. pues la experiencia · practica nos ha evidenciado que una buena parte de los maestros dirigen su atención a los textos en prosa (cuentos, relatos, etc...) y rehuyen los escritos en versos, alegando que el poder de sintesis y el lenguaje connotativo que los caracterizan hacen mas compleja su aproximación.

En este estudio aparece una reseña de los poemas contenidos en los cuatro numeros de esta revista infantil y muy particularmente de la proyección axiológica de su pensamiento, en la que se destaca la trascendencia pedagógica que tienen estas composiciones poeticas para nuestros estudiantes y para los hombres de todos los tiempos.


Palabras clave:

Jose Marti, Valores, Axiologia

INTRODUCCION

Y no todos, ni muchos –y quizas ninguno puede ser
Marti–, pero todos podemos tomar el ejemplo de Marti y
tratar de seguir su camino en la medida de nuestros
esjuerzos. Tratar de comprenderlo y revivirlo con nuestra
comprensión y conducta de hoy.1


Ernesto –Ché– Guevara

Seleccionamos a Jose Marti por constituir la figura cimera del siglo xix que,junto a otros importantes ideólogos como Felix Varela, marcó el pensamiento cubano.

Estamos ante un hombre que se erigió poeta, critico literario, organizador politico y maestro en la vinculación de la labor artistica brillante con la causa revolucionaria, sobradas razones para que la tarea de aproximación a su obra y su papel en la formación de valores sea aun mas tentadora.

Hemos creido oportuno sustentar nuestros razonamientos con esta obra, pues como dijera nuestra prestigiosa ensayista Mirta Aguirre:

"Dificilmente hay en la Edad de Oro línea que no propicie un aprovechamiento actual, ideológico y literario al mismo tiempo".2

Con este mensuario, que viola luz dejulio a octubre de 1889, se inauguró una nueva literatura para niños de Nuestra America, que hasta ese momento se circunscribia, sobre todo en Europa, a una narrativa de fantasia, de mundos de castillos y principes, donde, en ocasiones, los niños representaban la maldad y el pillaje. Sin embargo, Marti logra una obra sorprendente que inaugura una nueva etica: la que surge del propio hombre, de la realidad que nace con el trabajo, con las luchas y con las buenas acciones. Una obra impregnada de ideas, concepto, nociones y principios, que cumplen una función reguladora de la conducta humana.

A pesar de todo ello, algunos criticaron su propósito pensando que hacer una revista para niños estaria por debajo de sus posibilidades, pero la obra rebasó las expectativas y demostró que se puede publicar un periódico infantil "sin caer de la majestad a que debe alzarse todo hombre".

Las mas nobles motivaciones de tal empeño las expresó en una carta a su amigo mexicano Manuel Mercado, al decirle:

"... ha de ser para que ayude a lo que quiera yo ayudar, que es a llenar nuestras tierras de hombres originates, criados PARA ser felices en la tierra en que viven, y vivir conforme ella, sin divorciarse de ella, ni vivir infecundamente en ella, como ciudadanos retóricos, ó extranjeros desdeñosos nacidos por castigo en esta otra parte del mundo [...] A nuestros niños los hemos de criar para niños de su tiempo, y hombres de America. Si no hubiera tenido antes mis ojos esta dignidad, yo no habria entrado en esta empresa."3

Quedan evidenciados sus proyectos acerca de lo que el niño (futuro hombre americano) debera transformar en el y en esa realidad. Marti esta consciente que de una adecuada formación de valores, como norma a mas corto alcance, dependera ese ideal de hombre americano mas mediato. Porque cuando Marti expresa,

"...Si no hubiera tenido ante mis ojos esta dignidad."

ya esta vislumbrado no solo la dignidad como sintesis de los valores del siglo xix, sino que esta diseñando la dignidad como valor de las generaciones actuales.

Las ideas martianas expuestas en esta obra poseen una finalidad latente, nueva. El nos trae una cuidadosa selección de temas donde usa la palabra como vehiculo de belleza. Se hace necesario, cntonces, llegar a la entraña misma de su verso, tocarlo con delicadeza y cuidado porque, sin dudas, siempre ha de revelarnos la sustancia mas alla de lo que aflora en su superficie.

En sintesis, Marti evidencia, con solo estos cuatro números de esta revista dedicada a la infancia, que es el maximo creador de su epoca. Su modernidad rebasa la estrechez de un simple movimiento literario, y esa renovación no puede buscarse solo en la forma, porque frenariamos el alcance de sus alas y podriamos desvirtuar el contenido, por la garra de su tono lirico permanente.

Partiendo de estos preceptos podemos acercarnos a La Edad de Oro. En ella se desnuda nuestra tradición latinoamericana y se ofrece un rico mural de los aspectos históricos, sociales y culturales mas trascendentales de nuestro continente.

Alli encontraremos la palabra sincera y desbordante de sentimientos para el nuevo hombre americano. Descubrimientos, ademas, la fuerza, las costumbres y el valor de los hombres dignos: tan enaltecedor fin reclamaba una forma instructiva, delicada y bella. Teniendo en cuenta estos elementos es cómo pretendemos demostrar que Jose Marti, a traves de los poemas de La Edad de Oro, logra modelar importantes valores en las futuras generaciones.

DESARROLLO

Hace algun tiempo filósofos, educadores y diversos especialistas debatieron, despues de un proceso de audiencia publica, el neuralgico tema de la formación de valores en la actualidad.

Luego se publicó en Bohemia un trabajo muy interesante titulado "Dilemas de un fin de siglo" en el que estudiosos altamente calificados abordaron esta tematica en lajuventud; la homogeneidad y diversidad de este grupo etareo, si existe crisis, perdida o reestructuración de valores, etc.

Ante tantas polemicas pensamos en una de las mejores vias que tenemos para formar valores y que aun no explotamos en toda su magnitud. Nos referimos a la eñcacia de inculcar valores a traves de la obra literaria.

Jose Marti supo hacerlo como nadie, no solo con su pluma sino con su acción y un ejemplo elocuente de ello es La Edad de Oro. Alli todo es enseñanza y una enseñanza muy peculiar donde, para llegar de forma asequible a la inteligencia infantil, al parecer se juega con una verdad que parece cuento, un cuento que es historia y un verso que es filosofia.

Ya sabemos que el conocimiento precede a la valoración yes esta obra una prueba fehaciente de cómo su autor pone al niño a conocer esa realidad para estar en plenas condiciones de valorarla: unicamente asi lograremos que lo valorativo funcione como un elemento entre lo practico y lo cognoscitivo.

El niño encontrara alli modelos de actuación muy signiñcativos en la niña que entrega sus zapatos o en aquella otra que preñere ante todo su vieja muñeca negra. Y ello lo logra el autor poniendose al nivel de esas tiemas inteligencias, al decir de Gutierrez Najera :

"... saber cómo piensan esos cerebros en crisalida; cómo sienten esos corazones en tlor; adivinar que ideas los preocupan, que misiones llenan esas almas infalibles, que esperanzas acarician, que ensuei'ios los adormecen."4

El tiene en cuenta todos estos criterios al escribir su revista y no por casualidad le incluye a cada numero una hoja introductoria y una ultima pagina. La primera enfatiza en las caracteristicas tipograñcas, formas de distribución y sus altos propósitos educativos. Para ilustrarlo citaremos un parrafo.

"La empresa La Edad de Oro desea poner en las manos del niño de America un libro que le ocupe y regocije, le enseñe sin fatiga, le cuente lo pasado y lo contemporaneo, le estimule a emplear por igual sus facultades mentales y físicas..."5

Esta pagina introductoria aparece en el primer numero bajo el titulo: A las ninos que lean La Edad de Oro.

Es un compendia que atesora muy valiosos consejos a la vez que destaca cualidades imperecederas para los hombres de todos los tiempos. Los mas significativos pudieran ser:

Las niñas tienen una sensibilidad peculiar y en sus almas, como dice el apóstol, suceden cosas parecidas a las que ven los colibries cuando andan curioseando por las flores.

La ultima pagina le sirve para anticipar algo del próximo numero o justificar la ausencia de algun numero que no tuvo espacio. Es el momento que utiliza para establecer un dialogo de mucha intimidad con los niños, con un alto sentido didactico. Le llamara "el cuarto de confianza" y en el les dice cosas como las siguientes:

"Las cosas buenas se deben hacer sin llamar al universo para que lo vea a uno pasar. Se es bueno porque si; y porque alla adentro se siente como un gusto cuando se ha hecho un bien, o se ha dicho algo util a los demas. Eso es mejor que ser principe: ser util. Los niños deben echarse a llorar, cuando ha pasado el dia sin que aprendan algo nuevo, sin que sirvan de algo".6

¿Puede haber despues de este ejemplo mejor uso de la sintesis para lograr enaltecer, en esos cerebros en crisalida, en esos corazones en flor, valores tan elevados como el desinteres, la modestia, la bondad y otros tan decisivos por su función movilizadora del desarrollo social?

En el brevisimo poema Dos Milagros, exento de adomos superfluos y pleno de sustancia poetica, se establece la correspondencia natural, instintiva, entre la actuación del hombre y los valores de la naturaleza.

El protagonista de la historia es un niño travieso y bribón que prima momentaneamente de su libertad a las mariposas, minusculas e indefensas, con la finalidad de besarlas como prueba de su amor.

Iba un nino travieso
Cazando mariposas
Las cazaba el bribón, les daba un beso
y despues las soltaba entre las rosas

El niño y la mariposa se convierten en simbolos cuyos valores son aprendidos facilmente por el lector. El retomo de la mariposa a su escenario natural, a su libertad, permite destacar el "Primer Milagro" y, con ello, el realce de la temura infantil. Pero. Jose Marti pretende un mayor alcance: amor-naturaleza-hombre-libertad.

En la siguiente estrofa florecera el "Segundo Milagro" en el seno del arbol muerto:

Par tierra en un estero
Estaba un sicomoro;
Le da un rayo de sol, y del madero
Muerto, sale volando un ave de oro.

¿Que interpretación pudiera darse a esta preciosa imagen visual? El madero sin vida ha engendrado, por la llegada del sol, un ser fantastico de infinita belleza.

El niño de America debia crecer conociendo el mundo que le rodeaba, suAmerica debia renacer con la llegada de la luz que habria de fortalecerse en el futuro. No olvidemos que la luz es un leitmotiv y uno de los simbolos de elevación, permanente en los textos martianos. Es la luz resplandeciente que anida en el alma de los heroes, la de San Martin, la de Bolivar, la de Hidalgo. La luz que irradian las obras pasadas cuyos meritos hay que saber descubrir con sabiduria.

Estos versos, indiscutiblemente, tienen un importante fin didactico, persiguen despertar en el niño el respeto a la libertad y lo que signiñca la identificación con las creaciones de la naturaleza, el tiempo que nos hace percibir el encumbramiento y el vuelo verdadero del ave de oro que nació de su autor.

Cada uno a su oficio es una fabulilla en la cual dialogan animales y cosas: la ardilla y la montaña discuten sobre las posibilidades y utilidad de cada una de ellas.

No olvidemos, como se señala en Pensamiento Axiológico de Risieri Frondizi, que

"la calidad de nuestras vidas dependera de los objetos que usemos, gocemos, o seamos capaces de crear. Ellos son los que dan dimension etica a nuestra experiencia".7

Y precisamente Marti trata de demostrar, con esta controversia aparentemente ingenua, que esa dimension etica no esta precisamente asociada al diminuto tamaño de la ardilla, quien, por demas, sabe juzar su posición propia y la ajena.

Yo nose que me ponga nadie tilde
Par ocupar un puesto tan humilde
Si no soy yo tamana
Como uted, mi senora la montana.

No fue casual que se insertara esta fabula del cuento Meízique, es casi una prolongación de su mensaje ideotematico:

No por tamaño o corpulencia ha de juzgarse al hombre; solo su inteligencia, sus cualidades, su utilidad, la obligación de interactuar con el medio que le rodea, es lo que puede hacerlo gigante.

Finalmente concluye la ardilla:

Difieren las talentos a las veces
Ni yo llevo las bosques a la espalda,
usted puede, senora, cascar nueces.

Con este poema se ponen las imagenes al servicio de los nobles ideales. Nos representamos la querella de la simpatica figurita enfrentandose a la montaña despreciativa e imnediatamente nos viene a la mente la idea rectora que subyace: es necesario alcanzar la igualdad entre los hombres.

Facilmente identificamos la hondura del espiritu martiano y uno, de los principios ideológicos que rigió su vida y su conducta: la valoración justa del hombre y la estatura de sus valores por su acción.

El tema de la muerte es tocado por Jose Marti de distintas formas. Al hablarle de ello a los niños su poesia se viste de gala, se carga de signiñcado y logra impresionar su espiritu infantil, nos referimos a Los Dos Principes.

El poema, a pesar de estar compuesto sobre la base de la antitesis y representar esta tematica en dos clases sociales diferentes. logra una magnitud similar al igualar el dolor humano por la perdida irreparable del ser querido.

En la primera parte nos presenta la suntuosidad del entomo: los reyes. el palacio. los pañuelos de olan fino. el patio grande; sin embargo, despues las condiciones son bien diferentes: la casa en el monte, la caja larga y honda, la fosa en la tierra. una sola flor.

El conflicto late entre dos escenarios en los cuales se ponen de maniñesto las diferencias; pero para su autor los dos jóvenes muertos son principes, porque su ideal estaba en el ser humano, en el hombre. De ahi el titulo.

Cuando nos habla del pastor se percibe la ausencia de tronos, de reyes, de palacios. Esta presente la huella sobrecogedora de la miseria; el dolor es tambien intensamente agudo. Renace la antigua idea, presente a traves de la historia de la literatura, de que la pena humana en personas muy queridas se extiende universalmente y puede alcanzar a los animales y las cosas.

En esta atmósfera conmovedora el niño se enfrenta con la realidad: la muerte puede manifestarse en diversas condiciones y en cualquier lugar.

Nuestro Heroe Nacional escribia teniendo en cuentea esas verdades. No quiere que sus pequeños lectores vivan ajenos a ellas. Quiere que piensen, sientan y se solidaricen con el dolor de los demas; desea que juzguen por si mismos lo injusto de muchas realidades que necesariamente han de tocarles.

La actitud humana hacia la muerte de los semejantes y el profundo dolor que ella causa en el hombre, son caracteristicas meritorias que le confieren una temura de puro alcance martiano a esta obra y un valor educativo trascendental.

La perla de la mora es uno de los poemas mas breves de cuantos incluyó en la revista. Corresponde, igual que el anterior, al segundo numero publicado en agosto del mismo año. En este poema Marti conserva nuevamente a traves del verso yes el asunto una pequeña historia.

Una mora de Tripoli tenia
una perla rosada, una gran perla
y la echo con desden al mar un dia,
¡Siempre la misma! ¡ya me cansa verla.!

El genio martiano encuentra en esta inconformidad, en este abandono de las cosas bellas, el tema para desarrollar su pensamiento, porque Marti amaba la belleza, apreciaba el valor de cada cosa, por minima que fuera y sabia de cada cosa, por minima que fuera y sabia cual era el mejor modo de hablarle a los pequeños lectores de la revista.

Al referirse a estas peculiaridades Manuel Gutierrez Najera dice:

"el niño es pomito lleno, pero muy lleno de perfume ¡llevadlo con mucha cautela, porque al menor movimiento brusco puede derramarse!

¡No le hableis como el sol habla a la tierra, con calor, con fuego [...] habladle como el alba habla a la naturaleza! [...] porque en todo hombre hay un niño que pregunta y a todo hombre habla La Edad de Oro, como un niño y por eso le enseña.8

Con esta ternura y cautela presenta el poema en que la mora desprecia a la que, durante mucho tiempo, fue su inseparable compañera. Rechaza la perla porque comenzó a carecer de interes para ella. Cuando la poseia no se consideraba dichosa; sin embargo. en la segunda estrofa muestra su infinita angustia por la perdida irreparable:

Pocos años despúes, junta a la roca
De tripoli... ¡la gente llora al verla!
Asi le dice al mar la mora loca;
¡Oh mar! ¡Oh mar! ¡devuelveme mi perla!.

Anhela poseer nuevamente lo que antes le perteneció Cuanto desearia que el mar le devolviera su perla

Marti subraya algo que trasciende a todas las epocas y situaciones: la necesidad de aquilatar realmente las cosas que poseemos y salvaguardar asi la felicidad.

Esta pequeña historia en versos transmite un mensaje grande: el hombre ha de luchar por defender lo que es suyo y debe tener conciencia de la signiñcación que para el poseen los objetos de su realidad circundante porque: nunca ha de retornar lo que por inconformidad, vanidad, desprecio u orgullo rechacemos.

Nos atrevemos a aseverar, entonces, que la perla no es un simple pretexto. No solo es la cosa valiosa o el bien sin tener en cuenta el valor que se le ha agregado, pues este se constituye en su relación sujeto-objeto. Su autor, que no puedo conocer las definiciones teóricas del pensamiento axiológico contemporaneo en cuanto a no reducir el valor a simples cosas, esencias o vivencias, si es capaz de permitimos captar la belleza de la perla por la via emocional y comprender que ella es la depositaria o sosten. de orden corporal. de ese valor que no supo apreciarse en toda su magnitud.

Indudablemente, y como el mismo confesara, amó la sencillez (lease lo natural y nunca lo simplista) y por ello fue capaz de plasmar el sentimiento en formas llanas y sencillas. Esta es tambien su principal motivación al escribir su hermoso cuento en versos Los Zapaticos de Rosa.

Lo dedicó a la niña Maria Mantilla, por quien sintió un gran cariño y quiso siempre que fuera, a semejanza suya, un espiritu superior con una elegancia grande y verdadera, que unicamente podia encontrarse en la altivez y fortaleza del alma.

En el poema encontramos la reacción afectiva ante lo que puede hacer la desigualdad social; ahi radica la savia que alimenta el contenido tematico que ahora nos desarrolla el Maestro; latente se halla su preocupación por los pobres de la tierra con los que Pilar tambien quiere echar su suerte.

El analisis minucioso nos descubre un suceso que no signiñca una simple lección moral, eso estaria en la superficie; hay mucho mas, por encima de todo vence la sensibilidad infantiL su espiritu puro y desinteresado: el amor.

Los rasgos y objetos, en rapidas pinceladas, muestran la condición social de Pilar y el medio en que se desenvuelve: sombrero de plumas. aro, balde, paleta y zapatos de rosa. En este pedazo de mundo todo esta muy bien: Magdalena, con cintas y lazos; Alberto, el militar que salió en la procesión; las senoras, debajo de las sombrillas; el aya de la francesa... sin embargo, Pilar quiere ir donde las aguas son mas salobres, quiere conocer la barranca de todos.

Luego sobrevendra la descarga emotiva y el enfrentamiento con la miseria, que se descubre en todo su dramatismo: la mujer que Hora, la niña enferma, el cuarto oscuro, miedo, sueño, espanto... Pilar se duele en lo mas hondo e ingenuamente expresa:

¿Quieres jugar? Si quisiera...
¿y por que esta sin zapatos?

La niña hace entonces lo que Marti deseaba hicieran todos los niños:

¡Oh, toma, toma los mios,
Yo tengo mas en mi casa.!

Y entonces la bondadosa reaccion trasciende tambien a la madre. Con ello Marti logra demostrar que no siempre son los padres los que inculcan estos valores educativos. Ellos tambien pueden venir de sus propios hijos:

Si, Pilar, daselo! ¡Y eso tambien!
¡Tu manta! ¡Tu anillo!
Y ella le dio su bolsillo,
Le dio el clavel, le dio un beso.

Por ultimo, el autor nos invita a una profunda reflexion final:

Y dice una mariposa
que via desde su rosal
guardados en un cristal
Los zapaticos de rosa.

Con estajoya de la literatura infantil el niño recibe, sin afectaciones ni regodeos artificiales, sino con belleza y fuerza un sintetico mensaJe.

Y es que para este hombre de todos los tiempos la necesidad de comunicación, de mostrar sus ideas de forma comprensible, era más importante que el adorno vano y formal. ¿Cómo escribirles con lujos, grandilocuencias ni frivolidades? No, la realidad nos llega con la poesía de nuestros hombres y de nuestra historia.

El contenido de sus versos se acerca al pequeño con un justo equilibrio entre enseñar en serio y encantar jugando, como si conversara fundiendo verdad, respeto y frescura poetica. No hay un solo rasgo de lenguaje panfletario o simple didactismo. Logra llegar a los lectores sin subterfugios, sin contratiempos, porque Marti se encarga que no sea mensaje impuesto, sino que llegue como el: de mano tendida y alma clara.

Constituyen estos versos un homenaje a las buenas obras, pero, ademas, nos queda el impulso por salvaguardar al hombre de la pobreza en que puedan sumergirlo, pensando en cuanto dolor existe en el mundo, cuando aparentemente reina la calma y la alegria. En manos de cada hombre, en la medida de sus fuerzas esta la solución.

CONCLUSIONES

El analisis de los poemas escritos por Jose Marti en La Edad de Oro nos ha permitido lograr un acercamiento a esa majestuosidad creadora, que no por hablarle a la infancia disfrazó su verso, ni usó el tono aniñado que estaba entonces en boga.

Los poemas de La Edad de Oro, de subidos valores pedagógicos y artisticos, evidencian la proyección axiológica martiana en al que se orienta la vida infantil con un sentido renovador para proporcionar, simultaneamente, el repudio a lo mal hecho y la mas rica elevación moral.

En las paginas de esta revista podemos encontrar el valor civil, el amor, la bondad, la inteligencia, etc... todas proyectadas desde una concepción ideológica nueva, sin perder de vista las funciones estetica, etica, cognoscitiva y sobre todo educativa de la literatura.

Su principal fin didactico es la lección de humanidad que se respira en cada obra del hombre que dijo, en carta a Maria Mantilla el 9 de abril de 1895:

"Es hermoso, asomarse a un colgadizo y ver vivir el mundo: verlo nacer, crecer, cambiar, mejorar, y aprender en esa majestad continua el gusto por la verdad".9

A esa verdad, categoria axiológica por su gran carga etica y consustancial al hombre desde la epoca primitiva, es a la que nuestro Heroe Nacional le dedicó sus mejores esfuerzos. Su obra y su acción son un culto a la verdad, que junto al bien y a la belleza constituyen la indisoluble trilogia de la etica martiana. Por ello, nuestro mejor homenaje al Maestro, que se entregó al interes colectivo por contribuir a la talla necesaria del hombre de nuestra America.

Notas

  1. Guevara, Ernesto. Siete enfoques marxistas sobre José Martí. Edit. Política. La Habana. 1985, p. 19/
  2. Aguirre, Mirta. Acerca de La Edad de Oro. Centro de Estudios' Maníanos. Edil. Letras Cubanas. La Habana. 1989. p. 68
  3. Martí Pérez, José. La Edad de Oro. Centro de Estudios Martianos. Edit. Letras Cubanas. La Habana, 1989, p.l
  4. Gutiérrez Nájerwa, Manuel. Acerca de La Edad de Oro. Centro de Estudios Martianos. La Habana, 1989. Anuario N.° 12, p. 316
  5. Martí Pérez, José. Idem, p. 33.
  6. Martí Pérez, José. Idem (p. 96).
  7. Frondizi, Risieri. Pensamiento Axiológico. Instituto Cubano del Libro. La Habana. Universidad del Valle. Cali. 1983. p. 132.
  8. Gutiérez Nájera, Manuel. «La Edad de Oro de José Martí». Revista Revolución y Cultura. La Habana, Mayo 1972, p. 6.
  9. Martí Pérez, José. ObYas completas. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. 1975, Tomo 20, pp. 219-220.

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