Ciencia y Sociedad, Vol. 25, No. 1, 2000 • ISSN: 0378-7680 • ISSN: 2613-8751 (en línea) • Sitio web: https://revistas.intec.edu.do/

¿VUDU DOMINICANO O VUDU EN SANTO DOMINGO?

DOI: https://doi.org/10.22206/cys.2000.v25i1.pp108-42

*Ciencias Sociales Intec

INTEC Jurnals - Open Access

Cómo citar: Peguero, L. (2000). Vudú dominicano o vudú en Santo Domingo?. Ciencia Y Sociedad, 25(1), 108-42. https://doi.org/10.22206/cys.2000.v25i1.pp108-42

Resumen

Es evidente, que las tendencias intelectuales encarninadas a satisfacer la necesidad de conocimiento sobre nuestro uni verso magico - religioso se enfrentan a una tarea esencialmente compleja. El problema central parece consistir en una cierta ambiguedad para calificar a este uni verso privandole de una definición conceptual que facilite su manejo y posterior indi vidualización.

Salvo honrosas excepciones ( Espin, Orlando. Sj 1984), es muy poco el esfuerzo desplegado en esta dirección, lo que promueve cierta inconsistencia al delimitar el caracter y naturaleza de nuestro uni verso magico-religioso. En otras palabras, hay poco que caracterice y defina la religiosidad popular dominicana.

A partir de la decada de los setenta1 se advierte una prol iferación de estudios especializados acerca del comportam iento religioso popular de n uestro pueblo (Patin, 1974; Rosemberg, 1973; Deive, 1975: Jimenez, 1981 : Rodriguez, 1982, Davis, 1987; entre otros) generando una 1m portante tendencia que presenta al «vudu dominicano» como la expresion más generalizada y representativa de nuestra magico - religiosidad.

En las próximas paginas pretendemos puntual izar sobre algunos aspectos de la controversial apreciación y precisar las caracterist icas especificas y la amplitud del comportamiento religioso popular dominicano, para concluir en una comparación con el universo magico-religioso haitia no, el reconocido clasicamente como Vudu.


Palabras clave:

Vudú haitiano, vudú dominicano, religion popular

EL VUDÚ EN HAITÍ Y LA REPÚBLICA DOMINICANA

A fin de comprender las similitudes y diferencias entre lo que se conoce como «vudu dominicano» y el vudu haitiano, lo primero que debe entenderse es, que este ultimo parece formar el conjunto universal de la magico –religiosidad profesada por el hermano pueblo de Haiti, en tanto que, el reconocido como «vudu dominicano» o «vudu variante Oriental» (Jimenez 1981; Davis 1987) se presenta como un sub –conjunto o un elemento del conjunto universal de la magico –religiosidad dominicana, la que parad6jicamente parece no tener un nombre propio.

Salvo esta diferencia, en terminos macro ambas formas del culto presentan asombrosas analogias que pueden tener su explicación en el permanente contacto histórico entre los dos pueblos. Sobre este particular, algunos autores señalan que en principio pueden haberse formado ambas variantes durante el siglo XVlll como resultado de la consolidación de las identidades de estas dos naciones (Deive 1975). A pesar de que la colonia española habia permanecido y consolidado su perfil cultural ya hacia mas de tres siglos2. Junto a estas similitudes coexisten ademas importantes e insoslayables diferencias quc raras veces son ponderadas en la literatura especializada con igual fervor y profundidad de analisis que el otorgado a sus analogias. De todas formas, aun permanecen pendientes cuestiones ta les como ¿Hasta que punto son similares ambos cultos?, ¿Cuales son sus analogias y diferencias?; con el propósito de dar respuesta a estas intcrrogantes nos dirigimos a establecer y caracterizar las similitudes formal es entre las expresiones del vudu haitiano y el dominicano.

En Haiti, es una forma de religion sincretica que tiene por fin y princi pio practicar culto a las divinidades del pante6n africano y a los antepasados que pueden adquiri r el caractcr de divinidades en tanto que entidades sobrenatural es que habi tan en el mundo de los muertos.

Se caracteriza por sostener una forma de contacto con estas divinidades o entidades sobrenatural es de forma fisica y directa a traves de un fenomeno llamado «posesión». El vudu en Haiti posee la connotacion de religion semi oficial (el catolicismo es la religion oficial ) y es profesada por la mayor parte de los haitianos sin importar su condición social ni su nivel academico. En cierta forma, el vudu, es practicado como un acceso mas directo al poder sobrenatural de Dios a traves de amigos y parientes fallecidos o las divinidades que tradicionalmente han custodiado la vida material y espiritual de una familia o de muchas3 en dicha nacion.

En tal virtud se encuentra claramente establecida y diferenciada la adoracion a los Rada, Guede y Petro; ya sean cultos para los espiritus y divinidades bondadosas, los muertos y antepasados o los dominio propios de la hechiceria y el inframundo de los muertos y sus demonios respectivamente.

En Haiti, el vudu se ha definido como una rel igion propiamente dicha en tanto que todos comparten la creenci a en entidades espirituales que entran en contacto con los hom bres y controlan sus destinos. El vudu, en la vecina nacion, posee un cuerpo sacerdotal de clara organización jerarquica que se encarga de atender las demandas espirituales de una feligresia que se congrega en templos para rendir culto a entidades simbolizadas en altares siguiendo ceremonias claramente prescritas y sustentadas por la tradición oral, junto a una teologia propia que ayuda a dar una explicación del mundo sobrenatural.4

Como se puede observar, el vudu haitiano es una practica religiosa formalmente orga niza a y comulgada por un a heterogenea masa de proselitos que hacen del culto y sus creencias una realidad cotidiana.

A todo esto debe agregarse un complejo ordenamiento iniciatico estructurado por niveles de conocimiento que llevan a la estratificación de la iglesia voduista en Haiti con un cuerpo sacerdotal claramente organizado de acuerdo a las funciones que corresponden a cada cual dentro del culto.

En la Republica Dominicana, en cambio, el vudu se presenta como una expresión inveterada. El cuerpo sacerdotal no existe, la iniciación apenas se esboza como un « Bautizo» que autoriza y legitima a los practicantes como «servidores de misterios» mas o menos al mismo equivalente que una « Hunsi » del vudu en Haiti, salvo que en esta parte de la isla, la servidora o el servidor de misterios lo es todo, el es el culto en si mismo. De igual modo no se observa la interiorización ni practica de una teologia para explicar la naturaleza divina de las cosas mas al la de los principios cristianos mas ortodoxos.

Lo que se conoce como «vudu dominicano» parece expresarse como una practica subcultural religiosa cuya naturaleza parece ser un resultado del contacto histónco entre ambas naciones y sus culturas, donde determinadas manifestaciones religiosas afrosincreticas parecen haberse resincretizado, a su vez, con las formas voduistas de la vecina nación, promoviendo un culto que incorpora incluso las formas del lenguaje ritual en Ios terminos de la lengua creole hablada en Haiti5.

Sin embargo, cabe preguntarse ¿Cuales son las reales analogias y las verdaderas diferencias entre el vudu de Haiti y el de la Republica Dominicana? A fin de dar respuesta a esta interrogante se procedera a efectuar un analisis comparativo sobre el perfil de las practicas vudu en Haiti y la Republica Dominicana.

EL ESPACIO RITUAL EN EL VUDU HAITIANO y EL DOMINICANO

El hombre desde epocas muy remotas se ha hecho dueño de un espacio, y ha interaccionado con el de tal manera que termina imprimiendole caracteres que cambien de cultura a cultura. Es esa diversidad, intervenida por el hombre, lo que se ha llamado: «Paisaje Cultural».

Cada cultura impone una norma pa ra satisfacer las necesidades de distribución del espacio para el ejercicio de las actividades que resultan de esta. El ejercicio de diversos cultos religiosos implica –de por si– una organización espacial intimamente vinculada a una simbologia teogónica y cosmogónica, que se hace evidente en su arquitectura y sus normas esteticas de embellecer el paisaje. El culto a los santos, seres o Loa en Haiti y Republica Dominicana, no escapan a este comportamiento. Asi, se tendra que convenir en afirmar que la distribución de los espacios para las practicas de los cultos religiosos populares en arnbas naciones, ofrecen claras diferencias. De igual modo que la interpretación de su simbologia estetica.

Es Patin quien apunta hacia un hecho concluyente: «Los voduistas dominicanos, por lo regular, no t ienen tern plos propios, no practican el ritual voduista, apenas si hacen sacrificios animales, no tiene un sacerdocio organizado, no poseen sociedades secretas...»6.

La baja proliferación de estos «templos» en Republica Dominicana puede encontrar una explicación en el hecho de que esta practica se reduce a un elemento dentro del universo magico religioso de la cultura dominicana, en oposición al vudu de Haiti, que definitivamente es la magico-religiosidad en la cultura haitiana. Es una reelaboración sincretica de naturaleza religiosa que ha recibido mucha atención por parte del pensamiento cientifico convirtiendola probablemente en la forma de expresión magico-religiosa mas documentada7, del caribe afro-contemporaneo.

Esto proporciona una avalancha de información y descripciones que hacen palidecer el equilibrio entre la presencia de templos en ambas naciones y la cultura Domi nicana queda rezagada, sofocada por la enorme difusión de templos en Haiti. Templos que, a su vez, responden a una demanda de espacio, que en la cultura dominicana parece no existir, a pesar de que se pretenda sobrevalorar el numero de practicantes y creyentes. En la cultura dominicana, los individuos reparten sus apetencias metafisicas en el ejercicio desordenado y coyuntural (enfermedad, amor, fortuna, etc.) de quienes aparentan poseer capacidades sobrenaturales sin discriminar: no interesan los medios, los resultados en definitiva son los que importan.

Se intenta llamar la atención sobre un hecho particular a estas religiones: el cuerpo sacerdotal, tambien ausente en l a cultura dominicana, congrega a su alrcdedor una «familia» ritual quc se constituye en una especie de «familia extensa», que en el caso haitiano puede congregar hasta cincuenta Hunsi8. Como es obvio, una presión demografica semejante, que a su vez se convierte en prestigio obliga a ofrecer soluciones de espacio, que en una sociedad netamente campesina contrihu ye a un modelo de organización espacial de ese grupo cultural. En definitiva, los templos vudus en Haiti forman un conjunto de edificaciones que sirven para la habitación de los seguidores del culto, cuyos espacios se encuentran distribuidos ritual mente sirviendo de marco a este ultimo. Semejante distribución del espacio no es mas que una normativa de la cultura y un rasgo significativo de su identidad.

En el caso dominicano, esta organización espacial es diferente, la normativa cultural no obliga a la mayor parte de la población a congregarse socialmente alrededor de un templo –sin discutir las congregaciones cristianas oficiales que de todas maneras se comportan de forma muy diferente inclusive en el propio Haiti– los cultos de naturaleza vudu en Republica Dominicana, no se organizan sobre espacios diseñados por la naturaleza ritual de la normativa cultural. El dominicano, con una cultura diferente, se comport a hacia el fenómeno sobrenatural de forma distinta y esto termina reflejandose en la organización espacial de los cultos practicados en la Republica Dominicana, donde el brujo o chaman protagoni za la actividad, y generalmente, no demanda mas espacio que una habitación (su propio dormitorio) adornada por un altar.

La magico-religiosidad de este pueblo se caracteriza por su diversidad de matices. El correspondiente a un perfil asemejable al culto que se practica en Haiti, raras veces dedica aqui edificaciones con la complejidad del Humfó haitiano, o a lo sumo, una construcción modesta, que en algunas regiones se les llama iglesia (Nigua) y que sin estar consagrada oficialmente, se disponen ocasionalmente de forma muy parecida a estas dentro de la fe cristiana. Se les llama tambien «centros». Las diferencias en la organización espacial de estos «centros» dominicanos con el Humfó haitiano refleja diferencias en la organización del culto y sus practicas en la Republica Domi nicana.

La poca proliferación de centros de cierta envergadura y complejidad, no debe encontrar explicación en razones de orden legal, como pretenden atribuirle algunos tratadistas al referirse a estos santuarios:

«Los templos o santuarios voduistas –escribe Deive– escasean en Santo Domingo debido al caracter ilegal del luasismos y a su condición de culto eminentemente magico»9.

Por el contrario, debe buscarse en la materialización de imperativos socio culturales de organización espacial que no se encuentran presentes en la cultura Dominicana y si en la haitiana promoviendo comportamientos sociales y religiosos completamente diferentes a los de la primera. No es porque resulta penado por la ley por lo que el espacio se hace menos complejo. Es porque la organización socio-religiosa propia de un humfó haitiano, se encuentra ausente en la cultura Dominicana. El mismo autor admite mas adelante que en la practica, el templo dominicano se reduce a la residencia del «servidor de misterios». Mas aun, a la habitación de este10.

Parece estar clam que las diferencias en el uso del espacio disponible es una resultante de los imperativos de la cultura que norman el comportamiento social en sentido amplio y socio religioso en terminos especificos. Esto conduce a admitir que deben existir distinciones de suficiente peso en este comportamiento para reflejarse en las actividades de esta naturaleza en ambas culturas y en aquellos lugares donde la practica tambien influencia los elementos de la composición de sus propias magico religiosidades, como en el caso del Oriente de Cuba, New Orleans en Estados Unidos entre otros. Como se distribuyen estos espacios y c6mo se organizan en ambos sistemas es parte de la interpretación de sus similitudes y diferencias. En Haiti la represión legal y policial no evita la proliferación de los Humfó puesto que esto parece estar dominado por la tolerancia de uno que otro jefe policial. (Deren. Maya. 1953. P. 179 y siguientes.).

EL HUMFO EN LA CULTURA MAGAGICO-RELIGIOSA DEL PUEBLO HAITIANO

En Haiti, el mundo sobrenatural cobra vida en los rituales que se escenifican en el conjunto de edificaciones que se conoce con el nombre de hunfó o Humfórt11. Estas construcciones por muy modestas que fueren contienen la organización socio-religiosa que da razón de ser al Humfó: «La Sociedad Humfó»12 que trasciende los limites de la familia y organiza una especie de familia conjunta, congregada alrededor de un sacerdote o Hungan, al que sirven como iniciados. Este sacerdote, ocasionalmente y cuando es mujer se llama: Mambo.

Todo grupo social en Haiti tiene su Humfó y Sociedad Humfó, como servidores del santuario y las divinidades de la comunidad: El Humfó es el receptacu lo del cuerpo sacerdotal y de los iniciados de cada comunidad. Metreaux senala que esta organización se conforma en cofradias afiliadas al Humfó13. Semejante comportamiento lo atribuye el mismo autor a las influencias culturales mas precisas en la herencia social del pueblo haitiano con relación al Africa.14

Sobre la disposición arquitectónica del Humfó, Metreaux apunta:

«Un Humfó no es un templo en el sentido comun del vocablo, sino un centro religioso comparable, por su apariencia, al caserio que agrupaba en otros tiempos a los matrimonios y los hijos de la 'gran familia'. La cantidad, la disposición y la omamentación de los cuartos o chozas que constituyen el santuario vudu depende en primer lugar de los recursos del sacerdote o sacerdotisa y en menor proporción de su imaginación, de su gusto o del que atribuyen a los espíritus».15

Como es posible observar, la distribución de las edificaciones de un Humfó presenta una disposición caracteristica. No obstante, se advierte que es posible encontrar Humfós muy pobres que reducen su espacio a un solo edificio u habitación que socorre a los Luá y a la familia del hungant16. Un elemento que parece no faltar en el Humfó y por el que tiende a reconocersele es el «Peristilo», lo que con sus reservas puede homologarse a las enramadas dominicanas.

«La unica construcción que permite reconocer un Humfo desde el exterior es el 'Peristilo', especie de cobertizo muy abierto donde se desarrollan las danzas y las ceremonias al abrigo de la intemperie. El techo, de paja o a menudo de chapa corrugada, esta sostenido por medio de postes, pintarrajeados: El del centro, el 'poste central', es el eje de las danzas ritual es y recibe durante las ceremonias diversos homenajes que atestiguan su caracter sagrado»17.

Este matiz de la «enramada» en la cultura Dominicana solo es alcanzado en los espacios ri tuales ded icados al culto gaga en el batey dominieano, indudablemente por ser una recreación del espacio propio del vudu haitiano en los contextos de expresión de las subculturas del batey que responden a modelos sincreticos dominico-haitianos, donde esta ultima, parece ejercer algun predominio18.

Sabre el Humfo en el vudu haitiano, Agosto19 nos advierte acerca de su eclecticidad arquitectónica y estetica, la cual parece diferir, como es natural con la magico-religiosidad de cualquier pueblo, de un Humfo a otro. Estas semejanzas no deben confundirse al interpretar las analogias en el comportamiento que no se encuentra nomrndo formalmente.

Acerca de las caracteristicas de la edi ficacion, esta parece comportar algunas variantes, ya se encuentre construi da en una zona rural o urbana.

«Algunos Humfo, escribe Agosto, especialmente aquel los ubicados en el campo, en donde hay mas espacio disponible, estan compuestos por un conjunto de estructuras que sirven varios propósitos, incluyendo la vivienda del Hungan y su familia»20 .

Este comportamiento no parece documentarse ni en las expresiones vuduistas dominicanas mas sofisticadas a excepción –con reservas por supuesto– de la organización espacial de la familia conjunta de los morenos de Villa Mella y su santuario21. La organización del espacio del Humfo cumple las necesidades de una «Geografia Ritual».

Sobre el Humfó, Maya Deren comcnta lo poco fortuita de su distribución sobre el terreno, disposición que responde a un pri ncipio de planificación que no admite ciertas improvisaciones y descuidos:

«The first impression of a hounfort is of grounds well planned and expertly maintained. It definitely conveys the sense of a formal architectural and landscape unit, and integrity brought into focus by a distinct entrance to the grounds»22 .

Es evidente que la distribución del espacio no es un resultado fortuito. Se encuentra consti tuido sobre la base de princi pios que por su flexibilidad permiten manejar las diversas inciividualidades.

Como se ha visto, el Humfó es un termino utilizado en Haiti para designar el espacio donde cobran vida las actividades religiosas; este comprende el «arbol sagrado» y otras tantas estructuras, que como el «Peristilo» y la habitación ocupada por el «Pé», que no es mas que un altar dedicado a los Loa. Este altar o Pe, en algunas ocasiones tambien recibe el norn bre de «sobaqui». Esta pequeña habitación que ocupa el Pe o altar es mas bien privada, puesto que puede existir, –y de hecho existe–, un altar de uso mas general. A esta habitación se le conoce bajo el nombre de «ghuevo»23. En este lugar y en los demas recintos se guardan los objetos del culto.

El recinto donde se encuentra el Pe es probablemente, el area que mas semejanzas guarda con los precintos religiosos en los «centros» de la Republica Dominicana. Es necesario resaltar que la presencia de ciertas analogias con los altares privados del vudu haitiano y la presencia generalizada de algunos hom6logos en la cultura Dominicana no justifica una generalización de las practicas voduistas formates o informales en la magico religiosidad de nuestro pueblo. La mayor parte de estos altares responden a creencias y principios operativo y rituales de una enorme divergencia con los del vudu. Algunos expresan verdaderas manifestaciones de beatitud y fervor religioso de claras influencias católicas populares europeas.

EL CENTRO O GLESIA EN EL VUDUISMO DOMINICANO

En la cultura dominicana, los imperativas socio-religiosos no obligan a los practicantes servidores a disenar soluciones arquitectónicas equiparables a las presentes en el vudu haitiano. El espacio dedicado al culto, parece corresponder, generalmente, a la habitación del servidor. El templo cuando suele aparecer, se encuentra reducido a una construcción rectangular, donde no parece intervenir la orientación cardinal. Regularmente, igual que en los santuarios oficiales, el extremo del fondo se encuentra decorado por un altar, cuya disposición, organización y estetica pueden diferir de acuerdo a los gustos y preferencias de cada oficiante.

En los centros dominicanos, como se les llama, no aparece la distribución del espacio que hcmos visto para el Humfó. Los centros no poseen un «Arbol Sagrado» aunque pueden presentar una pileta para los «Petros» y «Guedes». No prescnta un «Paste Central» que como su nombre indica: es el centro del ritual, es la puerta de entrada al mundo sobrenatural, lugar por donde llegan las divinidades en el vudu haitiano. En l as practicas de posesión escenificadas en el «vudu Dominicano» no existe una localización precisa de la procedcncia de los «seres», por lo menos no documentada.

El espacio dedicado al culto puede presentar decoración y estar amueblado como un temp lo ortodoxo. En el caso de presentarse una edificación de cierta envergadu ra, muy rara vez se presenta la enramada que aqui parcce scr hom('llogo al «Peristilo», espacio obligado en el Humfo del vudu haitiano. La enramada no presenta el «Poste Central» caracteristico a las ceremonias vudus en los Humfo de Haiti y que en la Republica Dominicana aparece en las enramadas de las zonas de batey destinadas a la ritualización del culto «Petro» en el gaga haitiano-dominicano.

Los centros dominicanos no admiten en sus disenos arquitectónicos posibilidades de albergar los integrantes que pudiesen pertenecer a la sociedad Humfo como en Haiti. El oficiante dominicano, necesita unicamente el espacio suficiente para practicar la posesión de los «espiritus materiales», sin satisfacer las normas de un ritual voduista ortodoxo al estilo del vudu haitiano.

Como se ve, las necesidades de espacio y organización ritual del mismo, estan ausentes en la practica del culto vudu que se ejercita en la Republica Dominicana. Indudablemente esto se debe a que las necesidades socio reli giosas de ambas naciones se satisfacen de forma diferente aunque se quiera reducir el impacto de semejante evidencia diferenciadora. Si el vudu en Haiti respondiese al que aparece en la Republica Dominicana, los espacios correspondientes a su culto en ambas naciones, darian respuesta a los mismos principios, salvo las readaptaciones culturales imperativas en un nuevo medio. Las posibilidades de transformación y cambio a que se encuentra sujeto el culto encuentra su ejemplo en la organización del entorno en el gaga. El gaga y su organización resultan un ejemplo fiel de que el alcance del impacto de otra cultura es incapaz de alterar los elementos que dan la razón de ser al ejercicio ritual de un culto. Por mas que se transforme, persistiran sus elementos esenciales. Si se acepta este principio, se convendra en que definitivamente el comportamiento religioso que se asimila al vudu en la cultura Dominicana, genera necesidades que no se definen para el vudu en Haiti.

Definitivamente, la ausencia de ciertos rasgos en los espacios fisicos destinados a la ritualización en ambas naciones no cumple con las mismas prerrogativas lo que puedc interpretarse como una consecuencia de profundas diferencias entre ambas. En Haiti responde a un culto general izado con diversas variantes propias de un universo magico-religioso. En la cultura Dominicana esta expresión queda reducida a un elemento del conjunto universal de su propia magico-religiosidad.

SIMBOLOGIA Y RITUAL EN EL VUDU HAITIANO Y DOMINICANO. INTERPRETACION DE ALGUNOS SIMBOLOS EN EL VUDU HAITIANO Y EL DOMINICANO.

El significado de los objetos que intervienen en los rituales del vudu y su interpretación simbó1ica, es probablemente, el mas significativo de los indicadores que permiten establecer l as diferencias formales entre el practicado en Haiti y la variante que se presenta como parte de la religiosidad que practica el pueblo dominicano.

A pesar de su probada relevancia, las aproximaciones desde esta vertiente son escasas, para no decir nulas. Los aportes a la interpretación simbólica son recurrentes y dispersos en la bibliografia sobre el tema vudu. Es quizas, La Tradición Voudou et le Voudoo Haitien, de Milo Rigaud, la que hace un mayor numero de interpretaciones esotericas y cabalisticas24. A pesar de la fuerte influencia interpretativa de la masoneria esoterica, se hace posible reconocer un aporte significativo sobre algunas simbologias tanto para los objetos del culto como los propios Loases o los alimentos destinados a ellos.

Esta posibilidad interpretativa, que parece ostentar el vudu haitiano, se reduce a los detalles de interpretación que logran extraerse de la bibliografia nacional sobre el vudú que se practica en la Republica Dominicana, y en la mayoria de los casos, extrapolan conceptos e interpretaciones del vudu en Haiti a la modalidad vudu que se practica en Santo Domingo. Es lamentable que el trabajo de campo no haya dedicado una mayor atencion a este marco de posibilidades25.

A grandes rasgos, es necesario reconocer que algunos elementos de gran importancia simbolica casi ausentes en cualquier forma de expresion de caracter voduista en la Republica Dominicana. El Veve, simbolo ritual por excelcncia del vudu haitiano esta ausente en la mayor parte de las ceremonias dedicadas al culto de la «Variante Oriental» del vudu, que se practica en Santo Domingo. Generalmente se piensa, que la decoracion presente en las parcdes de las viviendas vernac ulas del suroeste de la nacion dominicana responde a una variante arcaica de los veves que simbolizan a las divinidades del vudu haitiano26.

Es poco probable que eso sea asi, puesto que las representaciones no cumplen con un patron geometrico caracteristico a la practica estetica en el vudu de Haiti. Donde las rcpresentaciones son como el logo al cual se asocia una divinidad, a traves del cual se le invoca y en extrema, se constituye en la divinidad misma. Sin el Veve las ceremonias vudu, no pudicran escenificarse puesto que este se constituye en llave de entrada al mundo sobrenatural (Veve a Legba) cuya puerta, el cordon umbilical entre lo sagrado y lo profano es el «Poste Central» que generalmente, tam bien esta ausente en las practicas cotidianas del «vudu» que se practica en la Republica Dominicana.

Las representaciones esteticas en las paredes de la vivienda vernacula en la Republica Dominicana, hoy por hoy, se interpreta como simbolo de belleza, como adorno. Su interpretacion magica, que pudo estar presente desde muy antiguo, ha desaparecido. A pesar de las proximidades con la frontera y la influencia que el vudu haitiano ejerce en la region, no existe correlación morfol6gica ni interpretativa de los Veves ritual es de Haiti y las pinturas en las paredes de las casas. A excepción, por supuesto, de las practicas del culto gaga en los bateyes, que reconstruyen –dentro de sus posibilidades– la morfologia y la interpretación de los rituales haitianos, a consecuencia claro esta, de que el gaga haitiano-dominicano del batey es una reformulación bastante fiel de los rituales Petro de las sectas Ra-ra en Haiti. Su recomposición mas o menos fiel del vudu en Haiti y su simbologia e interpretación en el gaga puede ser producto de la composición etnico-cultural que se suscita en el batey, que a pesar de constituirse en territorio dominicano en su interpretación de las normas y la acción social, pertenecen a la cultura haitiana, la cual se constituye en una expresión sub-cultural de la propia cultura Dominicana.

Son innumerables las representaciones de Veves en los rituales del vudu en Haiti. A pesar de que por razones de orden liturgico siempre se acusa al vudu de eclecticismo ritual, es necesario reconocer que existen principios generalizados, aun en la propia interpretación artistica de un Veve, que para ser efectivo, tiene que ser reconocido por el colectivo de los participantes. Esto demuestra la existencia de patrones simbólicos de ejecución e interpretación que no deben ser soslayados en el analisis por su importancia capital para el vudu en Haiti. No es lo mismo para tal elemento vudu en la cultura Dominicana. Aqui, el Veve no adquiere ningun significado y la entrada al mundo sobrenatural no se realiza con una "llave" a traves de una puerta. Se logra la interpretación y el reconocimiento simbólico de acuerdo a una escala cromatica que representa a las divinidades en Santo Domingo. En una interpretación sobre el fenómeno Deive admite su desconocimiento:

"Parece indudable que los colores contienen un simbolismo oculto, que por mi parte, no he podido esclarecer"27.

La investigacion de campo aporta un nuevo ingrediente a la interpretacion de esta simbologia. Toda parece indicar, segun un estudio realizado recientemente28 que los colores simbolizan a las divinidades o seres en los cultos dominicanos. Responden a la cromatica entre las tonalidades que presentan a este con un vestuario y unos accesorios color rojo y verde (San Miguel-Belie Belcan). Los colores que le simbolizan seran estos precisamente. El uso de estas tonalidades con la ayuda de una campana son los elementos simbolicos que permiten la invocacion y pasaje de los seres, del mundo sobrenatural al de sus servidores. Como es obvio, aqui no intervienen, ni la simbologia del Veve ni el "Paste Central", coma argumento semiotico de la invocacion.

Aqui la simbologia descodificada por los servidores y sus creyentes no responde a los complejos trazos esteticos de un Veve cuya interpretacion todos comparten. Por el contrario, el reconocimiento simbolico se realiza descodificando la cromatica implicada en la personificacion del ser y su teatralizacion.

Es posible efectuar otras comparaciones de la interpretacion simbolica tanto en la religiosidad haitiana, el vudu, y las practicas con esta influencia dentro de la religiosidad dominicana.

En Haiti, por ejemplo, la cruz parece simbolizar el "Baron del Cementerio" un guede jefe de la region de ultratumba. Analogamente, aqui los servidores de este ser lo colocan coma el jefe de su division29. Sabre el particular, Haiti Metraux describe que alrededor del Humfó se disponen d iversos elementos simbolicos entre los que se encuentra:

"... Una cruz negra, a menudo cuhierta con un sombrero hongo y vestida con una levita, que simholiza a Baron -Samedi o una tumbajalsa de cemento que recibe las ofrendas para los Guedé"30.

Deive, probablemente siguicndo a Metraux, hace la misma interpretación del simbolo de la cruz en la religiosidad dominicana.

"Los harones –rejiriendose a los guedes– tienen como simholo comun las tres cruces levantadas en los calvarios campesinos"31.

No se puede descartar completamente la analogia simbó1ica de la cruz y el "baron del cementerio" o de los guedeses. Sin embargo, la mayor parte de los informantes cuestionados sobre el particular han respondido que estas representan a la Santisima Trinidad: Padre, Hijo y Espiritu Santo, "Fe, Esperanza y Caridad".

Todo parece señalar que una cruz roja simboliza al espiritu santo, que se utiliza como resguardo fuera de las casas en algunos campos.

Sobre este particular, la profesora Martha Davis en su libro "La otra ciencia" parece llegar a las mismas conclusiones:

"El calvario dominicano es un simbolo positi vo porque representa el poder divino. Especificamente el calvario, con sus tres cruces, representa la Trinidad (padre, hijo y espiritu santo). Una cruz sola representa el espiritu santo"32.

Nuestras investigaciones parecen corroborar esta interpretación. Simbólicamente la religiosidad dominicana, a diferencia de la haitiana interpreta la presencia de cruc es como la simbolización del espiritu santo y las tres divinas personas, aun en zonas que tradicionalmente sirven a los asentamientos del batey azucarero dominicano. Es probable que esto se deba a una influencia de la religiosidad popular europea de origen cristiano. Contribuye a esta idea, la presencia de calvarios en las proximidades de la ciudad de Santo Domi ngo desde muy temprano en la epoca colonial., segun parecen demostrar el piano de Boazio fechado en 1588 sabre los apuntes de la invasion a la ciudad por Drake ( 1586), entre otras tantas representaciones graficas de Santo Domingo33.

En conclusión, se puede deducir que entre los simbolismos en el vudu haitiano y los propios de la magico religiosidad dominicana pueden establecerse diferencias que pueden esclarecer y contribuir con diversas lineas de investigación. Por el momenta debemos conformamos con los ejemplos pcrtinentes a este analisis, a fin de posibilitar una apertura hacia esta linea de investigación.

LA RITUALIZACION EN EL VUDU: HAITI y SANTO DOMINGO

La conducta seguida por los individuos al realizar diversas acciones rituales, organizar sus actividades, conducirse en ellas y los significados simbólicos que adquieren estas acciones, probablemente permitan el acceso a conocimientos mas especificos sabre la conducta en la cultura del rito.

Establecer el perfil del ritual y su lugar en la cultura haitiana, asi como, dentro del elemento voduista formal en la religiosidad dominicana, contribuye grandemente a edificar el discurso sabre sus analogias y diferencias34. De verdadera importancia resulta establecer las principales caracteristicas de la acción ritual tanto en el vudú en Haiti como en las variantes observables en la religiosidad dominicana.

El vudu parece fundarse en las necesidades que tienen los creyentes de aplacar y propiciar a sus divinidades tutelares. El ritual implica en Haiti, la capacidad de "conocimiento" que tenga un iniciado para operar los poderes de los Loases sobre la naturaleza, la salud y la muerte. Esto lleva a los creyentes, en Haiti, a celebrar innumerables ceremonias y rituales durante todo el año, en el apretado calendario ritual que es necesario cumplir. De lo contrario, se sufren consecuencias.

En una cultura donde el culto a los antepasados guarda una intima relación con sus analogos en Africa, con profundas variaciones, consecuencia de las reinterpretaciones y donde, ademas, se rinde culto al mundo de las divinidades sobrenaturales, como rectoras de la vida de los individuos, es necesario comprender las obligaciones de los creyentes transitando entre los cultos a los muertos y el culto a estas divinidades.

"El vuduista tiene en Haiti unas relaciones bien definidas con las Loa y las muertos. Cada devoto tiene unas obligaciones particulares con ciertos Loa porque las ha heredado de sus antepasados. Tiene que cwnplir con estas ohligaciones mediante sacrificios y ceremonias periodicas en las cuales las Loa son festejados, reiterando asi su alianza y lealtad hacia ellos"35.

En cierta forma sucede lo mismo en la cultura magico-religiosa dominicana, salvo la calendarización y los procedimientos que escenifica el ritual que parecen diferenciarse en Santo Domingo, en principio, porque el ritual aqui puede bien reducirse a la celebración de una sesión privada donde intervenga la posesión sin mayores consecuencias que el asumir una vestimenta acorde y una escenificación que caracteriza a la divinidad invocada (se hace referencia a las practicas dentro del marco del elemento voduista formado en la religiosidad dominicana). Los actos publicos citados por algunos autores,36 se reducen a las celebraciones a los dias del Santo representado en el calendario catolico y los pagos de promesas y favores especiales que suelen coincidir con las mismas fechas.

En Haiti, esto es muy diferente: los rituales responden a un calendario de servicio que preve la celebracion de diversas ceremonias colectivas durante todo el año. Asimismo puede advertirse, que –curiosamente– los dias de la Slmana propicios para "trabajar"37 parecen diferenciarse un poco de los elegidos para ciertas divinidades en Santo Domingo.

En la Republica Dominicana, los dias para rendir culto a las divinidades "Guedes" o "Petros" intimamente vinculadas la inframundo de los muertos se producen los lunes de cada semana, como dia mas propicio para "trabajar"; incluso las ofrendas, servicios y rituales dedicados al "Baron del Cementerio" regularmente se ejecutan los lunes.

En Haiti esto parece variar considerabl emente puesto que los seres o misterios Guedes y Petros se veneran y propician preferentemente los dias considerados masculinos como los viernes y sabados. Los lunes son considerados dias femeninos y propicios para trabajar con dioses "radas". Sobre el particular Nelida Agosto refiere:

"La distribución de los dias de la semana –en Haiti– se hace de acuerdo al caracter de los dioses. Algunos dias son 'femeninos '; otros, 'masculinos'; algunos, propicios; otros, peligrosos. Lunes, martes y jueves son dias 'femeninos '; miercoles, viernes y sabados son 'masculinos '. Aquellos dioses que son femeninos, como Ezili, o tienen un caracter apacible como Damhallah, estan identificados con los dias femeninos; los dias masculinos estctn dedicados a aquellos dioses fitertes y masculinos como ogun, los guedes y los loas petrós. Los viernes y sabados, dedicados a los guedes y a los petrós, se asocian particularmente con magia y hechiceria"38.

Como se habra hecho evidente, en los rituales vuduistas format es en Santo Domingo, es bastante diferente la distribución de los dias de la semana en la ejecución de sus invocaciones para la posesión donde los tunes se dedican a las divinidades guedes y petrós a diferencia de Haiti.

Entre los rituales practicados a discreción por la rel igiosidad haitiana esta, la "ceremonia det lavador de cabeza". Parece ser uno de los ritual es mas generalizados para el vudu en Haiti. En la Republica Dominicana es equiparable al refresco o al bautizo. En Haiti, se da inicio con ella a la relación entre el devoto y la divinidad que esta controlada por el oficiante. En la cultura dominicana parece cumplirse con el mi smo propósito, a pesar de que una gran parte de los servidores realmente nunca han sido "bautizados" formalmente en el "vuduismo" que se practica en Santo Domingo. Se revisara este aspecto al tratar sobre la iniciación en Santo Domingo y en Haiti.

Entre los rituales mas comunes en el vudu haitiano se encuentran dos categorias: los que se dedican a las divinidades vudus y los que se dedican a los antepasados, a los muertos. Si se sigue a Rigaud, se puede convenir que el vudu haitiano guarda rituales distribuidos durante todo el año. De igual modo, estos rituales son clasificados regionalmente, puesto que el propio Rigaud advierte sobre las modalidades que sc encuentran dispersas en la geografia de Haiti39, describe tres categorias de rituales vudu:

a) Las ceremonias clasicas del vudu de la region Oeste por lo menos), b) Las ceremonias de orden general, c) Las ceremonias de estabilidad para el Hunfo.

Entre las primeras –de acuerdo al inventario de Rigaud– se encuentra el "Leve Nom" una ceremonia analoga a las reportadas por Parrinder para las culturas africanas al sur del Sahara. "Leve Norn" en Haiti consiste en poner al recien nacido el mismo nombre de un ancestro para cumplir un doble cometido: dotar al niño de una protección magica y perpetuar la tradición. El niño quedara al cuidado del espiritu de este ancestro. A esta ceremonia le corresponden otras como la confirmación o "Garde" del "Leve Nom". En esta, el compromiso consiste en brindar recompensa a los "misterios" con sacrificios rituales, es una especie de "servidor" de estos "misterios". En Santo Domingo no se conoce noticia alguna sobre semejante practica demostrando una diferencia precisa en torno al fenómeno ritua l en la magico religiosidad de ambas culturas, y rnuy especialmente las diferencias entre los rituales del vudu en Haiti y el denominado "vudu dominicano".

En las ceremonias clasicas del vudu en Haiti, no podian faltar las de naturaleza iniciatica. Hacer el "Can-Zoou (Boulezzai n)" es el ritual ejecutado sabre la "hunsi basa l" como segundo pasu en su carrera de iniciación, pasa a ser hunsi kanzo, adquiriendo con este grado mayores compromisos con su hunga n y su "societe"40.

Como se puede apreciar, la ausencia de una jerarquia establecida dentro de un periodo fisicamente constituido como el Humfo, que tampoco se presenta como tal, lleva a reconocer diferencias de gran importancia en la calificación del vudu en Santo Domingo. A estos rituales y sus consecuencias formales en el comportamiento social, se suman otros rituales que ofrecen el perfil de las iniciaciones en Haiti, donde, a diferencia de Santo Domingo –a excepción del batey– existe una compleja jerarquia que implica roles, deberes y recompensas, dentro de la red social de apoyo para el grupo. El "Prise d 'asson", como una ceremonia de pase para el hungan, se coloca entre los rituales clasicos de vudu en Haiti.

Los rituales o ceremonias de "orden general" son los que se encuentran en todo el vudu haitiano sin importar la region o el lugar. Entre estos se encuentran las consagraciones de los objetos rituales como el "assons"41 o los tambores, a estos rituales se les llama "Baptemes" (Bautismos). Estos bautizos guardan diferencias sustanciales con los que se conocen en Santo Domingo como el "bautizo de los pafiuelos", aunque cumplen la misma función, la operación ritual es diferente en Santo Domingo y en Haiti. Otras ceremonias generalizadas en Haiti es el "Manger – Yam" o comer el fiame. Sobre este ritual, Agosto señala lo siguiente:

"Una de las ceremonias pcriodicas, en las cuales se expresa esta relacion de parentesco entre la familia y las dioses, es la ceremonia anual de mager–yanz (comer ,1ames). El manger-yam es un rito de la cosecha traido de Aji–ica, el cued mantiene un lugar de gran importancia en la viela del campesino haitiano"42.

Mas adelante Courlander, referido por la misma Agosto, escribe sobre la ceremonia de "Comer el Name":

"En Haiti el name es un vinculo con el pasado y un simbolo defertilidad. Cuando hay names en abundancia, hay alimentos para los meses de invierno, asi coma un sentido de bienestar. Cuando la cosecha espobre, hay inseguridad y aun hambre. Suceda una cosa o la otra, acechando en la oscuridad estan las sombras de los antepasados, puesto que son ellos quienes tienen poder para acrecentar la cosecha o para destruirla. Este es el concepto alrededor del cual construye el manger–yam.43

Evidentemente esta no es una ceremonia que se pueda documentar entre las rituales vudu del "vudu dominicano" ni su sistema de creencias. Finalmente se encuentran las ceremonias dedicadas particularmente al Humfo del vudu en Haiti. Todas realizadas de acuerdo a un complejo plan operativo organizado en torno a planos esotericos y cabalisticos que se describen profusamente44.

La diferencia de estas practicas entre Haiti y Santo Domingo no se reduce a simples convenciones de alguna variante, responde si se quiere a profundas diferencias entre la normativa socio - cultural del pueblo haitiano y el dominicano, donde este ultimo no se encuentra organizado en estructuras articuladas a un hungan especifico de un Humfó en particular. Y en Haiti esto es un hecho. No se enumeraran las diferencias calendarias entre las celebraciones en Santo Domingo y Haiti: estas son enormes. Cabe concluir el espacio que hemos dedicado a las rituales en Haiti y Santo Domingo significando la necesidad de poner mayor atención a las modelos de operación en las rituales del culto, a proposito de incorporar información mas precisa que permita establecer mas confiables analogias y diferenciaciones.

DIFERENCIAS EN LAS PRACTICAS INICIATICAS DEL CULTO VUDU ENTRE HAITI y SANTO DOMINGO

Es probable que una de las mayores y definitivas diferencias entre los rituales iniciaticos practicados dentro de la religiosidad dominicana y aquellos propios del vudu responden a una jerarquia iniciatica cuyos niveles marcan el grado de conocimiento sobre los "secretos" del culto y el rol del individuo frente a su grupo, que en Haiti suele llamarse "Sociedad Humfo"45. En la Republica Dominicana, los rituales iniciaticos, en cambio, responden a necesidades mas elementales en terminos de su respuesta a una organización jerarquica menos compleja para el fenómeno en esta cultura.

Aqui los rituales se asimilan a una altemativa, las de ser bautizado como forma de consagración y confirmación de un talento heredado o viajar a Haiti para hacerse iniciar probablemente como hunsi (esto se confirma en el hecho de que la mayor parte de los oficiantes del culto de naturaleza vuduista en la cultura dominicana son mujeres). Esto se constituye en el elemento de juicio que acredita el pensar que los rasgos vuduistas formales en el universo magico-religioso dominicano responden a influencias de la religiosidad haitiana. Esto parece ser un hecho incontrovertible. Esta influencia sufre –por supuesto– sus modificaciones en este nuevo contexto cultural.

En Santo Domingo las formas de bautismos en las modalidades referidas por Patin como: "Bautismos" "Refrescos" y "Lavado de Cabeza" no implican intrincadas ceremonias de pase de gran complejidad como ha sido el caso de la simpleza en la ceremonia de bautismo de "mary" en Vallejuelo de San Juan en donde solo fue ungida en agua bendita y hecha la serial de la cruz con una rama de Ruda..

A pesar de ello, es evidente la inclinacion en resaltar las analogias entre las practicas rituales de esta naturaleza en ambos cultos a pesar de que ni siquiera existen monografias que permitan obtener informaciones precisas sobre el Bautizo, el lavado de cabeza o el refresco.

De todas formas, parece cierto que en los cultos vuduistas dominicanos no es imprescindible un bautismo o una "iniciación" para ser un practicante, servidor o caba llo de misterio, como se llama a los oficiantes vuduistas dominicanos. Este parece un indicador de enorme peso al momento de establecer las diferencias que existen entre las practicas del culto vudu en Haiti y los rituales o "trabajos" que ejecutan los oficiantes dominicanos, cuya actividad se verifica mas por transe de posesion que por algun otro indicador que permita reconocer un ritual voduista en tenninos de organizacion jerarquica.

Que el "Bautizo" no es imprescindi ble entre los oficiantes dominicanos puede implicar la posibi lidad hipotetica de afirmar que: en la magico-religiosidad Dominicana no existen formas de iniciación propiamente dichas, y que en su defecto, se presentan ciertas ceremonias rituales, que de acuerdo a principios magicos, ayuda a los individuos en su proceso de vinculacion a las divinidades que pretenden servir. Esto hace, generalmente, al individuo capaz de oficiar a multiples divinidades a pesar de no haber agotado un proceso de aprendizaje que debe continuar en su "carrera" para tratar de convertirse en Hungan, de ser vudu haitiano. En el vuduismo dominicano no existen rituales de pase que demuestren conocimiento y jerarquia a la cual es necesario rendir cierta reverenciacion.46

EL CASO DEL BATEY

Quizas el caso de iniciación mas ilustrado responda a las rituales practicados par el culto petró de gaga "haitiano dominicano" en el batey de la industria azucarera Dominicana.

El Batey Azucarero, se constituye en espacio de acción para multiples practicas sociales cuyos origenes formales se encuentran en el vudu de Haiti. Se recomposición en el nuevo contexto agroindustrial ha propiciado readaptaciones sincreticas del culto que incluyen las manifestaciones rituales del Rara, expresión socio-religiosa tradicional en la region central de Haiti (Departamento de L' Artibonite) durante la Semana Santa. En el Batey dominicano a la misma tradición se le llama Gaga (por corruptela de la voz haitiana Rara) que como el Rara, tiene por contexto natural de expresión la Semana Santa.

En definitiva, el batey azucarero es un producto de nuestra cultura económica tradicional de mono-cultivo y utilización de mano de obra extranjera lo que ha permitido una reelaboración cultural dominico-hatiana: la cultura del batey. De todas maneras la influencia etnica predominante en el batey dominicano responde a rasgos culturales del pueblo haitiano. Esto parece ser definitivo, homologando a las rituales iniciaticos documentados para la cultura socioreligiosa del vecino pais.

Es necesario continuar con investigaciones mas profundas y comparativas, entre los fenómenos religiosos populares de las vecinas naciones haitiana y dominicana. Segun lo tratado aqui parece demostrable que el vudu, o las fonnas de expresión vudu en la cultura religiosa popular dominicana, responden a la influencia cultural de la vecina nación en terminos religiosos. Lo inveterado de la manifestación con la ausencia de una teogonia, una cosmogonia, un sacerdocio claramente estructurado y una jerarquia normada por las restricciones iniciativas, parecen conducirnos a concluir que lo denominado coma "vudú dominicano" o "vudú variante oriental", no es mas que la expresión de un sincretismo afroreligioso entre el vudu haitiano y algunas creencias de igual naturaleza en la cultura religiosa popular dominicana. La desarticulación y poca organización interna del culto en Santo Domingo parecen reflejar esa realidad.

De todas maneras, es necesario admitir la influencia del vudú haitiano en las practicas afroreligiosas dominicanas como resultado de un proceso histórico sincretico que ha generado una expresión atenuada y desarticulada en relación a las jerarquias sacerdotales y funciones de sus integrantes con su original haitiano.

Lo necesario parece ser, ahora, responder hasta que punto estas analogias pueden permitir calificar ese aspecto de la religiosidad dominicana como "vudu dominicano" y hasta donde sus diferencias pueden negar ese hecho, en otras palabras, hasta donde se trata de un vudu dominicano o vudu en Santo Domingo?

Notas

  1. Antes de este momento se habían producido diversas publicaciones que dedicaron sus análisis a tratar el fenómeno religioso voduista en nuestra cultura con una evidente inclinación hacia el prejuicio. De estos precedentes se pueden consultar: Rodríguez, Manuel Tomás. Papa Lcgba. Ciudad Trujillo. Editora Arte y Cinc. 1995; entre otros autores.
  2. Es necesario recordar que la colonia francesa de Saint - Dominguc se comienza a gestar entrado ya el siglo xvii constituyéndose definitivamente durante el siglo XVIII a fines del cual se produce la revolución que dará nacimiento a la nación haitiana, antes de alcanzar el primer lustro del siglo xix. Sobre la formación histórica de la identidad dominicana se puede consultar a Cassá, Roberto; Genaro Rodríguez. «Algunos Procesos Normativos de la Identidad Nacional Dominicana». Sto. Dgo., R. D. Estudios Sociales. Año xxv; No. 88. 1992. Entre otros.
  3. Sobre el Vodú en Haití puede consultarse: Metraux, Alfred. Vodú; Daren Maya. Divine Horsmcn; Rigaud. Milo. Voudu Hiticn.; Simpson George Eaton. Black Rcligions in the New World y Rcligions Culis of thc Caribbean: Trinidad. Jamaica and Haiti; Ferere, Gerald Alphonsc. Le Voduismc Haiticn.
  4. Ver Price-Mars, Jcan. «Cutle des Marassas», además de «asi habló el Tio Joan»
  5. Las formas de comunicación lingüística usadas por los ejecutantes del cuito se reconocen el creóle hablado en Haití y que en el caso dominicano se convierte en el lenguaje ritual de las divinidades dando indicio del carácter foráneo de su origen. El uso de la lengua creóle es reconocido entre los dominicanos como signo de sabiduría y verdadero poder del ejecutante puesto que «viene de allá, de donde los que saben» refiriéndose a la vecina República de Haití.
  6. Patín Veloz, Enrique. «El Vudú y sus Misterios» (referencias y definiciones). Slo. Dgo., Rep. Dom. Revista de Folklore. No. 2 agosto, 1975, p. 142.
  7. Simpson, George Eaton. Religious Cults of the Caribbcan: Trinidad, Jamaica and Haití. (3era. cd.) Río Piedras, P.R. Institutc of Caribbcan Studics/ UPI. 1980. P. 231
  8. Vocablo fon que parece significar «Esposa de la Divinidad». La Hunsi sirve al Hungan (sacerdote del Vodú en Haití) en todo los quehaceres domésticos del Humfó y sus rituales, en calidad de iniciada que ocasionalmente juega el rol de esposa del Hungan y así de la divinidad a través de este.
  9. Deivc. Op. Cit. 1978. P. 207. El autor indudablemente sigue a Patin en este juicio de ausencia por ilegalidad. Ver: Patín. Op. Cit. 1975. P. p. 150-51.
  10. Idem.
  11. Sobre las diversas modalidades de su grafía se pueden ver los ejemplos en: Metraux. Op. Cit. P. 48, 49 y 63; Agosto. Op. Cit. P. 33, asi como Alegría, Op. Cit. P.p. 28; 52.
  12. Metraux reconoce la sociedad Humfó como una especie de Cofradía. Mctraux. Op. Cit. P. 49
  13. Metreaux. Op. Cit. P. 48
  14. Ibid. p. 49
  15. Ibid. p. 63
  16. Idem.
  17. Idem. P. 63
  18. Alegría - Pons. Op. Cit. P. 28. Califica al Humfó del batey como Casa Altar, lo que evidencia una diferencia inmediata a pesar de su directa filiación al Vodú en Haití.
  19. Agosto. Op. Cit. P. 27
  20. Agosto. Idem
  21. Sobre los morenos y su santuario, consultar. Rodríguez Veloz, Wcndalina. El Turbante Blanco... Op. Cit. 1982
  22. Deren Maya. Divine Horscmcn. The Living gods of Haití. New York, McPhcrson y compañía. Reimpresión original 1953. P. 181. «La primera impresión sobre el Humfó es la de encontrarnos frente a terreno bien planificado y mantenido. Da un sentido de unidad arquitectónica y ambiental y de integridad, con una entrada característica». (La cursiva es nuestra).
  23. Deren. Op. Cit. P. 178.
  24. Rigaud. Op. Cit. P. p. 132 y sgts.
  25. Se lleva a cabo en este momento una investigación que pretende una aproximación sobre el significado de objetos rituales como litografías y otra simbología asociada con el elemento Vudú y otros aspectos de la mágico-religiosidad dominicana.
  26. Nosotros en principio caímos en este error, que fue propuesto como uno de los aspectos transmitidos por el cimarronajc a la cultura popular. Sin embargo, no se descarta la posibilidad de que esta simbología interpretada hoy como estética para las habitaciones, no pertenezca a un modelo verdaderamente antiguo de representación de divinidades agrícolas que también persisten en el Vudú en Haití y que han desaparecido de la memoria y los rituales populares de la religiosidad dominicana.
  27. Deive. Op. Cit. P. 201
  28. De acuerdo a un estudio realizado en zonas urbanas de la capital.
  29. Como se llama en la República Dominicana al agrupamicnto de los seres de acuerdo a su naturaleza y poderes atribuidos. En Haití se llama a estas agrupaciones: naciones.
  30. Metraux. Op. Cit. P. 66.
  31. Deive. Op. Cit. 1978. P. 138.
  32. Davis, Op. Cit. 1978. pp. 99-100
  33. Rodríguez Dcmorizi, Emilio. Mapas y planos de Santo Domingo. Santo Domingo; R. D.: Taller. 1979. p. 1 l(SIC). El mapa de Rugcro 1679 (19). Antonclli 1592 (69); Hazard de un original de Vingboons, xvii. 359 (157).
  34. Sobre las diferencias en la ritualización ya sea en la propia geografía como en la organización ritual de uno a otro Humfó en Haití, se puede consultar los títulos manejados en este estudio, por autoría de: Milo Rigaud, Alfrcd Mctraux; Alegría Pons; Martha Davis, entre otros.
  35. Agosto. Op. Cit. P. 39
  36. Dcivc. Op. Cit. P. 978. p. 200 y sgtcs.
  37. De esta forma se denomina en Santo Domingo a las invocaciones para la posesión de seres a fin de ser consultados sobre diversos tópicos.
  38. Agosto. Op. Cit. P. 45.
  39. Rigaud presenta el vudú haitiano en términos rituales como una diversidad que a pesar de mantener una constante, esta misma adquiría el matiz de la etnia africana que se concentre en un territorio en la geografía de Haití, nosotros agregamos que ese comportamiento es posible luego de abolida la esclavitud puesto que la sociedad esclavista usó la mezcla y reagrupamiento que da origen al propio vudú. Rigaud. Op. Cit. Pp. 32; 353 y sgtes.
  40. Es la forma de llamar a la “sociedad Humfó”; es el conjunto de individuos que sirven a las divinidades vudú en Haití, de acuerdo a una jerarquía claramente establecida. En Santo Domingo, la ausencia de esta jerarquización lleva a la igual ausencia de la “socictc”, presentándose esta palabra como un saludo ritual entre servidores y no como un grupo físicamente constituido, a la vez que parece demostrar la influencia del vodú haitiano en el reconocido como “vudú dominicano”.
  41. El “Assons” es una especie de Sonajero que simboliza el poder del hungan, el Assons es símbolo de la jerarquía del Sacerdote vudú.
  42. Agosto, Op. Cit., pp. 42 - 43
  43. Courlandcr, Harold . Thc Drum and thc Hoc. En Agosto. Op. Cit. P. 43.
  44. Rigaud. Op. Cit. Pp. 359 - 64
  45. Como se ha visto, la sociedad Humfó en Haití se comporta como una familia extensa cuyos lazos se establecen ritualmcntc, sus analogías en la cultura dominicana pueden encontrarse entre la “Famí” del culto Pctro del batey dominicano o en las relaciones sociales de parentesco entre los integrantes de “Los Morenos” de Villa Mella entre otros posibles ejemplos.
  46. Es necesario entender, que tanto en el vudú como en otras formas de culto, la iniciación implica un aprendizaje que junto a ciertas formas de tabú hacen necesaria la separación del individuo del grupo para adquirir la experiencia y la sabiduría sobre el culto. Su retorno a través de el ritual iniciático se considera en diversos cultos como un renacimiento.

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