Ciencia y Sociedad, Vol. 50, No. 1, enero-marzo, 2025 • ISSN (impreso): 0378-7680 • ISSN (en línea): 2613-8751

ESTUDIO DE CASO SOBRE FAMILIA Y ROLES DOMÉSTICOS DEL PROFESORADO MEXICANO EN EL CONTEXTO POSTPANDEMIA

Case study on family and domestic roles of Mexican teachers in the post-pandemic context

DOI: https://doi.org/10.22206/cys.2025.v50i1.3270

Joel Iglesias Marrero

Universidad Anáhuac. México.
https://orcid.org/0000-0003-2605-5475
jiglesias@anahuac.mx

Recibido: 22/8/2024 • Aprobado: 13/3/2025

INTEC Jurnals - Open Access

Cómo citar: Iglesias Marrero, J. (2025). Estudio de caso sobre familia y roles domésticos del profesorado mexicano en el contexto postpandemia. Ciencia y Sociedad, 50(1), 45-61. https://doi.org/10.22206/cys.2025.v50i1.3270

Resumen

La especificación de las diversas estructuras familiares y de las tendencias en los roles domésticos que desempeñan profesoras y profesores de todos los niveles escolares, pertenecientes a un colegio privado del Estado de México, fue el propósito del estudio en un amplio marco que le permitirá a toda la comunidad escolar, de manera mediata, conocer importantes aspectos de las personas que están al frente de muchos grupos escolares para guiar los procesos formativos académicos de varias generaciones. Bajo el paradigma cuantitativo, se empleó un diseño no experimental transeccional descriptivo y un muestreo estratificado, mismo que permitió estudiar una muestra de trescientos nueve sujetos representativos de toda la población docente de la institución educativa. La información obtenida mediante un cuestionario en línea brindó resultados que indican que el hecho de haber convivido en un entorno familio-escolar-laboral, dado el distanciamiento social por Covid-19, implicó un cambio sustantivo en las tareas domésticas un poco mayor para docentes mujeres que para los hombres. Asimismo, se puede ultimar que las tareas domésticas son asumidas en una magnitud similar tanto por el sexo femenino como por el masculino, pues la diferencia no es estadísticamente significativa como podría pensarse desde la prevalencia de una cultura tradicionalmente machista en México. Este dato atestigua el avance hacia un ideal de igualdad en la sociedad mexicana y un ideal de equilibro funcional en el contexto familiar del profesorado, con la respectiva influencia que pueden llegar a tener dichos cambios en las relaciones entre los componentes personales del sistema escolar.

Palabras clave: familia, papel de la familia, docente, cambio cultural.

Abstract

The specification of the various family structures and trends in the domestic roles played by teachers of all school levels, belonging to a private school in the State of Mexico, was the purpose of the study in a broad framework that will allow all the school community, in a mediate way, learn important aspects of the people who are in charge of many school groups to guide the academic training processes of several generations. Under the quantitative paradigm, a descriptive cross-sectional non-experimental design and stratified sampling were used, which allowed the study of a sample of three hundred nine subjects representative of the entire teaching population of the educational institution. The information obtained through an online questionnaire provided results that indicate that the fact of having lived in a family-school-work environment, given the social distancing by Covid-19, implied a substantive change in housework that was slightly greater for female teachers, than for men. Likewise, it can be concluded that domestic tasks are assumed in a similar magnitude by both the female and male sex, since the difference is not statistically significant as might be thought from the prevalence of a traditionally macho culture in Mexico. This data testifies to the progress towards an ideal of equality in Mexican society and an ideal of functional balance in the family context of teachers, with the respective influence that these changes can have on the relationships between the personal components of the school system.

Keywords: family, family role, teachers, cultural change.

Introducción

Es muy complejo poner en duda que la familia es la primera y principal institución social en la que se da el hecho educativo, con todas sus virtudes y defectos, con todo su potencial y todas las imperfecciones que socio-históricamente se le puedan adjudicar. Afectos, valores, normas de convivencia y reglas de relacionamiento social se constituyen como los principales aprendizajes que en su interior se potencian.

Lo anterior es muy aceptado si se define a la familia, desde una mirada amplia y sin pensar en historias particulares, como una institución social, ética y moral que tiene todo el potencial necesario para favorecer el desarrollo vital de cada uno de sus integrantes (Moragues, 2023). También se le refiere como el núcleo de la sociedad, incluso si se analiza desde las problemáticas de filiación, inclusión y actualización de aspectos legales dentro del contexto de la seguridad social y los derechos de la persona, porque hay que hacerlos valer independientemente del tipo de familia a la que se pertenezca (González y Parra, 2020; Rosas et al., 2023).

Desde el nacimiento, el ser humano entra a un juego de interacciones con los miembros de la familia y, en función de la estructura y los distintos roles de ésta, va teniendo una diversidad de experiencias que pueden rondar desde lo más positivo y desarrollador hasta lo más traumático, considerando la postura de que los hijos tienden a reproducir las orientaciones ideológicas de los padres (Jaime, 2024).

La posibilidad maravillosa del intercambio transgeneracional, intergeneracional e intrageneracional genera de forma más o menos favorable la construcción de los derechos individuales y la conexión con las exigencias de la vida en comunidad.

Los procesos de adaptación, de formar lazos y vínculos positivos, de generar confianza e independencia, de entender límites, de tomar el derecho al éxito sin temor al fracaso, en fin de crecer y aprender, tienen su entrada y materia prima fundamental en cada constelación familiar, con su propia carga histórica, para preestablecer el tipo de relación que el individuo tendrá con el mundo externo (Béliveau, 2013).

Ante la diversidad y complejidad de los procesos expuestos en el párrafo anterior, la conceptualización de familia se puede proponer desde distintas perspectivas, ya que socialmente es vista como institución, grupo, sistema o conjunto relacional (Ortiz y García, 2013), validando el hecho de que debe ser estudiada desde diferentes puntos de vista para comprender su composición, roles y transformaciones (Allen, 2022).

Si bien es cierto que hay un cúmulo de experiencias negativas que inciden directamente en la representación social que tiene la familia sobre la escuela actual en México, también se ha dado un contraste con el lado positivo del asunto en un contexto tan complejo como el de la pandemia por Covid-19. Durante la educación a distancia los roles en la familia cambiaron significativamente; en los hogares con sujetos en etapa de educación básica, por una parte, se resintió el hecho de incrementarse el tiempo dedicado a las actividades escolares, con poca o nula adaptación previa para usar tecnologías con fines educativos, por otra parte, se otorgó el reconocimiento por parte de las mismas familias ante el esfuerzo realizado por el profesorado (Castellanos et al., 2022).

Por lo anterior, el objetivo general del presente estudio fue identificar las diversas estructuras familiares y las tendencias en los roles domésticos que desempeñan profesoras y profesores de los distintos niveles escolares, pertenecientes a un colegio privado del Estado de México, para comenzar a construir un marco de referencia que le permitirá a toda la comunidad escolar, de manera mediata, conocer importantes aspectos de las personas que están al frente de muchos grupos escolares para guiar los procesos formativos académicos de varias generaciones.

El tema del rol paterno sigue estando abierto a amplia discusión y crítica en las sociedades marcadas por el machismo. Aunque se pueda constatar el progreso en algunas naciones, la realidad histórica nos indica (más que en el caso del rol materno) que siempre hay espacio para las recomendaciones con la intención de influir positivamente en la salud familiar, por tanto social, desde las acciones paternas de cuidado, educación y provisión de los hijos.

En una revisión documental integradora sobre el rol del padre en las relaciones familiares, se plantea que “…es urgente fortalecer acciones de educación en salud que tengan como foco la paternidad activa, así como estructurar líneas de atención que tengan como objetivo reforzar la participación de los hombres en el cuidado y educación de la descendencia” (Da Silva et al., 2022, p. 9).

Por su parte, el estudio de Moreno (2018) en el contexto latinoamericano refrenda una injusta realidad que impide la superación de la figura materna ante la prioridad de cuidar de los hijos, aun cuando la trayectoria académica de la mujer exija la valoración objetiva de que la figura paterna sea la que debiera asumir temporalmente el rol de crianza y atención al hogar.

Claro que el significado otorgado al rol del padre está en función del contexto familiar y social, así como de la etapa de vida (rangos de edades) de las personas; no es lo mismo otorgar un significado basado en las gratas experiencias y los tiempos suficientes que se le dedica a la familia, que uno basado estrictamente en asumir la responsabilidad económica (Gómez y Ramírez, 2022; Hernández et al., 2021).

Asimismo, se reconoce que el contexto socioeconómico y cultural tiene un gran peso en los roles familiares, sobre todo si son revisadas las dinámicas de viviendas en las que dichos roles pueden invertirse, aunque parezca cosa de otro planeta. Un ejemplo cotidiano se describe en comunidades con situación de pobreza, donde las funciones que tradicionalmente deben ser instrumentadas por el padre, madre u otros adultos son asumidas por parte del hijo o la hija mayor.

Este hecho en sí mismo, por muy criticable que sea, se produce por los insuficientes satisfactores que requieren los menores de la familia para poder desempeñar un rol más aceptado conceptuosamente, como el realizar tareas escolares con ayudas cercanas y constantes de familiares adultos o hermanos mayores, colaborar en tareas domésticas pero desde el sentido formativo y bajo un estilo educativo familiar autoritativo-recíproco, y no desde la total permisividad por negligencia o incapacidad de atención a las necesidades básicas.

De acuerdo con Féres et al. (2021), aunque dicha realidad sea indignante, existe una dualidad en estas dinámicas familiares que permite “…suponer que los niños que brindan cuidados parentales, muchas veces inadecuados para su edad, pueden sentirse agraviados, en particular, cuando se comparan con otros similares que no ejecutan tales funciones, y cuando tales conductas no son reconocidas por la familia” (p. 753).

En un estudio sobre las actitudes respecto a la igualdad de género en los roles y liderazgos familiares de sectores urbano-populares de Tijuana, México (Ojeda y González, 2019), se concluye sobre la concurrencia de un gran valor asignado al rol de la maternidad en la vida de las mujeres, así como actitudes moderadamente entusiastas a favor de la igualdad de género en los roles domésticos, pero menos entusiastas respecto de compartir e intercambiar los liderazgos familiares.

Un factor relevante de la anterior investigación, que invita a sucesivos análisis sobre la escolaridad en la familia, lo constituye el hecho de que el nivel educativo de los padres muestra ser la única variable estadísticamente significativa en su asociación con los demás índices considerados.

También en el contexto mexicano, pero específicamente en los estados de Puebla y Tlaxcala, una investigación enmarcada en los efectos de la pandemia del Covid-19 reportó el aumento en la violencia de género ante varios factores, entre los que resaltan el arraigo a las costumbres y el machismo predominante, siendo los principales obstaculizadores de una muy necesaria reconfiguración de los roles en la familia (Lindor, 2022).

Como parte de proyectos más amplios, con perspectiva multidisciplinar y que profundizan en las causas de las lentas transformaciones reales que se van produciendo en las diferentes regiones de México, se explican los fenómenos relacionados con los cambios en lo laboral y lo familiar para entender el papel fundamental de las mujeres en la reestructuración económica, así como en las emergentes perspectivas políticas y sociológicas (Urrutia, 2005; López et al., 2021). Hay que destacar que se devela el nivel escolar alcanzado como factor esencial en dichas transformaciones, aunque tiene bases sólidas en la condición laboral como forma principal de oposición a las distintas formas de violencia de género.

Aunque no implicó una investigación con docentes, también es relevante el fenómeno del cambio ante los efectos del SARS-CoV-2, estudiado por Chávez y Gómez de la Torre (2023) para conocer cómo se transformó la cotidianeidad de jóvenes universitarios peruanos y el paso a nuevas dinámicas familiares. Los autores concluyeron que frente a contextos familiares diversos, cada joven tuvo que enfrentar un proceso de adaptación a la vida familiar y académica, de acuerdo a sus posibilidades, repercutiendo negativamente en su formación profesional, pero trayendo consigo un interesante reajuste en los roles domésticos.

También con estudiantes universitarios, de la zona geopolítica Sur-Sur de Nigeria, se examinó el rol que las características personales y familiares, como el estilo de comunicación familiar y el abandono parental, juegan en las tendencias agresivas. Okon et al. (2011) determinan el carácter predictivo de la comunicación familiar y el no predictivo del abandono parental en las tendencias a la agresión dentro del entorno académico.

El análisis de estas investigaciones relacionadas ofrece una ampliación de las variables que pueden ser dignos objetos de investigación para abordar el tema de los tipos de familia y los roles domésticos de docentes, ya que en todos los casos se intenta explicar la repercusión de estos factores en el contexto escolar.

Hay investigaciones en las que los resultados indican que los roles y la estructura familiar de los adultos que viven en pareja parecen no sufrir cambios relevantes ante contingencias como el desempleo. Es el caso del estudio de Martín Padilla y Echavarría de Uribe (2017), en donde se vio que en las parejas no hubo una negociación explícita sobre el reparto de las tareas domésticas. En la toma de decisiones, las esposas adquieren mayor poder mientras que los esposos tienden a asumir pasivamente la decisión. A través de las narrativas se concluyó que en la mayoría de los casos no se modificaron significativamente los roles relativos género, dado que la figura masculina no toma la labor doméstica como algo esencial.

Por otra parte, en un estudio enfocado en conocer mejor el rol de bisabuelidad (Castañeda et al., 2021) se encuestaron a setenta y ocho sujetos para describir con precisión las actividades que solían compartir con sus bisnietos, su opinión sobre las funciones dentro de familias con cuatro generaciones, incluyendo la satisfacción que está directamente asociada a la frecuencia del contacto, siendo una circunstancia muy dependiente de factores como la edad y la de sus bisnietos, el estado de salud, la distancia entre sus hogares y el número de hijos que tienen.

Los autores concluyen que la percepción de la relación intergeneracional del bisabuelo es en general similar a la del rol anterior (funciones del abuelo), pero con la marcada diferencia en el grado de satisfacción generado por el contacto con los bisnietos.

La huella profunda que los adultos de la familia imprimen en las competencias socioemocionales y cognitivas de los más pequeños ha sido ampliamente documentada y reconocida por todas las colectividades. Menuda tarea tiene entonces el profesorado para complementar tal realidad, pues no solo van a transmitir y compartir lo que conocen y saben hacer, sino que también deben mostrar constantemente lo que son, ante sujetos que no pertenecen a sus estructuras familiares.

El profesorado tiene muchas funciones orientadoras, entre las cuales están planificar y efectuar actividades que estimulen el desarrollo integral de los discentes, sin centrarse únicamente en lo académico, porque también deben provocar experiencias para que los alumnos puedan auto conocerse y reforzar las bases de su personalidad con todo lo que traen del hogar (Guzmán Huayamave et al., 2019).

Otros autores retoman las estructuras que se han perpetuado y son aceptadas de manera tradicional al manifestar que, en el caso de México, el tránsito generacional se ha dado bajo el ideal de la familia nuclear, en donde tiene que haber un padre proveedor y una madre encargada del cuidado y educación de los hijos, durante un prologado tiempo de convivencia (Delfín et al., 2021).

Asimismo, la familia nuclear heterosexual ha sido considerada a lo largo de la historia, específicamente en la cultura occidental, como la organización más funcional para los sistemas productivos y la estabilidad socioeconómica (Alvarez y Monteros, 2019); esta representación social de la familia nuclear heterocentrada comienza a modificarse ante las nuevas realidades socioeconómicas y políticas que impulsan la reconceptualización del desarrollo humano y familiar, junto a la vorágine tecnológica.

Un estudio en Tlaxcala, México, con seis familias biparentales heteronormativas, da cuenta de una concepción arcaica del espacio doméstico que finge ser privado, porque varias de las personas entrevistadas, especialmente mujeres, requieren de espacios públicos como el laboral y el escolar para poder recibir y dar afecto, para poder ser dignificadas, para poder tener un poco de privacidad en su estilo de vida y no ser violentadas (Galindo y Maceda, 2022).

Este tipo de familias (biparentales heteronormativas) que están ancladas a un esquema funcional de dominio sistemático del hombre sobre la mujer, reproduce constantemente la desigualdad entre los géneros.

Los cambiantes patrones en las dinámicas familiares de las últimas décadas están estrechamente vinculados con las transformaciones económicas y demográficas a escala mundial (Oláh et al., 2018). La forma en que las labores domésticas van encontrando un mayor equilibrio entre lo masculino y lo femenino, obedece en gran medida a factores globales que se relacionan con la disminución de la fertilidad y las relaciones estables de parejas, por un lado, así como con la independencia económica y mayor participación en la vida política y laboral de las mujeres, por otro lado.

¿En la segunda década del siglo XXI las vivencias familiares serán diferentes a lo tradicionalmente expuesto, sobre todo después de padecer la peor crisis sanitaria mundial en más de cien años?

Parte de la respuesta a la anterior interrogante podría encontrarse en las nuevas profesiones ejercidas por las mujeres dado que ya no son exclusivas del sexo masculino (socioculturalmente hablando y enterrando el ideal arcaico de ama de casa), así como hombres asumiendo roles distintos en los tiempos hipermodernos, con representatividad de individuos hedonistas y ansiosos (Lipovetsky y Charles, 2014), pero sin el abandono de los valores familiares.

Las siguientes profesiones pueden ilustrar lo afirmado en el párrafo anterior: representante de desarrollo de negocios; investigador/a de experiencia del usuario; ingeniero/a de datos; analista de servicio al cliente; desarrollador/a de backend; científico/a de datos; auxiliar de investigaciones clínicas; especialista on-site; ingeniero/a de pruebas de software; desarrollador/a de frontend.

Una discrepancia total por parte de la autoría de este texto se establece en relación con posturas que indican que en México el “…ideal de familia se ha ido transformando a través de los años, dado que la modernidad y la búsqueda de una economía estable, han hecho que las mujeres ingresen al mundo laboral como apoyo para el sustento familiar incidiendo en la dinámica familiar de manera negativa” (Delfín et al., 2021, p. 132), dejando este planteamiento sin posibilidad de ser una respuesta que explique la transformación social.

Otra parte de la contestación puede inferirse si se conceptualiza a la familia como un sistema autopoiético, ya que como primer sistema educativo al que ingresan los infantes tiene un carácter autorreferencial y una estructura que le permite producirse y reproducirse a sí mismo.

De acuerdo con la idea central de Luhmann y Schorr (1993) al referirse a los sistemas autopoiéticos, la propia estructura de cada tipo de familia y sus roles específicos son los que permitirán su autorregulación como sistema educativo que también son, pues no hay una relación causal derivada del amplio contexto social (entorno) que permita presentarlo como un determinante del sistema familiar.

El entorno social influye directa y fuertemente en el sistema familiar, pero no lo determina. Por lo que ante este planteamiento se asume que el tipo de familia y los roles particulares pueden tener fuerte influencia en el sistema escolar, sin llegar a determinar la naturaleza de la relación entre profesorado y alumnado, su condición autónoma y la operacionalización de la enseñanza y el aprendizaje.

Entonces surge otra interrogante: ¿el grupo educativo mexicano objeto de estudio, en el contexto de la pandemia, está influenciado por diversas estructuras familiares y roles que desempeñan las profesoras y profesores de todos los niveles escolares?

Metodología

Bajo el paradigma cuantitativo, se utilizó un diseño no experimental transeccional descriptivo y un muestreo probabilístico estratificado. La unidad de análisis se constituyó por las profesoras y profesores del grupo educativo privado, 1604 personas en total, y el tamaño de muestra calculado (Castañeda et al., 2002) indicó encuestar a 309 docentes. El criterio para establecer los segmentos en toda la población fue el nivel escolar en el que imparten clases, como se indica en la Tabla 1.

Tabla 1
Muestra probabilística estratificada de docentes

Estrato

Nivel escolar del colegio

Población de cada nivel

Muestra de cada nivel

1

Preescolar

270

52

2

Primaria

421

81

3

Secundaria

223

43

4

Medio superior

337

65

5

Superior (incluye posgrados)

353

68

 

Totales

1604

309

Fuente: Elaboración propia.

Por la compleja dinámica institucional y las medidas sanitarias implementadas en la institución educativa que se están retomando con fuerza en 2024, se aplicó un cuestionario en línea mediante la herramienta Forms de Microsoft, estructurado de la siguiente manera: datos generales de los docentes; tipos de familias; tareas domésticas; causa de cambio o no en las tareas domésticas. El instrumento se suministró y controló mediante las autoridades escolares de cada nivel, que también administraron un consentimiento firmado por cada docente que accedió a responder el cuestionario.

A continuación, en las Tablas 2, 3 y 4 se ofrecen datos descriptivos del profesorado que accedió a responder voluntariamente el cuestionario, bajo el criterio de obtener información de una muestra a gran escala (Hernández y Mendoza, 2018) y así poder hacer la inferencia estadística posteriormente.

Tabla 2
Sexo de los sujetos participantes

 

Totales

Porcentajes

Femenino

217

70.2

Masculino

92

29.8

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 3
Rangos de edades de los sujetos participantes

 

Totales

Porcentajes

Entre 20 y 35 años

94

30.4

Entre 36 y 50 años

139

45.0

Más de 50 años

76

24.6

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 4
Nivel de estudios de los sujetos participantes

 

Totales

Porcentajes

No titulado del nivel superior

4

1.3

Técnico Superior Universitario

5

1.6

Licenciatura

126

40.8

Especialidad

12

3.9

Maestría

123

39.8

Doctorado

39

12.6

Fuente: Elaboración propia.

Las anteriores Tablas 2, 3 y 4 se explican por sí mismas, pero para continuar con la información descriptiva es necesario hacer una breve acotación respecto a la tipología familiar que fue empleada en el cuestionario aplicado.

Familia sin hijos (pareja sin descendientes)

Familia biparental con hijos (padre, madre e hijos biológicos)

Familia homoparental (pareja homosexual con hijos)

Familia reconstituida o compuesta (unión de algunas familias biparentales)

Familia monoparental (una única persona adulta con hijos)

Familia temporal (pareja o una persona adulta que acoge a uno o más niños por cierto tiempo mientras no encuentren un hogar permanente)

Familia adoptiva (una pareja o una persona adulta en solitario con uno o más hijos adoptados)

Familia extensa (convivir con padres, hijos y abuelos; padres, hijos y tíos; uno de los hijos tiene su propio hijo; tíos y primos; etcétera)

Resultados

Para responder la pregunta sobre si el grupo educativo mexicano que ha sido objeto de estudio, en el contexto postpandemia, está influenciado por diversas estructuras familiares y roles que desempeñan las profesoras y profesores de todos los niveles escolares, se ofrecen los siguientes datos.

En la Tabla 5 llama la atención el hecho de que poco más de la mitad de la muestra pertenece a una familia biparental (51.5%), dentro de la diversidad de estructuras familiares que están representadas con los porcentajes descritos, pero ninguno de los sujetos se incluye en los tipos de familia temporal o adoptiva. Casi una tercera parte no tienen hijos o si los tienen no viven bajo el mismo techo con la pareja (15.9% sin hijos y 13.3% monoparental).

Tabla 5
Tipo de familia a la que pertenecen los sujetos participantes

 

Totales

Porcentajes

Familia sin hijos

49

15.9

Familia biparental con hijos

159

51.5

Familia homoparental

3

1.0

Familia reconstituida o compuesta

21

6.8

Familia monoparental

41

13.3

Familia de acogida o temporal

0

0

Familia adoptiva

0

0

Familia extensa

36

11.7

Fuente: Elaboración propia.

No es una información con la que se pretende generalizar resultados sobre la población de docentes en México, pero sí permite dar un panorama descriptivo de una muestra a gran escala de profesoras y profesores que en el año 2024 laboran en grupo educativo privado del Estado de México, que cuenta con todos los niveles escolares.

Ya que se describe al profesorado en cuanto a su estructura familiar, vale la pena hacer el análisis diferenciando por sexo.

Como se puede observar en la Tabla 6, las profesoras pertenecen mayormente a familias tipificadas como biparentales con hijos(as), monoparentales y sin hijos(as), resaltando que en un bajo porcentaje aparece el dato de familia homoparental y este no aparece en el sexo masculino. Por su parte, los profesores pertenecen predominantemente a familias tipificadas como biparentales con hijos.

Tabla 6
Tipo de familia a la que pertenece el profesorado (segmentado por sexo)

 

 

Totales

Porcentajes

Femenino

Familia sin hijos

36

16.6

Familia biparental con hijos

107

49.3

Familia homoparental

3

1.4

Familia reconstituida o compuesta

14

6.5

Familia monoparental

38

17.5

Familia de acogida o temporal

0

0

Familia adoptiva

0

0

Familia extensa

19

8.8

Masculino

Familia sin hijos

13

14.1

Familia biparental con hijos

52

56.5

Familia homoparental

0

0

Familia reconstituida o compuesta

7

7.6

Familia monoparental

3

3.3

Familia de acogida o temporal

0

0

Familia adoptiva

0

0

Familia extensa

17

18.5

Fuente: Elaboración propia.

Prosiguiendo con esta ruta descriptiva se presentan datos que permiten contestar una de las preguntas del instrumento aplicado: Además de su trabajo como docente, ¿cuál(es) de las siguientes tareas domésticas y algunas extensiones de estas realiza siempre o con bastante frecuencia?

La lista de quince tareas domésticas que se predeterminaron para el cuestionario cerrado es la siguiente:

Cocinar

Poner y servir la mesa para comer

Lavar los trastes

Limpiar y ordenar el hogar

Hacer la cama

Lavar la ropa

Planchar

Llevar y recoger a los hijos(as) u otra persona de la familia (para la escuela o trabajo)

Cuidar a los hijos(as) u otra persona de la familia (incluye ayudar en la tarea escolar o preparar para dormir)

Realizar las compras diarias, semanales o mensuales

Pagar las cuentas (servicios)

Revisar la correspondencia (correos)

Dar o gestionar el mantenimiento a equipos o infraestructura del hogar

Administrar el dinero de la familia (economía doméstica)

Gestionar las vacaciones

Aunque las tareas domésticas que mayor frecuencia tuvieron en toda la muestra de docentes son las número 8, 9 y 10 (según el consecutivo del listado), el análisis más relevante es el que ofrece la distinción de roles, en cuanto a cantidad de funciones realizadas, al comparar profesoras con profesores. En este sentido se puede concluir lo siguiente:

En promedio las profesoras (8.98) realizan una mayor cantidad de tareas domésticas que los profesores (8.29), pero esta leve diferencia no es estadísticamente significativa (p = 0.111 > p = 0.05) como podría pensarse desde la prevalencia de una cultura tradicionalmente machista en México.

Por su parte, el profesorado con edades de entre 36 y 50 años realiza en promedio una mayor cantidad de funciones en el hogar que los inferiores o superiores a este intervalo; pero el rango etario tampoco es un factor que indique una diferencia estadísticamente significativa entre la cantidad de tareas domésticas que realiza esta muestra de docentes, como se puede observar en las Tablas 7 y 8.

Tabla 7
Descriptivo de cantidad de tareas domésticas por rango de edad

 

N

Media

Desviación estándar

Entre 20 y 35 años

94

8.30

3.78

Entre 36 y 50 años

139

9.05

3.73

Más de 50 años

76

8.87

3.59

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 8
Comparación entre la cantidad de tareas domésticas que realiza el profesorado según los rangos de edades

 

H

P

Entre grupos

2.590

0.274

Fuente: Elaboración propia.

Un fenómeno curioso se observa en la Tabla 9, al detallar que a medida que aumenta el nivel de estudios de profesores y profesoras también va aumentando el número de tareas domésticas que realizan, pero bajo la misma conclusión de que la diferencia estadística no es significativa según se indica en la Tabla 10.

Tabla 9
Descriptivo de cantidad de tareas domésticas por nivel de estudios

 

N

Media

Desviación estándar

No titulado del nivel superior

4

6.25

3.78

Técnico Superior Universitario

5

7.60

4.04

Licenciatura

126

8.53

3.61

Especialidad

12

8.67

3.31

Maestría

123

8.94

3.91

Doctorado

39

9.49

3.52

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 10
Comparación entre la cantidad de tareas domésticas que realiza el profesorado (masculino y femenino) según sus niveles de estudio

 

H

p

Entre grupos

4.495

0.481

Fuente: Elaboración propia.

De acuerdo con la información anterior, el rango medio va aumentando según se tiene un nivel de estudios mayor, reiterando que estas diferencias no son significativas en términos estadísticos.

En otro análisis se obtiene que al promediar los valores máximos y mínimos de cantidad de tareas domésticas que realiza el profesorado, sí se encuentran diferencias estadísticamente significativas en función del tipo de familia (p = 0.004 ≤ p = 0.05).

El rango medio en los roles de profesores que pertenecen a familias monoparentales es de 189.80, mientras que el rango medio en los roles de profesores que pertenecen a familias extensas es de 112.35. Estos datos no asombran bajo la idea tradicional que se tiene de distribuciones de actividades en el hogar en función de su estructura.

También se les preguntó a las profesoras y los profesores si el hecho de haber convivido en un entorno familio-escolar-laboral, provocado por la medida del distanciamiento social durante la pandemia del Covid-19, marcó un cambio sustantivo en sus tareas domésticas. En la Tabla 11 se confirma que casi un 70% de los sujetos encuestados confirmó que sí fue una causa directa del cambio en el rol familiar.

Tabla 11
Cambio sustantivo en las tareas domésticas del profesorado en general por la influencia de la medida del distanciamiento social

 

Totales

Porcentajes

el Covid-19 marcó un cambio sustantivo en sus tareas domésticas

214

69.3

el Covid-19 NO marcó un cambio sustantivo en sus tareas domésticas

95

30.7

Fuente: Elaboración propia.

Al efectuar el análisis de la misma pregunta, pero segmentando según el sexo de los encuestados, se sigue confirmando por la mayoría que el hecho de haber convivido en un entorno familio-escolar-laboral, dado el distanciamiento social, implicó un cambio sustantivo en sus tareas domésticas.

Tabla 12
Cambio sustantivo en las tareas domésticas de profesoras y profesores por la influencia de la medida del distanciamiento social

 

Totales

Porcentajes

Femenino

el Covid-19 marcó un cambio sustantivo en sus tareas domésticas

156

71.9

el Covid-19 NO marcó un cambio sustantivo en sus tareas domésticas

61

28.1

Masculino

el Covid-19 marcó un cambio sustantivo en sus tareas domésticas

58

63.0

el Covid-19 NO marcó un cambio sustantivo en sus tareas domésticas

34

37.0

Fuente: Elaboración propia.

Es curioso observar en la Tabla 12 que hay un mayor porcentaje en representantes del sexo femenino (71.9 %) que en representantes del sexo masculino (63.0 %), puesto que ya se había concluido que en promedio cada grupo realiza más o menos la misma cantidad de tareas domésticas (Media de tareas domésticas femenino = 8.98; Media de tareas domésticas masculino = 8.29).

Discusión y conclusiones

Hasta aquí puede verse cómo se ha modificado la familia en México y los roles familiares, poniendo bajo la lupa a 309 profesionistas de la educación. En los salones de clases de preescolar, primaria, secundaria, medio superior y superior figuran docentes cuya práctica está avalada por distintos estudios profesionales y profesionalizantes, completos o pendientes de titulación, pero que además son el reflejo de la cambiante y diversa estructura familiar, al menos en el margen del reconocimiento y del proceso de inclusión social, porque no se puede decir que son reestructuras recientes en México, ratificando los resultados de los estudios de género coordinados por Urrutia (2005) y la positiva transformación durante 2007 y 2017 que en términos de reducción de la brecha laboral por sexo expusieron López et al., (2021).

Lo novedoso, en cualquier caso, serían las formas de interacción docente-discente, docente-directivo, docente-familia del alumnado y docente-docente; una interacción que se produce bajo el marco del simbolismo, es decir, de comportamientos regulados por lo que representa en el ambiente escolar el tener o no tener hijos, el estar o no estar con una persona del mismo o diferente sexo, el reconstituir la relación de pareja con la integración de su historia y descendencia, el ser criado y educado bajo los preceptos de una sola persona o de varias.

Desde este escenario de análisis de los roles en el hogar de profesores y profesoras se destrona la dinámica familiar en la que la figura masculina provee desde el exterior (el trabajo fuera de casa) y la figura femenina provee desde el interior (labores domésticas), contrastando con lo expuesto por Ojeda y González (2019) y Delfín et al. (2021). Al menos en el contexto específico mexiquense de la institución privada que fue objeto de estudio, se indica un cambio importante en lo educativo y lo social que sin dudas debe estar repercutiendo en los procesos formativos de las nuevas generaciones, contrastando con los hallazgos de Moreno (2018).

A diferencia de la condición machista que perpetua de manera predominante los quehaceres del hogar como una labor exclusivamente femenina, según el estudio de Lindor (2022), los resultados de la presente investigación también ofrecen una aproximación interesante a los procesos de comprensión de nuevas prácticas socioculturales en los entornos escolarizados, en donde empiezan a desvanecerse los tradicionales estereotipos que marcan las relaciones entre las figuras docentes de ambos géneros, para dar paso a un perfil de profesionistas de la educación con mayor concordancia ante las realidades y exigencias globales de las escuelas del siglo XXI.

El hecho de que el 51.5% de la muestra estudiada pertenezca a familias biparentales con hijos, distribuidas en 107 mujeres y 52 hombres, sin arrojar diferencias estadísticamente significativas al asumir los roles domésticos en postpandemia, da señales de un cambio social que favorece la aceptación de la diversidad en cuestión de expresión de género, la inclusión educativa y la toma de conciencia social para iniciar la ruta que puede liberar los prejuicios construidos históricamente por las familias biparentales heteronormativas en México, coincidiendo con Alvarez y Monteros (2019) y contrastando con lo documentado por Galindo y Maceda (2022).

Se explicita una dinámica en las viviendas actuales bajo las fuerzas psicológicas e instrumentales de sujetos que se desempeñan profesionalmente en la escuela mexicana y que amplían su productividad (probablemente también su cansancio o agotamiento) con una serie de tareas unisex en función del bienestar familiar, evidenciándose lo sugerido por Da Silva et al. (2022).

Estas modificaciones en los roles y tipos de familia tienen sin duda disímiles explicaciones, que aunque no son objeto de análisis en este momento bien pueden referenciarse desde los contextos de: revoluciones industriales, progreso social, la globalización, crisis ambientales y sanitarias, movimientos mundiales como el derecho de las mujeres al voto, los derechos civiles, los derechos de la comunidad LGBTIQ+ (lesbiana, gay, bisexual, transgénero, transexual, travesti, intersexual, queer y cualquier otro colectivo no representado por las siglas), movimientos feministas y otros para no divagar.

En el contexto investigado, si bien se mantiene por una parte la prevalencia de familias biparentales y poca representación de familias homoparentales, siendo un fractal de las estructuras persistentes en la sociedad mexicana, también se reconoce, por otra parte, la reformada participación en las tareas domésticas por los hombres que se dedican también a la labor educativa.

Los cambios que se atestiguan con el presente estudio reflejan una realidad social muy particular que no se puede generalizar a la sociedad mexicana, pero que sí puede ser altamente influyente en la manera en que el estudiantado percibe y comienza a aceptar las nuevas dinámicas familiares, así como las funciones que, en torno al género, se actualizan en la vida de personas con las que están en contacto directo diariamente.

La colaboración y distribución de las tareas del hogar tiene una fundamentada repercusión positiva en la economía familiar y en los procesos de adaptación, ante los cambios sociales políticos y económicos (Oláh et al., 2018). La escuela en general persigue la formación de personas en este sentido, razón por la que el intercambio entre docentes y estudiantes de la institución analizada tendrá en el valor de la responsabilidad compartida un buen marco operativo que responde favorablemente al complejo contexto mexicano.

Una implicación relevante en el contexto educativo es la que ofrece el conjunto de hallazgos en esta investigación para que las nuevas estructuras familiares y sus dinámicas sean consideradas en las cuestiones curriculares, porque son parte de la cultura y la sociedad actual. Dicho de otra manera, es sustantivo poder abordar el tema de la familia y sus cambios desde los planes y programas de estudio, para atender curricularmente los contenidos culturales que revelan la diversidad familiar y la equidad de género en las aulas de hoy, si lo que se pretende es el fomento del respeto y los ambientes inclusivos.

Asimismo, los datos obtenidos posibilitan la toma de conciencia del profesorado sobre sí mismo, con la repercusión directa que esta acción puede tener en la gestión social dentro de las aulas y en la forma de relacionarse empáticamente con las demás personas de la comunidad escolar.

A modo de conclusión, se puede resumir que las profesoras pertenecen mayormente a familias tipificadas como biparentales con hijos(as), monoparentales y sin hijos(as), resaltando que en un bajo porcentaje aparece el dato de familia homoparental y este no aparece en el sexo masculino. Por su parte, los profesores pertenecen predominantemente a familias tipificadas como biparentales con hijos(as).

En promedio las profesoras realizan una mayor cantidad de tareas domésticas que los profesores, pero la leve diferencia no es estadísticamente significativa como podría pensarse desde la prevalencia de una cultura tradicionalmente machista en México.

El profesorado con edades de entre 36 y 50 años realiza en promedio una mayor cantidad de funciones en el hogar que los inferiores o superiores a este intervalo; pero el rango etario tampoco es un factor que indique una diferencia estadísticamente significativa entre la cantidad de tareas domésticas que realiza esta muestra de docentes.

En la medida en que aumenta el nivel de estudios de profesores y profesoras también va aumentando el número de tareas domésticas que realizan, pero bajo la misma conclusión de que la diferencia estadística no es significativa.

El hecho de haber convivido en un entorno familio-escolar-laboral, dado el distanciamiento social por Covid-19, implicó un cambio sustantivo en las tareas domésticas un poco mayor para las profesoras que para los profesores.

En esta muestra de profesionistas de la educación, se ve que las tareas domésticas son asumidas en una magnitud similar tanto por el sexo femenino como por el masculino. Este dato atestigua el avance hacia un ideal de igualdad en la sociedad mexicana y un ideal de equilibro funcional en el contexto familiar del profesorado, con la respectiva influencia que pueden llegar a tener dichos cambios en las relaciones entre los componentes personales del sistema escolar.

Limitaciones y sugerencias

Tomando en cuenta que la investigación se centró en el caso de una institución educativa particular, ubicada en el Estado de México, se considera como una limitante la posibilidad de poder generalizar los resultados al profesorado que labora en escuelas similares y bajo realidades sociales equivalentes. Otra limitante la constituyó el hecho de abordar el fenómeno objeto de estudio desde el paradigma cuantitativo, aunque resultó valioso como una primera aproximación.

En futuros estudios sobre la temática se sugiere ampliar la muestra para que represente un número importante de instituciones educativas, tanto públicas como privadas, considerando también la extensión a otros estados del país, cuestión que implicaría la inclusión de variables como el nivel socioeconómico, la ubicación geográfica y, por tanto, las diferencias culturales, sin que se deje de prestar especial atención a la variable nivel educativo por los antecedentes teóricos revisados. Esta sugerencia se dirige a potenciar la generalización de resultados desde el método hipotético deductivo.

También se sugiere complementar este tipo de estudios con el paradigma cualitativo, de tal modo que se desarrolle un proceso interpretativo que permita profundizar en las experiencias y percepciones del profesorado mexicano en cuestiones de sus roles domésticos y tipologías familiares.

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