Ciencia y Sociedad, Vol. 49, No. 2, abril-junio, 2024 • ISSN (impreso): 0378-7680 • ISSN (en línea): 2613-8751

LA EMERGENCIA DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE: ¿SEGUIMOS ESPERANDO LA CATÁSTROFE O PASAMOS A LA ACCIÓN? (2020). CEPAL Y NACIONES UNIDAS, SANTIAGO DE CHILE. 375 PÁGINAS. ISBN: 978-921-122-031-5

DOI: https://doi.org/10.22206/cys.2024.v49i2.3078

Manuel Felipe Álvarez Galeano
Universidad Católica de Cuenca. Ecuador
manuel.alvarez@ucacue.edu.ec
https://orcid.org/0000-0002-9911-2496

INTEC Jurnals - Open Access

Cómo citar: Álvarez Galeano, M. F. (2024). La emergencia del cambio climático en América latina y el Caribe: ¿seguimos esperando la catástrofe o pasamos a la acción? (2020). Cepal y Naciones Unidas, Santiago de Chile. 375 páginas. ISBN: 978-921-122-031-5. Ciencia y Sociedad, 49(2), 1-4. https://doi.org/10.22206/cys.2024.v49i2.3078

El calentamiento global representa una unidad epistemológica que se ha incrustado en los diversos escenarios sociopolíticos y científicos para problematizar la huella humana sobre la naturaleza, hasta fundarse como una locución discursiva que, desde las disyuntivas hermenéuticas y los patrones dominantes del consumo, ha fijado un debate que no ha estado exento de inclinaciones paradigmáticas adheridas a intereses, la fenomenología del buen vivir, el biocentrismo, las políticas públicas e, inclusive, la ideología. Frente a esto, los organismos internacionales, con la determinación organizativa de los Estados, el sustento académico y técnico, así como el activismo, han configurado agendas programáticas que propenden por contrarrestar las consecuencias de la emisión de gases de efecto invernadero en el nuevo siglo, en una escala simétrica y proporcional a implicaciones como la deforestación, el extractivismo, la acidificación de los mares y la devastación de los entornos vitales de las comunidades (Acosta, 2010; Gudynas, 2016).

Dentro de esta proyección, para el caso de América Latina y el Caribe, se ha alentado la discusión sobre este fenómeno macroestructural, considerando su biodiversidad y el nicho que la Región cumple sobre esta materia, a partir de la importancia de la protección y salvaguarda de los biomas, la cuenca amazónica y todo el conjunto del patrimonio natural que tradicionalmente se ha asumido desde los moldes de consumo y la explotación desarrollista. Por tanto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sostiene un plano constante y actualizable de necesidades, determinaciones y aportes científicos de los que los estudios sociales, más allá de la sujeción de relatos, no están exentos.

Es por eso que los investigadores Alicia Bárcena, Joseluis Samaniego, Wilson Peres y José Eduardo Alatorre han construido en 2020 el libro La emergencia del cambio climático en América Latina y el Caribe ¿Seguimos esperando la catástrofe o pasamos a la acción? con la gestión de las secretarías de la CEPAL, la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos y la División de Publicaciones y Servicios Web, con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Euroclima y la financiación de la Unión Europea. En sus 375 páginas, se divide el prólogo, el prefacio, la introducción, cinco capítulos centrales, un epílogo y una sumilla de publicaciones de la entidad.

La claridad de la redacción se acompasa con el acierto de la cohesión y la fuerza argumentativa, entrelazándose con una profundidad investigativa que se vincula con la adecuación coyuntural. Este sustento mantiene una armonía entre la retrospección, que define los principios conceptuales y antecedentes indispensables para una guía pertinente al lector, y la prospección, que se concatena con el reto global del problema central y la autocrítica en la ciencia latinoamericana; por ende, no se trata de una elaboración meramente propositiva, sino de una discusión ecuánime que no subyace al desaforo de la conclusión infundada, por lo que se vincula con datos cuantitativos que proscriben hacia una secuenciación de fundamentos e interpretaciones dotadas de trasfondo científico.

En el prólogo, Alicia Bárcena ofrece una contextualización que, más que resumir el contenido del libro, reconoce el desafío de abordar el fenómeno del cambio climático, merced a los extremismos políticos y las ideologías que se nutren, a su vez, de problemas de la globalización actual, como son el decrecimiento económico, la desigualdad, la primacía del mercado y la productividad desarrollista, así como la ineficacia en el control de la acelerada proliferación del uso de combustibles fósiles en la mayoría de economías mundiales. Se deduce que América Latina y el Caribe, infortunadamente, también presentan inutilidades en la traducción de acciones que logren cumplir con la agenda global dispuesta para el 2030. El prefacio complementa esta visión y sostiene que, ante la crisis de la pandemia suscitada por el covid-19, momento en que se publica este libro, se exigió delinear dos frentes: el sanitario, que define el reto de enfrentar el crecimiento de contagios, y el socioeconómico, que bosqueja la dificultad de los efectos de la emergencia en el ámbito de sustento productivo y el ingreso económico.

De manera conveniente, para hablar del cambio climático, se hace necesario socavar la crasa discusión entre el paradigma neoliberal, que da primacía al constructo patronímico del mercado y atenúa la huella de la humanidad, y el polo del activismo, el liderazgo comunitario y gran parte de la sociedad del conocimiento que defienden la tesis de la protección del medioambiente y la neutralización de las causas del calentamiento global. Por tanto, la introducción del libro pondera sin ambages que el impacto ambiental puede desencadenar la reducción significativa del bienestar de la humanidad e, incluso, su extinción, en una suerte de autoexterminio que se funda en causas de origen humano como la emisión de gases de efecto invernadero, generando un aumento en la temperatura a escala global, la alteración de los patrones de lluvia, el aumento en el nivel del mar, entre otros.

Uno de los puntos de mayor realce en este libro es la potencialidad dialéctica y la apertura que genera con un lector que no requiere de mayores tecnicismos para entrar en el diálogo, toda vez que surgen cuestiones en los postulados; verbigracia, si ya se han implementado estrategias de intervención, agendas globales y hay una progresión de la participación del activismo, las comunidades y la academia, se supondría que la dificultad estuviese en un camino certero de resolución; sin embargo, hay un nudo entre la comprensión fenoménica del problema, la construcción de artefactos legales y su materialización traducida en políticas públicas y ejecutivas.

Desde este sostenimiento, se reconoce que hay intereses económicos de grupos oligopólicos en América Latina y el Caribe, especialmente transnacionales que se nutren de la producción agrícola y ganadería extensiva (Rodrigo, 2022), así como la carente voluntad política, sobre todo de la orilla neoliberal y la dinámica desarrollista extractiva, a tono con Farías et al. (2023), desencadenando una invisibilización del impacto de la emisión de CO2, por la preeminencia concentrada y manipulada del capital, considerando que, por las propiedades de los ecosistemas y los suelos en América Latina y el Caribe, no se estime como un patrimonio intangible, sino como un bien explotable, con la complicidad de dirigencias que no ven más allá de lo tributario y los indicadores de gestión en política social que, como es evidente, no relatan el eje medioambiental como prioritario.

En este reconocimiento, el libro captura al paso la crítica de quienes aminoran la causa humana del cambio climático, enumerando una variedad de instrumentos que participarían en la mitigación del aumento de la temperatura global; por ejemplo, la restricción de la política fiscal, la atención al riesgo de carbono de los inversionistas, la innovación científica, la reorientación de los fundamentos de las bancas y la propuesta de incluir el precio al carbono por medio de coaliciones y convenios internacionales. Para esta pesquisa, la publicación se apoya en indicadores cuantitativos que exponen la viabilidad de la inversión en política medioambiental y su impacto inmediato a escala de inferior a mayor en términos de cobertura, como explica el capítulo I que analiza las manifestaciones del cambio climático y describe técnicamente las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial.

La novedad de reseñar una obra en esta materia no radica en su coordenada temática; en realidad, encontrar bibliografía sobre el calentamiento global no es una aventura de mayor exigencia, pues gran parte de esta tiende a ponderar máximas y fundamentaciones que, si bien valiosas, no escudriñan en escenarios particularizados y una didáctica cercana al conjunto de la sociedad de la información. En este caso, se trata de un aporte que no pretende negociar con máximas ideológicas o prescriptivas, ni menos en un azar de atrincheramiento, sino que se inscribe como una indagación de gran amplitud metodológica que vincula la dialéctica con la impostergable exigencia de la realidad.

Esto se logra de una forma particularizada al contexto latinoamericano que, como se muestra en los capítulos II y III, problematiza sobre el aspecto temporal del fenómeno en cuestión, con la conciencia de que, si bien es un efecto que se da a largo plazo, no desestima su urgencia. De igual modo, América Latina y el Caribe, más allá de que representa menos de la décima parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, es una de las más proclives a sufrir las implicaciones por sus características climáticas, geográficas y demográficas, así como el efecto de la desigualdad, toda vez que los sectores más pobres presentan mayor vulnerabilidad, en comparación con sectores de mejor ingreso y, por ende, de mayor consumo de combustibles fósiles (CEPAL, 2015).

Ante la frustrada consecución de mitigaciones prácticas ante el calentamiento global, desde la Primera Conferencia Mundial sobre el Clima en 1979 y el Acuerdo de París de 2016, se ha configurado el plano de la adaptabilidad ante el cambio climático, ante la disonancia entre la diplomacia climática y el consumo progresivamente intensificado de combustibles fósiles, según destaca Islas-Vargas (2020). Este principio, atinente al capítulo IV, proyecta el ajuste al clima y los efectos de su variabilidad, generando una favorabilidad en el bienestar de las poblaciones, con enfoque en las necesidades particulares de cada zona y sus métodos.

Si bien esto muestra una resolución subsecuente y colateral, vale argumentarse que se corre el riesgo de construir una narrativa que disminuya la verdadera gravedad; por consiguiente, la adaptabilidad es una salida emergente y de conducción regular que puede recaer en el sometimiento de la voluntad política y el compromiso concreto de los Estados. Empero, como se expresa en el último capítulo, esta fijación debe añadirse a los esfuerzos de mitigación originalmente planteados y denotados en políticas públicas vinculadas con la participación ciudadana.

El aporte de este libro, como se ha intentado ponderar, radica en una fortalecida conceptualización apoyada en indicadores de análisis que, desde la acertada configuración metodológica, responden al compromiso global sobre un problema de vital consideración como es el cambio climático; por tanto, responde de manera asertiva al título. Sería de gran valor que, ante la gran especificidad de los escenarios, se incluya el referente del principio experiencial del Buen Vivir (Sumak Kawsay, en kichwa) y Vivir Bien (Suma Qamaña, en aymara), de Ecuador y Bolivia, respectivamente, que en su articulado constitucional han planteado vectores como el reconocimiento de los derechos de la Pachamama y que pueden ser sólidamente amplificados a otras experiencias, frente a la concepción de la humanidad como parte de la Naturaleza, relación que siempre debió mantenerse innegociable.

Referencias

Acosta, A. (2010). El Buen Vivir en el camino del post-desarrollo: una lectura desde la Constitución de Montecristi. Friedrich-Ebert-Stiftung-ILDIS. https://www.rebelion.org/docs/118561.pdf.

Bárcena, A., Samaniego, J., Núñez, W. P., y Alatorre, J. E. (2020). La emergencia del cambio climático en América Latina y el Caribe: ¿seguimos esperando la catástrofe o pasamos a la acción? CEPAL, Naciones Unidas.

CEPAL (2015). La economía del cambio climático en América Latina y el Caribe: paradojas y desafíos del desarrollo sostenible. LC/G.2624. Naciones Unidas. https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/ca0445d3-e3f3-4f40-a5ff-057a9a34f016/content.

Farias, T., Bedoni, M., y Maia, F. J. F. (2023). Las ciudades brasileñas en el contexto de la emergencia climática y la necesidad de superar la lógica del neoliberalismo mediante una gobernanza policéntrica. Veredas do Direito, 20.

Gudynas, E. (2016). Derechos de la Naturaleza. Ética biocéntrica y políticas ambientales. Abya Yala.

Islas-Vargas, M. (2020). Adaptación al cambio climático: definición, sujetos y disputas. Letras Verdes, Revista Latinoamericana de Estudios Socioambientales, 28(2020), 9-30.

Rodrigo, F. (2022). La coproducción transnacional de la Pachamama. En Caggiano, S. y Jelin, E. (Dir.) Disputas en torno a la tierra y el territorio: valores, proyectos e imágenes en tensión. Teseo, 95-120.