Ciencia y Sociedad, Vol. 49, No. 1, enero-marzo, 2024 • ISSN (impreso): 0378-7680 • ISSN (en línea): 2613-8751 • Sitio web: https://revistas.intec.edu.do/

PATRIMONIO, IDENTIDAD Y PROTECCIÓN EN CUBA, ARQUEOLOGÍAS E HISTORIAS DESDE EL CARIBE (2022). EDITORIAL UNIVERSIDAD DEL NORTE, BARRANQUILLA, COLOMBIA. 183 PÁGINAS.
ISBN: 978-958-789-446-2

DOI: https://doi.org/10.22206/cys.2024.v49i1.3077

Juan Manuel Reyes Cardero*

* Investigador de la Oficina de la Historiadora de la Ciudad de Santiago de Cuba.
Correo-e: jmanuelreyescardero@gmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0001-8841-5910

Recibido: 3/10/2023 • Aprobado: 3/2/2024

INTEC Jurnals - Open Access

Cómo citar: Reyes Cardero, J. M. (2024). Patrimonio, identidad y protección en Cuba, Arqueologías e Historias desde el Caribe (2022). Editorial Universidad del Norte, Barranquilla, Colombia. 183 páginas. ISBN: 978-958-789-446-2. Ciencia y Sociedad, 49(1), 111–116. https://doi.org/10.22206/cys.2024.v49i1.3077

El libro Patrimonio, identidad y protección en Cuba, Arqueologías e Historias desde el Caribe, constituye un acercamiento a los procesos de labor arqueológica y otros estudios históricos en favor del rescate del patrimonio tangible e intangible en ese país. Compilado por uno de sus autores, el Dr. Iosvany Hernández Mora, es resultado de las ponencias presentadas en el “Primer Simposio Internacional: Patrimonio Arqueológico, Identidad y Protección, celebrado en la ciudad de Camagüey en octubre de 2015 con el objetivo de mostrar al público las prácticas, experiencias y resultados de las mencionadas disciplinas en las condiciones específicas de ocho localidades cubanas, de las cuales tres se han declarado Patrimonio Mundial: Habana Vieja, Trinidad y el Valle de los Ingenios, además del casco histórico de la ciudad de Camagüey. Las demás son regiones con emblemático patrimonio arqueológico, tanto de grupos aborígenes relacionados con el período precolombino, como de descendientes de estos u otros componentes étnicos de la nacionalidad cubana que convivieron en tiempos posteriores.

La obra expone experiencias de trabajo en archivos, otras fuentes documentales y bibliográficas, así como labores arqueológicas en áreas urbanas o rurales, estudios de paisajes, además de análisis tipológicos de ejemplares de museo, con el objetivo de rescatar la memoria histórica y el patrimonio de diferentes épocas o momentos. Esto permite a los autores de este compendio, fomentar el reconocimiento y la visibilidad del indio, negado en tiempos coloniales; las formas de rebeldía de los africanos esclavizados y sus descendientes, la trascendencia en el tiempo y los cambios del entorno de algunas de las comunidades estudiadas. Además, abordar aspectos sobre estructuras inmuebles en función de su preservación, comprender la trayectoria e identidad de sus territorios y enfocar con mayor y mejor acierto las gestiones de manejo del patrimonio cultural con un énfasis en los aspectos de orden arqueológico.

El primer trabajo del texto “La integración del indio a la vida habanera en el siglo XVI” de la arqueóloga e historiadora Lisette Roura, se empeña en demostrar, a partir del maridaje entre evidencia documental, bibliográfica, y el estudio de las características formales de muestras arqueológicas exhumadas en contextos coloniales, como fue insertándose el indio en la vida social y cultural del primer siglo de colonización en Cuba, para una vez más desvelar su presencia y contribuir a desmitificar la idea de su temprana desaparición en el proceso colonial de La Habana. El capítulo define la trascendencia del componente indígena en los procesos coloniales, a la vez que resalta sus valores identitarios en la reserva de la villa o poblado de Guanabacoa, así como en el gran conglomerado social de San Cristóbal de La Habana.

La autora, a partir de los restos encontrados en trabajos de campos y del examen de otros aspectos documentales, nos adentra en la dispersión de estos grupos humanos en la sociedad colonial, las enfermedades, su lucha por los terrenos, la reubicación de los poblados y el sentido utilitario de muchos de sus elementos materiales en apoyo o sustituto de los que carecía el conquistador y colonizador europeo en Cuba. El estudio de las actas capitulares del Cabildo Habanero le permite a Roura Álvarez distinguir, las diversas actividades y ocupaciones de los indios, sus labores agrícolas y la obtención de solares, su trabajo como monteros o criadores de ganado vacuno y de cerdo, además de fungir como techadores, rastreadores de esclavos fugitivos y estar integrados en la compañía de indios naturales que defendían la ciudad de ataques de corsarios y piratas o fuerzas enemigas extranjeras.

Recibe tratamiento también, el tema del mestizaje y la transculturación, según el vínculo que se procrea entre el indio y el africano, que va asentándose en el territorio de los primeros. El papel de mujeres indias en la sociedad, validadas en su actitud, gestión, logros y resultados, a la par de los hombres, es igualmente destacado. En cuanto a las evidencias materiales exhumadas y estudiadas, eje demostrativo esencial del trabajo, se aborda como fueron utilizados muchos artefactos del ajuar indígena: las vasijas de cerámica, burenes, perforadores, percutores, laminas, martillos etc., de gran uso para cortar, labrar, raer, percutir y proporcionar alimentos, en la sociedad habanera del siglo XVI.

El capítulo que sucede a esta primera incursión histórica arqueológica sobre la integración del indio en la sociedad colonial habanera va también encaminado a reconocer los procesos de supervivencia indígena y su descendencia, pero a una escala mayor, al vislumbrarse su impronta y utilidad durante varios siglos de la colonización europea. Esta segunda contribución al tema se enfoca en el rol del indio en el sostenimiento social del sistema de encomiendas, en las haciendas, además de su labor como campesinos. Se trata del trabajo del Dr. José F. Novoa Betancourt, “Historias alrededor del oro, las haciendas y los indios en el Holguín colonial. Mediados del siglo XVI a finales del siglo XVIII.”

Constituye un trabajo polémico como son los diferentes discursos historiográficos en torno al mito del fundador de esa villa, encomienda y hato que posteriormente dio origen a la región y ciudad de Holguín. Con nuevos aportes documentales el autor desdeña buena parte de los argumentos de la historiografía tradicional sobre los momentos fundacionales de dicha región y se centra en los aportes de la arqueología holguinera de los últimos años. A partir de ellos, más que ese proceso fundacional, intenta refrendar la existencia de importantes núcleos demográficos aborígenes que, junto al oro, propiciaron un posible sistema de encomiendas en la zona. Hace énfasis en que algunos de esos sitios arqueológicos tuvieron una vida colonial más estable mientras otros muestran contactos indo-hispánicos o una larga e ininterrumpida relación colonial entre europeos e indígenas. Este último, es el caso del asentamiento Güira de Barajagua relacionado en 1612 con los sucesos de aparición de la Virgen de La Caridad de El Cobre y el sustento de las minas enclavadas en ese poblado.

A partir de supuestos, como la posible repoblación de indios por vía gubernamental y la entrega de terrenos, se sustancia la labor que desempeñaron aquellos naturales de la tierra en tiempos en que se suscitaba la tardía apertura de las haciendas, principalmente en la minería. Esta afirmación se refrenda al reseñarse la presencia de cerámicas con técnicas aborígenes en asentamientos donde se localizaron originalmente los primeros hatos en la región holguinera. Se resalta al sitio “Managuaco,” donde las excavaciones del Departamento Centro Oriental de Arqueología exhumaron artefactos de los siglos XVIII y XIX vinculados a la explotación de oro por comunidades que, según el autor, debieron estar presente desde el siglo XVII. Finalmente cobra marcado interés en el artículo la demostración de la presencia de indios en el campo holguinero durante los siglos XVIII y XIX, tal y como distinguen los libros parroquiales de las iglesias San Isidoro y San José de Holguín. Aspecto que sustancia su vida como campesinos dedicados a labrar la tierra y a la cría de animales.

El capítulo de la investigadora Kenia Zabrina Henry Knight aporta su visión sobre los “Procesos judiciales de cimarronaje, apalencamiento y otras formas de rebeldía en las jurisdicciones de Puerto Príncipe, siglo XIX.” Este texto constituye un compendio de procesos judiciales seguidos a cimarrones en el Partido de Puerto Príncipe. En el relato afloran acontecimientos relacionados con causas de diferentes índoles, ligadas a testimonios de la más diversa naturaleza, como también los desenlaces de los procesos judiciales, casi siempre amañados en función de perjudicar al esclavo y favorecer al amo.

Asistimos, por ejemplo, al caso del cimarrón Diego, asesinado durante su enfrentamiento con sus perseguidores, que quedan justificados al declarase el acto como lícito. Otro caso es el vínculo entre un capitán de cimarrones y un hombre blanco, que auxiliaba al primero en asuntos comerciales, por ello fue puesto al cepo y enjuiciado. No menos interesante es la casi telenovela de la cimarrona Merced, codiciada y sujeta a las pasiones de un negro capitán de cimarrones, de un mayoral, y de su dueño, el hacendado Juan José Herrera, que finalmente la libera tras cinco años de proceso. Está también el juicio del esclavo negro José que asesinó a un cimarrón y quedo absuelto.

De otra connotación son los procesos, como el alegato de autodefensa del cimarrón Manuel Cisneros, el cual cautiva tanto que luego se le niega el derecho de declarar a sus cimarrones subordinados. Se detallan juicios seguidos contra cimarrones capturados y enjuiciados meses antes de iniciarse la guerra de independencia, el de dos hermanos de nación que andaban juntos a pesar de pertenecer a jurisdicciones distantes, también el caso del esclavo José que huye constantemente de su amo, así como el de esclavo Cayetano Varona, el cual, a pesar de contar con bienes con los valores necesarios para alcanzar la libertad, se le mantuvo en su condición de esclavo. Finalmente se destacan en el capítulo otros caminos de libertad como: la coartación, los reclamos y la manumisión.

El cuarto trabajo incluido es esta compilación es de la autoría del Dr. Armando Rangel Rivero. “Los nuevos paisajes: tres estudios de localidades de Cuba¨ es parte de los resultados de un proyecto investigación desarrollado por el Museo Antropológico Montané de la Universidad de La Habana. Los estudios de paisajes asociados a sitios arqueológicos importantes ubicados en áreas de las comunidades como La Picadora en Sancti Spíritus, La Rioja y Cruces, en Cienfuegos y la Ciénaga de Zapata en Matanzas muestran las estrategias utilizadas, así como un abordaje conceptual y metodológico centrado en categorías como Paisajes Patrimoniales, Patrimonio Arqueológico y Arqueología de Paisaje. El trabajo delimita los campos que corresponden a cada una, además de sus interconexiones, para destacar la importancia del sitio en sí mismo, así como su entorno y la comunidad que actualmente lo habita.

Con énfasis en la Arqueología del Paisaje esta colaboración toma como referente el sitio arqueológico, como patrimonio a preservar y venerar. Elemento que, una vez estudiado por la ciencia a través de parámetros paleoambientales, métodos arqueológicos para el estudio de sitios indígenas, unido al análisis de la situación agraria, topografía, vías de comunicación, comercio, etc., queda promovido en las comunidades como forma de concientizarlos sobre el valor del asentamiento y también de su entorno. En esa dirección el trabajo expone las estrategias utilizadas para promover el respeto por el patrimonio arqueológico, reconocer y admirar la historia de sus antepasados y vivir de la utilización de algunos recursos otrora utilizados, además de educar a los moradores de estas comunidades en la idea de mostrar con orgullo los sitios arqueológicos vinculados a las mismas y protegerlos de impactos negativos.

“Los Buchillones en las colecciones arqueológicas de Ciego de Ávila, Cuba” del arqueólogo Juan E. Jardines Macías, dedicado a destacar las estrategias seguidas en favor de otorgarle mayor valor histórico y museográfico a una gran cantidad de objetos exhumados de este emblemático asentamiento arqueológico constituye la siguiente colaboración en el orden trabajos incluidos en esta compilación. Atesorados en cuatro museos de esta provincia cubana y teniendo solo como referencia su pertenencia a este asentamiento arqueológico, el trabajo se concentra exponer una estrategia de valorización de estas colecciones considerando la relevancia del asentamiento para Cuba y el área antillana, especialmente a partir de los resultados definidos por las excavaciones practicadas desde 1997 y hasta el 2019, en proyectos arqueológicos sucesivos auspiciados por instituciones como el Instituto de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente de Cuba, el Museo Real Ontario, Canadá y el Instituto de Arqueología de la Universidad del Colegio de Londres. La trascendencia del sitio es validada una vez más por la cantidad de objetos de madera y otras industrias, muchos de ellos de uso ceremonial, así como por los restos de postes de viviendas encontrados que permitieron delimitar las estructuras de habitación indígena.

El capítulo pone en relieve las estrategias implementadas para argumentar la valoración patrimonial de estas colecciones además de otros procedimientos seguidos para su diagnóstico y caracterización inicial. Además, da a conocer que con la información documental y el censo digitalizado de las colecciones de los museos se pudo realizar una valoración integral sobre los tipos de objetos, estado de conservación, actualización, información gráfica, etc., y realizar el registro pormenorizado de las diferentes industrias examinadas. Entre ellas, objetos de madera como ídolos, espátulas vómicas, vasijas, dujos; fragmentos de cerámica; piezas de concha, con fin utilitario o ceremonial; y restos de piedra tallada. En general, el capítulo revela la manera o procedimientos en que la información sobre estas colecciones quedó registrada en tres catálogos que recogen datos históricos, culturales, museográficos, estado de conservación, descripción y valor patrimonial de cada uno de estos objetos.

Como parte de esta obra es importante resaltar la contribución titulada “Presencia de ladrillos aplantillados en la casa hacienda Buena Vista, Trinidad, Sancti Spíritus Cuba” de la autoría del especialista en temas de preservación y restauración Víctor Echenagusía Peña. Este trabajo está centrado en hacer valer el conjunto arquitectónico de una antigua casa de hacienda en el llamado Valle de los Ingenios y examinar, para su preservación, una de las técnicas constructivas presentes en ese inmueble. El capítulo no solo introduce información resaltando la significación del Valle de los Ingenios como sitio Patrimonio de la Humanidad, junto al casco histórico de la ciudad de Trinidad, sino también su particular riqueza paisajística entre cuyos más emblemáticos exponentes se hayan once antiguas casas haciendas de marcada connotación por sus estructuras, funciones, filiación estética y distribución espacio funcional.

Como parte de la contextualización de este estudio de caso el especialista revela lo que en su opinión son factores que hacen difícil la gestión conservacionista en el Valle de los Ingenios. Entre ellos maneja, el diferente estado de conservación de las ruinas y otras evidencias arqueológicas y arquitectónicas; el extenso territorio a proteger; la existencia de diversos asentamientos productivos insertados; y los ineficientes mecanismos de registros y ordenamiento. Para adentrarnos en la ubicación de la casa y sus características tipológicas constructivas, Echenagusía Peña hace un recorrido por los avatares y situación del inmueble, preferentemente en los siglos XIX y XX, con énfasis en las afectaciones sufridas a través del tiempo, cambios productivos en su entorno y los diferentes propietarios que tuvo.

Tras llevarnos en su descripción al examen de las estructuras de los muros, con vistas a identificar modificaciones o posibles remodelaciones, materiales empleados en la construcción, y características de orden funcional o estructural, el investigador se centra en el análisis sobre la abundante cantidad de ladrillos presentes, su alta frecuencia en varias secciones, su tipología, usos, formas y tamaños, así como sus funciones estructurales y decorativas. A partir de esta caracterización precisa sus técnicas de fabricación, tipos de moldes utilizados, elementos adosados, relieves logrados por el alfarero con modelado a mano, así como la materia prima usada para su confección. Todo en función de contribuir a los procesos de preservación y restauración en esos recintos. Estos y otros elementos permiten al autor definir que la antigua casa hacienda del ingenio Buena Vista, constituye todo un hito dentro del contexto de la plantación azucarera, por sus espacios habitacionales, volumetría y por la presencia de elementos decorativos emblemáticos como los ladrillos aplantillados.

El último trabajo que incluye la obra es “Antigua ciudad de Camagüey. Un programa arqueológico de conservación patrimonial.” Escrito por Iosvany Hernández Mora junto a los especialistas, Jenny P. Mújica, María del Carmen Alemán y Karen M. Hernández, es en su primera parte todo un bosquejo para resaltar la trayectoria de esta ciudad cubana desde su fundación hasta el 2016, sus cambios o transformaciones desde el punto de vista arquitectónico y urbanístico, así como las estrategias, los planes de manejo, etc. donde de alguna manera se inserta la labor arqueológica. Las características del centro histórico de esta ciudad, conformado desde la época colonial con ampliadas incorporaciones en el siglo XX, en el que resaltan iglesias, plazas y plazuelas, son de marcado interés en el trabajo, y especialmente las labores para declarar esta ciudad cubana como Monumento Nacional y Patrimonio Mundial en los años 1978 y 2008 respectivamente. Las estrategias implementadas, especialmente el trabajo desarrollado desde la Oficina del Historiador de Camagüey a partir de 1997 constituye uno de los centros de atención en el capítulo.

El fomento y concreción de una práctica arqueológica para fines de conservación y protección a partir de la creación del gabinete de arqueología en el año 2008 hasta la actualidad es un punto esencial en esta contribución. A tono con esos esfuerzos se valoran los mejores resultados logrados hasta 2016, que corresponden al trabajo arqueológico en zonas rurales, según dos proyectos de investigación vinculados al sitio de fundación de la villa de Puerto Príncipe y al segundo asentamiento que tuvo la misma. Sobre el primero de ellos, desarrollado entre 2011 y 2014, y financiado por la Agencia Española de Colaboración Internacional para el Desarrollo, se exponen los aportes que otorgó a la historia local: entre ellos se encuentran las diferentes connotaciones socioespaciales de este espacio relacionadas con el asentamiento primario de conquista y colonización; enclave de contrabando en el siglo XVIII y comercio ilegítimo que sobrevive hasta la segunda década del XIX. Del segundo proyecto, viabilizado entre 2008 y 2010, se declara que algunos factores como el grado de afectación del sitio, no permitieron obtener evidencia material concluyente.

Finalmente los autores de esta colaboración de cierre del volumen dedican espacio a llamar la atención sobre cómo, a pesar de los esfuerzos y de su incursión en determinados proyectos de conservación y restauración, suscitados más a nivel de rescate, no se ha viabilizado un proyecto coherente para el manejo arqueológico en conjunción con el planeamiento y trabajo de investigación de historia aplicada, la intervención arquitectónica, la consideración de lo urbanístico, así como la participación comunitaria. En ese sentido se explicita que no se ha considerado la dimensión arqueológica como valor importante del área urbana y aspecto participativo de la preservación y conservación de su identidad. Concluyen expresando que el programa arqueológico para la antigua ciudad de Camagüey ha facilitado el empleo de propuestas concretas para la conservación del patrimonio cultural pero la implementación no ha estado a la altura de los requerimientos que necesita el desarrollo urbano. Para revertir esta situación se requiere de una participación más activa de los arqueólogos en la conformación de los planes de manejo de su casco histórico, como establece la Carta Internacional para la Gestión del Patrimonio Arqueológico.

En sentido general pudiéramos concluir planteando que Patrimonio, identidad y protección en Cuba, Arqueologías e Historias desde el Caribe constituye una aproximación multidimensional que profundiza en diversos aspectos de la historia, la identidad social y el patrimonio cultural cubanos, arrojando luz sobre las poblaciones indígenas, la identidad social en los siglos XIX y XX, la cultura cubana y la protección de su patrimonio arqueológico.