Introducción
Nuestra realidad cambia constantemente y vivimos inmersos en una complejidad que evoluciona día a día. Estos cambios son en todos los niveles: social, económico, político, tecnológico, etc., en los que la globalización y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han sido factores determinantes. La pandemia del SARS-CoV-2 obligó a las organizaciones a modificar sus prácticas de trabajo y a enfrentar varios problemas. Las instituciones educativas no fueron la excepción, ya que se vieron obligadas a una transición acelerada de la educación presencial a la educación en línea (Liu, 2020; Palomares-Ruiz et al., 2020).
Por ello, las organizaciones de hoy deben ser capaces de adaptarse al entorno de la nueva normalidad, a través de estrategias que les ayuden a ser resilientes y a alcanzar sus objetivos. Si bien esto depende de varios factores, las actitudes de los empleados, así como las características y habilidades del líder, juegan un papel crucial para lograr resultados extraordinarios y sobrellevar las crisis (Chan y Drasgow, 2001; CruzOrtiz et al., 2013; Khalil et al., 2020; Meglino et al., 1989). Existe abundante literatura que demuestra el impacto del liderazgo transformacional en la disposición de los seguidores a trabajar hacia las metas organizacionales, logrando mayores niveles de rendimiento y mayores niveles de creatividad (Jin et al., 2016). Al respecto, la pandemia provocada por el COVID-19 permitió analizar un fenómeno complejo e impredecible que afectó la dinámica organizacional de las instituciones de educación superior.
Este estudio, tomando como base la teoría del intercambio social en el lugar de trabajo (Blau, 1964), tiene como objetivo examinar la efectividad percibida de las competencias de liderazgo transformacional para enfrentar la contingencia del COVID-19, analizando una institución de educación superior en México. El documento se divide en cinco partes. La primera sección presenta trabajos relacionados con las competencias propias del liderazgo transformacional en la nueva realidad. La segunda sección presenta la metodología basada en un enfoque cualitativo y transversal aplicado a un estudio de caso, con ocho entrevistas en profundidad semiestructuradas realizadas a docentes clave y al director de una institución de educación superior en México. La tercera sección muestra los resultados del estudio de caso y las entrevistas. La cuarta sección presenta la discusión de los resultados. El artículo finaliza con las conclusiones del estudio.
Hacia la Comprensión de las Competencias de Liderazgo Transformacional en la Educación Superior
Esta sección describe la necesidad de nuevas estrategias de enseñanza en el contexto de la pandemia, la adopción de nuevos cambios debido a las pedagogías emergentes y el liderazgo transformacional en el contexto de la nueva realidad. El análisis de estos trabajos lleva a los autores a las preguntas que orientan el abordaje cualitativo.
Liderazgo en la Educación Superior
La educación superior es un sector que constantemente enfrenta diversos desafíos, entre ellos los relacionados con los problemas políticos, económicos, las constantes innovaciones, variaciones en la oferta y demanda, el desarrollo tecnológico y la transformación digital, por lo que los líderes educativos centran gran parte de sus esfuerzos en sobrevivir y obtener ventaja competitiva (Elrehail et al., 2018). En este sentido, recientemente, ante la situación de salud que enfrentó el mundo, los líderes de las instituciones de educación superior tuvieron que gestionar la crisis, incluso en línea, a inicios de la pandemia (Kotula et al., 2021).
Por lo anterior, el liderazgo en la educación superior ha sido de interés para los investigadores. Al respecto, Gözükara y Şimşek (2015) examinaron el efecto del liderazgo transformacional en el compromiso laboral de los docentes con la autonomía laboral como variable mediadora. Sus hallazgos mostraron que la autonomía laboral media completamente el efecto del liderazgo transformacional en el compromiso laboral. Por otra parte, Botello et al. (2016) investigaron si el modelo de liderazgo educativo integrado por las variables: liderazgo pedagógico, liderazgo directivo y liderazgo institucional se practica en el Valle de Toluca, México. Sus hallazgos mostraron que en las instituciones analizadas el modelo no es practicado. Elrehail et al. (2018), investigaron los efectos de dos estilos de liderazgo, el transformacional y el auténtico, en la innovación de procesos en instituciones de educación superior en el norte de Jordania. Sus principales evidencias mostraron que el liderazgo transformacional y el intercambio de conocimientos impactan positivamente en la capacidad de innovación, y que el liderazgo auténtico no representa ningún apoyo a la innovación en este sector. Asimismo, García et al. (2018) llevaron a cabo una investigación sobre liderazgo transformacional en una institución de educación superior de Venezuela, y encontraron que es necesario fortalecer este estilo de liderazgo para mejorar los indicadores de la institución, ya que es un factor que influye en la gestión de las organizaciones.
Por otra parte, Díaz-Gómez y Díaz-López (2021) estudiaron las conductas de liderazgo en coordinadores y su relación con la efectividad organizacional. Los resultados mostraron una relación parcial entre el liderazgo transaccional y el transformacional, y la percepción que tienen los docentes de la efectividad organizacional de los coordinadores. Asimismo, encontraron que el liderazgo pasivo tiene una correlación negativa con la percepción de efectividad organizacional. Rodríguez-Ponce et al. (2021) examinaron el vínculo entre el liderazgo en el gobierno universitario y la calidad de la docencia, incluida la capacidad de los docentes de innovar en la mejora de su enseñanza. De acuerdo con su análisis, con la evidencia disponible en la literatura, concluyeron que el liderazgo transformacional y el liderazgo distribuido en la cima de las instituciones de educación superior puede crear un ambiente de innovación en la enseñanza, pero resaltan la necesidad de realizar investigaciones empíricas que respalden los hallazgos.
Pera et al. (2022) analizaron el nivel de liderazgo transformacional de los docentes y directivos en instituciones de educación superior públicas y privadas de la ciudad de Lima. Los resultados evidenciaron una diferencia entre las universidades públicas y privadas, existiendo en las primeras una mejor adaptación y aplicación del liderazgo transformacional.
Con la llegada de la pandemia de COVID-19, rápidamente surgieron innumerables cambios en todos los aspectos de la vida de las personas, y el contexto laboral no fue la excepción. La contingencia y sus implicaciones produjeron en los seres humanos muchos problemas psicológicos, entre ellos, estrés, ansiedad, depresión, pánico, incertidumbre y miedo (Kloutsiniotis et al., 2022). De esta manera, los estragos de la pandemia siguen teniendo un impacto en todos los sectores de la sociedad, incluido el educativo, pero al mismo tiempo representa una oportunidad para reestructurar y recrear a la educación (Hanafi et al., 2021; Harris, 2020). Por lo anterior, en el contexto organizacional y del talento humano, ha sido de interés de los investigadores analizar el papel del liderazgo en las instituciones de educación superior en el periodo pandémico, debido a que los líderes educativos enfrentaron, de un momento a otro, diversos retos como la alfabetización digital y encontrar la manera de que sus docentes utilizaran herramientas y plataformas digitales (AlAjmi, 2022).
En este tenor, la mayoría de las investigaciones de este periodo se centran en el liderazgo del docente con sus estudiantes. Entre los estudios que abordan el liderazgo de los directivos se encuentra el realizado por Altamirano-Villanueva et al. (2021), quienes analizaron las acciones de mejora por parte de los directivos y encontraron que los líderes deben poseer aptitudes y actitudes para propiciar la adaptación de sus docentes a los cambios y a las nuevas formas de enseñanza virtual, así como para propiciar el trabajo colaborativo entre todos los miembros de la institución.
Adopción de la tecnología para la
educación en el contexto de la pandemia
En las últimas décadas el avance tecnológico ha experimentado un crecimiento de adopción como nunca antes visto y, dentro de este, el que se refiere a las TIC ha evolucionado a pasos agigantados, incluso, a tal punto que la obsolescencia se ha convertido en su denominador común debido a las frecuentes innovaciones (Vega, 2012).
La educación es uno de los campos donde más ha influido la tecnología, ya que el despliegue de los avances tecnológicos en la enseñanza y el aprendizaje es constante y continuo (Willems, 2019). Esto ha propiciado un amplio flujo de conocimientos, información y comunicación, que requiere un ejercicio reflexivo de toma de decisiones para catalogar adecuadamente información útil que, en realidad, contribuya al desarrollo de los estudiantes (Sandoval-Almazán y Valle-Cruz, 2016).
En la actualidad, el impacto de las TIC en el aprendizaje es ineludible (Nieuwoudt, 2020), ya que la incorporación de la didáctica en la era digital ha supuesto cambios notables. La más significativa se refiere a la gestión del caos, es decir, la conexión de todo con todo, que genera enormes flujos de información, y la necesidad de autoorganización del individuo, obligándolo a generar estructuras de conocimiento a partir de este caos (Siemens, 2004). En el conectivismo, el conocimiento se difunde a través de una red de información y se almacena en formatos digitales (Kop y Hill, 2008). Esto implica incorporar las nuevas tecnologías a la educación para hacer posible la integración de la teoría del caos, las redes, la complejidad y la autoorganización en el fenómeno educativo. Representa la posibilidad de aprovechar los avances tecnológicos para adaptarse y comprender la nueva información que fluye, hasta tal punto que ha llevado a que el aprendizaje se produzca ahora en un entorno difuso, ya que el conocimiento se da ahora a expensas de diversas opiniones. Esto complica la toma de decisiones, que suele ser constante y requiere conocimientos previos para saber ser selectivo de la información útil y válida, de la que no lo es tanto.
Durante la emergencia sanitaria, en la educación superior, las TIC cobraron gran relevancia en el proceso de enseñanza, ya que permitieron dar continuidad a la comunicación, al conocimiento y al logro de los objetivos de aprendizaje a través de la educación a distancia. A su vez, replantearon los roles de los actores educativos y se establecieron las Tecnologías de la Relación, la Información y la Comunicación (TRIC) (Poveda-Pineda y Cifuentes-Medina, 2020).
Sin embargo, la pandemia de COVID-19 puso de relieve que una proporción significativa de docentes y estudiantes en países en desarrollo no tienen acceso a un dispositivo electrónico, Internet o energía eléctrica (Hamburg y Lütgen, 2019; Ramsetty y Adams, 2020; Valle-Cruz y Sandoval-Almazán, 2020). Incluso en países como Ruanda los estudiantes perdieron un año académico completo, debido a que el gobierno no tenía la infraestructura de TIC para brindar educación en línea durante la pandemia por COVID-19 (Uwizeyimana, 2022). En este tenor, Dussel (2022), en su estudio reflexiona sobre la condición material de las universidades latinoamericanas en el contexto de la pandemia, resaltando la importancia de los espacios, los tiempos y la tecnología, y lo que implicó dar clases en entornos desconocidos para muchos, así como la desigualdad en las condiciones de acceso, conectividad, uso, apoyos familiares, comunitarios y trabajo autónomo.
Lo anterior no significa que la incorporación de las nuevas tecnologías a la educación sea algo negativo, por el contrario, son una herramienta útil que facilita la participación y permite un acercamiento tanto sincrónico como asincrónico al conocimiento (Nieuwoudt, 2020).
Asimismo, se debe considerar el factor de la reducción de la vida media del conocimiento, este concepto refiere al periodo más corto que se da entre la adquisición del conocimiento y el momento en que este se vuelva obsoleto, ello genera una dinámica compleja que hace la labor de aprendizaje un reto que bajo el modelo de complejidad tiene forzosamente que adecuarse al nuevo contexto social inmerso en el avance tecnológico.
Con las nuevas tecnologías aplicadas a la educación es más sencillo manipular, almacenar y distribuir la información (Ortega y Chacón, 2007), pero también requiere de capacitación adecuada para que el docente realmente se vuelva un facilitador del aprendizaje; el problema deviene cuando, en muchas ocasiones, hay resistencia por parte de los docentes a capacitarse, sobre todo aquellos que se educaron bajo un esquema donde las nuevas tecnologías de comunicación e información tenían un papel mínimo en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Liderazgo transformacional en la nueva realidad
La adaptabilidad organizacional representa hoy un factor clave en la supervivencia de las organizaciones (González, 2015), la cual se vio amenazada por la contingencia generada por la pandemia. En este contexto, la agilidad estratégica de los líderes y su habilidad para apoyar a sus seguidores representan una herramienta fundamental para enfrentar las crisis, debido a que, si los miembros de la institución sienten el respaldo de su líder, estos tienden a corresponder de manera favorable a la organización con actitudes laborales positivas. Es así, que la teoría del intercambio social constituye una base sólida para fundamentar y comprender cómo influye el liderazgo en el comportamiento de los empleados, ya que sostiene que el intercambio de recursos tangibles e intangibles entre individuos se rige por la norma de reciprocidad (Bedi et al., 2016; Fan et al., 2021). En el ámbito organizacional los intercambios diáticos entre líderes y subordinados cumplen con una regla de correspondencia, que implica beneficios socioemocionales y obligaciones ilimitadas (Blau, 1964; Cropanzano y Mitchel, 2005). En este sentido, los estilos de liderazgo implican un papel preponderante para responder a la nueva realidad y generar valor en la relación con los miembros de la organización a través de la confianza, motivación y estimulación que impactará en el bienestar del individuo y en comportamientos recíprocos, generando una relación de intercambio social entre el empleado y la organización (Chiaburu et al., 2011). Por tanto, uno de los mayores retos de los líderes es conseguir que las personas se adapten a este nuevo entorno (Uhl-Bien y Arena, 2018).
En el ámbito educativo, el rol del líder de la institución juega un papel fundamental, pues la motivación es un elemento clave en el disfrute y éxito del aprendizaje y las habilidades para motivar a los estudiantes son fundamentales (Muñoz-Restrepo et al., 2020; Irnidayanti et al., 2020). Por tanto, las estrategias de motivación son fundamentales dentro del entorno educativo (Aldridge y Fraser, 2017), ya que representan el punto de partida que pone en marcha el potencial del individuo y contribuye a la satisfacción en el trabajo y a un ambiente laboral armónico que coadyuve a lograr ventaja competitiva y éxito organizacional (Muñoz-Chávez y López-Chau, 2018).
Asimismo, dentro de los elementos del ambiente educativo en la modalidad a distancia, es importante considerar los valores y, sobre todo, el respeto, que incluye a todos los participantes del proceso educativo, ser empáticos y sensibles para lograr un ambiente de aprendizaje agradable que enriquezca a todos los actores de manera holística.
Existe evidencia sobre el liderazgo educativo durante la pandemia, principalmente en la educación superior, donde el liderazgo transformacional es reconocido como el más adecuado (Antonopoulou et al., 2021). La tabla 1 presenta las dimensiones del liderazgo transformacional.
En consecuencia, un líder transformacional motiva a sus seguidores a lograr un objetivo común y a hacer más de lo que ellos mismos esperan, a través del entusiasmo, la dedicación, la comunicación, la confianza, el carisma, el apoyo y la coherencia entre lo que dice el líder y lo que hace. El líder se involucra como un modelo a seguir y hace lo correcto (influencia idealizada), también mantiene una comunicación amplia, una visión positiva y altas expectativas (motivación inspiradora), está abierto a realizar tareas de manera diferente, inspira a sus seguidores a pensar creativamente (estimulación intelectual), y trata a los trabajadores con humanidad y de manera individual, los capacita y los cuida (consideración individual) (Avolio et al., 1999; Bass et al., 1996).
Se requieren habilidades fundamentales de liderazgo para minimizar el impacto en la organización y sus miembros en tiempos de crisis (Smith y Riley, 2012). Tal es el caso al que se enfrentó el mundo entero por la pandemia del COVID-19, donde los líderes encararon nuevos desafíos y la agilidad estratégica ayudó a las organizaciones a sobrevivir (Dirani et al., 2020). El sector educativo no es ajeno a estas complicadas circunstancias, en las que sus líderes enfrentan constantes exigencias y presiones que demandan respuestas rápidas y ágiles con menores recursos y cumplimiento de la normativa oficial (Harris y Jones, 2020). En las instituciones educativas, el liderazgo ha sido identificado como uno de los factores más influyentes en el proceso de enseñanza y aprendizaje (Chen y Guo, 2018). Harris y Jones (2020) realizaron un análisis del liderazgo escolar en tiempos disruptivos e informan que asegurar la efectividad del proceso de enseñanza-aprendizaje requiere de líderes con habilidades como manejo de crisis, determinación, esperanza y fe inquebrantable.
Los líderes educativos deben moverse con rapidez, asumir riesgos innovadores y ser proactivos, pero sin perder de vista las posibles consecuencias de las decisiones tomadas (Netolicky, 2020). Tradicionalmente, los líderes asertivos forman a otros líderes (Harris, 2020), en especial en tiempos de crisis, cuando necesitan unir esfuerzos para ser resilientes y adaptarse con éxito a la nueva realidad. La incertidumbre generada por el COVID-19 ha resultado en ansiedad en los colaboradores (Mani y Mishra, 2020), por lo que se requiere de líderes escolares con capacidad de comunicarse con claridad, empatía, flexibilidad y gran sentido humano (Netolicky, 2020), ya que los docentes tampoco esperaban esta situación y necesitaron tiempo y apoyo para adaptarse (Dirani et al. 2020). Por lo anterior, y para aportar evidencia empírica sobre cómo los líderes educativos enfrentaron la pandemia en sus instituciones, se realizó la presente investigación. Las preguntas que guían el estudio de caso presentado en el documento son:
P1: ¿Cómo perciben los docentes de una institución de educación superior la influencia del liderazgo transformacional ante la contingencia provocada por el COVID-19?
Asimismo, con base en los hallazgos derivados de la pregunta 1, se determinó:
P2: ¿Cuáles son las competencias de liderazgo requeridas en la institución de educación superior durante y después de la crisis?
Con respecto a estas preguntas, en la siguiente sección, los autores describen los métodos del estudio.
Enfoque de estudio de caso
El estudio de caso es la metodología de investigación apropiada para temas emergentes, ya que permite explorar nuevos fenómenos de estudio (Yin, 2009). Asimismo, responder a interrogantes que pretenden explicar el fenómeno que se está investigando. Por lo tanto, el estudio de caso es recomendable para temas prácticamente nuevos y es una metodología rigurosa que, de acuerdo con Martínez (2006):
Permite dar respuesta a cómo y por qué ocurren los fenómenos.
Posibilita el estudio de un determinado tema.
Es idóneo para temas de investigación donde se ha visto que las teorías son insuficientes o inadecuadas.
Evita estudiar los fenómenos desde el reduccionismo de una sola variable al permitir múltiples expectativas.
Permite la investigación más profunda de los fenómenos y obtener así un mayor conocimiento, lo cual posibilita temas emergentes que también pueden ser susceptibles de ser estudiados.
Juega un papel importante en la investigación.
Un aspecto elemental en toda investigación científica es la validez y fiabilidad de sus resultados, la validez representa la exactitud de lo que se quiere medir, mientras que la fiabilidad está referida a la consistencia y estabilidad de los resultados, para el método de estudio de caso la validez se identifica por:
Utilización de múltiples fuentes de evidencia
Establecimiento de patrones de comportamiento
Construcción de la explicación del fenómeno que se está estudiando
Uso de la réplica de los estudios (Martínez, 2006)
De esta forma, para comprender el fenómeno que se presentó en la educación, se aplica esta herramienta metodológica partiendo de la idea de que el sector educativo fue considerado como uno de los más afectados por la contingencia sanitaria, ya que millones de estudiantes y docentes pasaron de un día a otro de la modalidad presencial a la modalidad en línea (Román, 2020). Con el fin de obtener evidencia empírica del liderazgo en la institución de educación superior, se realizó el estudio a una empresa que brinda servicios de educación superior y se encuentra ubicada en el municipio de Hidalgo, México. La oferta educativa se concentra en la educación superior integrada por las carreras de administración de empresas, derecho, pedagogía, mercadotecnia y turismo, así como las maestrías en educación y juicio oral. Los cursos se ofrecen en dos modalidades: escolarizados y sabatinos.
En este sentido, la metodología de la investigación se basa en un estudio de caso aplicado a una institución de educación superior privada en México, en el contexto de la pandemia del SARS-CoV-2. Para el estudio se realizó un análisis documental, se analizó el contexto de la escuela y se aplicaron entrevistas a actores clave de la institución (docentes y el director), con el fin de obtener información relevante para el análisis (Creswell et al., 2007; Remenyi, 2013; Yin, 2017). Para garantizar la privacidad y confiabilidad de los datos recopilados, se aseguró el anonimato a los participantes. El proceso involucró consideraciones éticas durante y después de la investigación. Los participantes fueron informados sobre el propósito de la investigación y se solicitó su consentimiento.
Los datos fueron recolectados durante los primeros seis meses de la contingencia en México, marzoagosto de 2020, a través de entrevistas en profundidad semiestructuradas, con el propósito de obtener las percepciones de los docentes sobre su adaptación a la nueva forma de trabajar frente a la emergencia sanitaria y la influencia del liderazgo en dicha percepción. Del universo de dieciocho docentes, se entrevistó a ocho, seleccionados mediante el criterio de conveniencia, de modo que los informantes elegidos correspondieran a diferentes perfiles académicos, equilibrio de género, al menos un docente en cada carrera, y con al menos tres años de antigüedad en la institución. Las entrevistas individuales se realizaron por teléfono y tuvieron una duración de entre 30 y 40 minutos. Se utilizó un protocolo de entrevista semiestructurada, métodos deductivos y estudios de casos para la recolección, análisis e interpretación de datos.
Se explicó a los entrevistados el tema, objetivo y alcance de la investigación, contemplando temas claves, y se elaboró una guía para identificar la percepción de los docentes sobre la capacidad de gestión para actuar frente a la pandemia.
Adicionalmente, se entrevistó al director para identificar las competencias de liderazgo en la emergencia y asegurar la validez metodológica a través de la triangulación de perspectivas (Okuda y Gómez-Restrepo, 2005). Posteriormente, se transcribieron las entrevistas y se codificaron en conceptos. Se categorizó inductivamente (Bustingorry et al., 2006), utilizando el corpus textual resultante de las entrevistas en profundidad. Para el diseño de categorías, se separó el texto en unidades de análisis que permitieron encontrar segmentos referentes a un mismo tema. Posteriormente, se agruparon las unidades de datos para construir y operacionalizar las categorías y subcategorías, las cuales fueron trianguladas para validar los resultados.
Luego, se continuó con la fase de investigación cooperativa (Gummesson, 2002), que consistió en mostrar a los participantes la transcripción e interpretación de las entrevistas, así como la discusión, y se les preguntó si querían agregar algo para fortalecer el estudio (Rashid et al. Al., 2019), a lo que ninguno de los participantes tuvo nada que añadir. La figura 1 presenta el enfoque de estudio de caso para esta investigación.
Resultados
Esta sección presenta los resultados del análisis del estudio de caso. La primera parte muestra las categorías, subcategorías y la codificación de las entrevistas en profundidad. La segunda parte expone los resultados generales del estudio de caso.
Resultados de las entrevistas en profundidad semiestructuradas
A partir de las competencias de liderazgo y los enunciados encontrados durante la revisión teórica, establecimos las categorías que ayudaron significativamente a responder las preguntas de investigación.
Cada categoría se apega a la cambiante realidad de este fenómeno y a la necesidad de su comprensión, dichas categorías se describen a continuación:
Categoría 1. Características de liderazgo
Esta categoría es la principal del estudio. La triangulación de información entre las categorías analizadas y el marco teórico resultó en la identificación de las características de liderazgo predominantes: 1) la capacidad de motivar a los empleados, 2) estimular a los empleados a pensar de manera creativa y diferente para enfrentar la contingencia, 3) proporcionar retroalimentación continua, y 4) inspirar y brindar respeto y confianza (Balwant, 2016; Savovic, 2017).
Categoría 2. Estrategias implementadas
Esta categoría permitió obtener elementos para identificar cómo los docentes perciben la influencia del liderazgo de la institución ante la contingencia del COVID-19, así como factores coadyuvantes para la identificación de las capacidades de respuesta del liderazgo, a través de la descentralización de funciones que implica confiar en el trabajo de sus subordinados, así como integrar esfuerzos individuales en un trabajo conjunto para cumplir las metas, actuar con flexibilidad y apoyar en el conocimiento y habilidad de sus docentes (Netolicky, 2020).
Categoría 3. Preocupación por la contingencia
Esta categoría reveló la creciente preocupación de los docentes ante un evento contingente y los problemas de conectividad que se derivan del mismo, y donde las habilidades del líder juegan un papel fundamental para contrarrestarlo. La tabla 2 muestra las categorías y la codificación del estudio (Khalil et al., 2020).
La tabla 3 y la tabla 4 muestran la codificación de las preguntas clave en la guía que ayudaron a cumplir con el objetivo de la investigación. Es importante señalar que las preguntas representan una lista de verificación en la entrevista y que el investigador decide
Resultados del estudio de caso: institución de educación superior en México
La estructura organizativa del campus no es centralizada ni rígida; se pueden tomar decisiones importantes sin conflicto o contradicción con el director. La política docente se basa en el respeto a la libertad académica. La dirección opera bajo la cultura de puertas abiertas, a través de un diálogo. Debido a que la plantilla de la institución es reducida, todos los miembros se conocen, o al menos se ubican visualmente, lo que facilita la labor de apoyo e intercambio de ideas.
Entre las estrategias para enfrentar la crisis, se estableció un cronograma para la entrega de planeaciones, encuentros e implementación de pruebas que representan mecanismos de certeza en cuanto a procesos de trabajo bajo un liderazgo transformador que escucha a los docentes y constantemente dialoga, apoya y retroalimenta.
La forma de impartir la enseñanza se basa en la entrega de un programa temático asignado a cada docente, el cual, con base en la política de libertad académica, puede adaptarse a las estrategias didácticas, inclusión de temas, corrientes pedagógicas e instrumentos que cada docente considere más idóneo para cumplir adecuadamente con el proceso de enseñanza-aprendizaje, lo que genera una gran variedad de estilos en el ejercicio de la enseñanza.
En este sentido, es importante mencionar que la institución no contaba con la modalidad virtual, por lo que, cuando se presentó la pandemia, los tomó por sorpresa, y como muchas otras escuelas, tuvo que tomar medidas emergentes para realizar la labor educativa.
Cuando se presentó la necesidad de adaptarse a su nuevo entorno, la institución tuvo que responder de inmediato y, ante la imposibilidad de crear una plataforma propia, los docentes debieron establecer estrategias para poder impartir sus asignaturas a distancia, aludiendo así al discurso de libertad de cátedra, que es el eje cultural en esta organización para lograr que sus docentes se adapten personalmente a esta contingencia. Es decir, no hubo una adaptación generalizadora, sino una adaptación individual, que se integró en un trabajo interno general.
Para este nuevo panorama, los docentes propusieron diferentes mecanismos para impartir sus clases. No estaban obligados a utilizar una sola plataforma, sino que cada uno, según sus conocimientos, posibilidades y habilidades para el uso de Internet, establecieron junto con sus alumnos cómo se iba a realizar el trabajo. Los docentes utilizaron las siguientes herramientas: correo electrónico, Zoom, Skype, Google Classroom, WhatsApp, Facebook y Google Meet.
Este proceso representó la ventaja de eliminar tiempo en un entrenamiento precipitado que, ante la situación, hubiera supuesto una pérdida de tiempo. Fue una clara muestra de confianza de la dirección hacia sus docentes apelando a su ética y profesionalismo. La institución se reafirmó como una anarquía organizada, que según la perspectiva de Clegg implica la necesidad de “una organización flexible, con un flujo de información e innovación multidireccional, no piramidal, con toma de decisiones colectiva y democrática” (Mazzotti, 2008, p. 174), y bajo un esquema de liderazgo transformacional que funciona como agente motivador, que según Herzberg (1966), conduce al individuo al logro de metas que lo motivan.
En cuanto a los mecanismos de control y retroalimentación, se generaron grupos de WhatsApp, donde se incluyeron directores y docentes con el fin de mantener una comunicación constante. Asimismo, se solicitó a los docentes que enviaran evidencias de su trabajo cada semana con el fin de verificar el cumplimiento de sus funciones, pero sin ningún proceso de evaluación que pudiera limitar, encasillar y estandarizar la labor docente de la institución. Además, a los docentes se les indicaron las fechas de aplicación de pruebas con la posibilidad de que enviaran una carta por correo si no consideraban necesario aplicarlas y evaluar con otro tipo de actividades, según el criterio de cada uno.
De esta forma, a medida que los docentes se fueron familiarizando con este tipo de herramientas de aprendizaje, sintieron la necesidad de incorporar otro tipo de entorno virtual para diversificar su trabajo.
Según los argumentos de los docentes, el mayor problema para realizar sus tareas se reflejaba en la imposibilidad de algunos de sus alumnos de acceder a Internet o su desconocimiento sobre cómo manejar las herramientas de aprendizaje que utilizaban sus docentes, lo que requería flexibilidad y comprensión del docente para encontrar la manera más conveniente de trabajar.
En los hallazgos del estudio se identificó la presencia de las dimensiones motivación inspiracional, consideración individual, estimulación intelectual, carisma y confianza. Esta situación, aunque puede ser un poco limitada en el estudio, muestra indicios de un líder transformacional. Los docentes coincidieron en que su adecuada intervención y manejo de la contingencia había sido un factor determinante para continuar el proceso de enseñanza y aprendizaje sin contratiempos.
Finalmente, el plantel llevó a cabo su acto de clausura vía virtual, para lo cual se enviaron invitaciones a todos los involucrados vía correo electrónico junto con el correspondiente enlace de Zoom. Esta ceremonia virtual se realizó en dos partes, los primeros cuarenta minutos se dedicaron a los estudiantes de pedagogía y derecho (las carreras de mayor demanda) y durante los siguientes cuarenta minutos se convocó a los demás (administración, turismo, marketing y la maestría en educación). Este acto protocolar reflejó la familiarización ganada en tan poco tiempo sobre las TIC y tecnologías del aprendizaje y el conocimiento (TAC) con lo que no solo se resolvió el cumplimiento del objetivo del proceso de enseñanza-aprendizaje, sino que también se incluyó el aspecto humano.
Discusión
El fenómeno que se vive en todo el mundo ha cambiado y seguirá cambiando la forma de trabajar de varias organizaciones y las de educación no son la excepción. La contingencia ha obligado a la revisión de paradigmas pedagógicos como el conectivismo, lo que abre nuevas perspectivas para el establecimiento de estrategias didácticas aprovechando el desarrollo de la tecnología. En este momento, se convierte también en la alternativa más adecuada para no interrumpir la actividad docente en las instituciones educativas bajo un enfoque de contingencia, donde la organización que no se adapte a su entorno tenderá a desaparecer (Denton, 2006; Pfeffer, 2007).
Las nuevas formas de trabajar en las instituciones educativas de hoy requieren del conocimiento de las TIC y TAC, pero también de un liderazgo transformador que confíe en el trabajo de los docentes y su compromiso con su profesión, y a su vez consiga que motiven a sus alumnos (Brezicha y Fuller 2019). Un liderazgo que ayude a sus seguidores a enfrentar los retos que se presenten y que busque un mejoramiento continuo, que los impulse a elevar su desempeño y a lograr sus metas personales y organizacionales (Muñoz et al., 2018).
Esta nueva forma de trabajar exige considerar el factor humano como pilar de una política que busque garantizar la satisfacción de las necesidades humanas en este nuevo contexto. Para ello conviene evolucionar hacia un modelo organizativo de anarquía organizada, que permita eliminar los obstáculos de centralización de la gestión y genere una estructura de integración bajo un esquema de descentralización autónoma e incluso autoprofética.
Además, el conectivismo es una tendencia en la educación que se ha visto impulsada exponencialmente por la pandemia del COVID-19. Las instituciones educativas han tenido la necesidad de transformar sus prácticas para poder sobrevivir ante la incertidumbre que se ha generado en estos tiempos de confinamiento. Las TIC aplicadas a la educación facilitan el manejo de la información, ya que en poco tiempo docentes y estudiantes se adaptaron a los cambios necesarios para continuar sus actividades en modalidad virtual durante la pandemia (Nieuwoudt, 2020). La estructura de la organización, que no era centralizada ni rígida, facilitó la adaptación de la organización a la contingencia provocada por la pandemia. Asimismo, la política de la institución basada en el respeto a la libertad de cátedra, la cultura de puertas abiertas para recomendaciones y sugerencias, así como el diálogo constante, permitieron que la organización operara con flexibilidad (Madrid, 2018), lo que permitió a la institución educativa continuar con sus operaciones a través de tecnología, a pesar de las dificultades. El cambio en los procesos de la organización fue dramático y disruptivo, pues antes de la pandemia la institución no contaba con plataformas digitales, por lo que tuvo que improvisar con clases digitales. Sin embargo, el liderazgo y las políticas de la escuela alentaron las prácticas en línea.
El liderazgo mostrado en la institución educativa estudiada permitió adaptar una dinámica flexible, que facilitó la interacción, el logro de objetivos, el fomento de la creatividad, la libertad de cátedra y la confianza hacia los subordinados (Jin et al., 2016). Las principales características identificadas en el líder se relacionan con la motivación inspiradora, la consideración individual, la estimulación intelectual, el carisma y la confianza (Bolkan y Goodboy, 2011; Savovic, 2017). En este sentido, considerando que la nueva normalidad y el uso de las TIC cambiarán la dinámica dentro de las organizaciones, el líder de hoy debe desarrollar habilidades y cualidades específicas que le permitan enfrentar los nuevos desafíos, entre ellas, agilidad estratégica, inteligencia emocional, inteligencia cultural, coraje, autenticidad y enfoque (Marr, 2020).
Asimismo, los resultados ratifican los argumentos de Jin et al. (2016), relacionados con la supervivencia organizacional y la existencia de un líder transformacional con estándares morales, éticos y personales; porque este tipo de liderazgo encontrado en nuestro caso de estudio permitió a los miembros de la organización realizar sus actividades de manera satisfactoria; como lo refiere Byung-Jik et al. (2019), el liderazgo transformacional es un catalizador crítico en el equipo de trabajo.
En general, la pandemia destacó el papel de los líderes y las competencias de liderazgo en la remodelación de sus organizaciones para sobrevivir durante la crisis. Además, la institución educativa mostró adaptabilidad organizacional, guiada por el líder, ya que facilitó la adaptación de los integrantes de la institución educativa en el uso de las tecnologías (Siemens, 2004), lo que permitió su supervivencia a pesar del COVID-19 (González, 2015; Uhl-Bien y Arena, 2018).
Finalmente, las competencias de liderazgo promueven la resistencia y fomentan la capacidad de mover la organización después de una crisis, y brindan la fuerza suficiente para responder y mejorar frente a cualquier tipo de crisis (Khalil et al., 2020). Por lo tanto, los líderes deben asegurarse de incorporar un enfoque resiliente y una mentalidad transformadora en la toma de decisiones.
Si bien en la institución estudiada se obtuvieron estos resultados, no son generalizables. Se requiere de la realización de más estudios empíricos, que además del liderazgo aborden de manera longitudinal los resultados en el aprendizaje, debido a que como investigaciones señalan: no todos los estudiantes contaban con los medios, recursos, espacios, y condiciones para conectarse y continuar con su educación (Dussel, 2022; Hamburg y Lütgen, 2019; Ramsetty y Adams, 2020; Valle-Cruz y Sandoval-Almazán, 2020). Así como investigar si los objetivos de aprendizaje se cumplieron con los estudiantes que sí tenían acceso a la conectividad, pero que mantenían sus cámaras cerradas o no interactuaban con el docente, limitando o nulificando la posibilidad de retroalimentación en beneficio de todos los actores del proceso de enseñanza-aprendizaje y del mismo (Miravalles, 2022).
Conclusiones
La pandemia de COVID 19 ha traído desafíos trascendentales en las instituciones educativas donde el liderazgo en la cima representa un papel fundamental (Watkins y Marsick, 2021), ya que los líderes académicos se han encargado de garantizar la calidad de la instrucción con los recursos disponibles para ellos (Kruse et al., 2020). Por lo tanto, la pandemia es una oportunidad y una innegable obligación de cambio para la mejora a través de los líderes (Fathke et al., 2020) y el aprendizaje organizacional, lo que implica que ante situaciones inusuales o de crisis las instituciones deben aprender de estas experiencias y adaptarse para su supervivencia (Lampel et al., 2009).
Esta investigación presenta un estudio de caso en una institución de educación superior para examinar la efectividad percibida del liderazgo transformacional para enfrentar la contingencia del COVID-19. El estudio contribuye a la literatura sobre liderazgo en tiempos de contingencia al aportar conocimiento sobre el impacto positivo del liderazgo transformacional en la práctica docente ante una situación inesperada y nunca antes vista. Nos permite comprobar que las premisas de este estilo de liderazgo no solo contribuyen al desarrollo de una empresa, sino que también responden a situaciones contingentes que facilitan su adaptación y supervivencia.
Los hallazgos muestran tres factores críticos para la supervivencia de las organizaciones en tiempos de pandemia. En primer lugar, la figura del líder transformacional con características relacionadas con la motivación inspiradora, la consideración individual, la estimulación intelectual, el carisma y la confianza hacia sus trabajadores. En segundo lugar, una organización flexible que permita sobrevivir a la organización en situaciones de incertidumbre como la pandemia del SARS-CoV-2. En tercer lugar, una adecuada estrategia en el uso e implementación de las tecnologías de la información, ya que representaron una oportunidad para improvisar y subsistir en tiempos de pandemia.
Asimismo, se sostiene la necesidad ineludible de adaptarse ante situaciones emergentes. En el caso de los servicios educativos, esto implica agilidad estratégica, flexibilidad, comprensión, acercamiento, trabajo colaborativo y solidario, y una profunda reflexión sobre la naturaleza de los instrumentos pedagógicos que ofrece la tecnología para no perder de vista que son medios para el aprendizaje, y no fines en sí mismos. Lo importante no es cumplir con las actividades, sino verificar que los estudiantes aprendan y estén motivados para hacerlo.
Finalmente, para aquellos interesados en investigar fenómenos emergentes, es conveniente analizar, con el apoyo de los estudios organizacionales, la vida simbólica que prevalece en las organizaciones como resultado de la práctica del liderazgo transformacional, así como la forma en que se construye la cultura organizacional, estructurado en base a este tipo de liderazgo bajo la visión del esquema del sistema psíquico organizacional y su respuesta ante contingencias no solo de salud, sino derivadas de cualquier variable externa e interna en la organización. Es fundamental diseñar un modelo educativo para enfrentar futuras contingencias e identificar el rol del docente en el proceso de enseñanza-aprendizaje en la educación en línea.