Ciencia y Salud, Vol. 9, No. 1, enero-marzo, 2025 • ISSN (impreso): 0378-7680 • ISSN (en línea): 2613-8751
DOI: https://doi.org/10.22206/cysa.2025.v9i1.3337
Recibido: 14 de octubre, 2024 • Aprobado: 3 de diciembre, 2024
Cómo citar: Oliu Lambert, H., & de la Cruz de Oliu, N. A. (2025). Fundamentos filosóficos para una formación ética en las residencias médicas quirúrgicas. Ciencia y Salud, 9(1), 69-79. https://doi.org/10.22206/cysa.2025.v9i1.3337
Resumen
Introducción: Los avances tecnológicos han transformado profundamente la práctica médica, generando una formación quirúrgica más técnica pero fragmentada. Este estudio analizó perspectivas filosóficas para integrar habilidades técnicas, éticas y reflexivas en la formación de residentes quirúrgicos, promoviendo un enfoque integral. Métodos: Se revisaron las ideas de filósofos clave, como Platón, Aristóteles, Nietzsche, Kant, Heidegger, Sartre, Spinoza, Epicuro, Dewey y Freire, relacionándolas con temas fundamentales en la educación quirúrgica, como la ética, la reflexión crítica, la autonomía y la justicia social. Resultados: La relación entre conocimiento, virtud y experiencia se identificó como fundamental para formar cirujanos íntegros, resaltando los principios de Platón y Aristóteles. Heidegger aportó el concepto de temporalidad, destacando la responsabilidad ética en cada intervención quirúrgica. La aplicación del pensamiento crítico y la duda metódica, planteada por Sócrates, Descartes y Ockham, fortaleció la capacidad de análisis clínico. Kant y Nietzsche subrayaron la importancia de la dignidad humana y la moralidad en el trato hacia los pacientes. Finalmente, Epicuro, Spinoza y Freire destacaron la justicia social como un pilar para garantizar una atención quirúrgica equitativa y centrada en el bienestar colectivo. Conclusión: La formación de residentes en ciencias quirúrgicas debe trascender las habilidades técnicas para integrar principios filosóficos y éticos. Este enfoque fomenta cirujanos reflexivos, responsables y comprometidos con el bienestar social, preparados para enfrentar los desafíos de la medicina contemporánea.
Palabras clave: Educación médica, ética quirúrgica, filosofía, formación de residentes, enseñanza médica.
Abstract
Introduction: Technological advances have profoundly reshaped medical practice, leading to more technical yet fragmented surgical training. This study analyzed philosophical perspectives to integrate technical, ethical, and reflective skills into the training of surgical residents, promoting a comprehensive approach. Methods: Key ideas from philosophers such as Plato, Aristotle, Nietzsche, Kant, Heidegger, Sartre, Spinoza, Epicurus, Dewey, and Freire were reviewed, addressing critical themes in surgical education, including ethics, critical thinking, autonomy, and social justice. Results: The relationship between knowledge, virtue, and experience was identified as essential for developing well-rounded surgeons, following principles from Plato and Aristotle. Heidegger’s concept of temporality emphasized ethical responsibility in surgical interventions. Critical thinking and methodological doubt, as discussed by Socrates, Descartes, and Ockham, reinforced clinical decision-making. Kant and Nietzsche highlighted human dignity and morality in patient care. Lastly, Epicurus, Spinoza, and Freire underscored social justice as a cornerstone for fair and patient-centered surgical care. Conclusion: The training of surgical residents must go beyond technical skills to incorporate philosophical and ethical principles. This approach fosters reflective, responsible surgeons committed to social well-being and equipped to address the challenges of modern medicine.
Keywords: Medical education, surgical ethics, philosophy, resident training, medical teaching.
Los avances tecnológicos y científicos han transformado profundamente la práctica médica, conduciendo a una especialización cada vez más fragmentada. Sin embargo, algunos autores han advertido sobre la posible pérdida de habilidades y competencias no técnicas esenciales en el proceso formativo de los médicos residentes. Por ejemplo, Haque et al1, señalan que la creciente carga de trabajo clínico y las presiones por alcanzar competencias técnicas pueden reducir el tiempo dedicado a la enseñanza de habilidades relacionadas con la empatía, la comunicación efectiva y la reflexión ética. Además, la transición hacia un modelo técnico-instrumental en la formación médica puede impactar negativamente en el desarrollo de una visión integral del paciente. Neumann et al2 destacan que los residentes experimentan una disminución en la percepción de su propia empatía a medida que avanzan en su formación, lo que podría relacionarse con el énfasis desproporcionado en habilidades técnicas en detrimento de la reflexión ética y humana.
Un análisis publicado en The Lancet aborda cómo la priorización de subespecialidades y la fragmentación del conocimiento pueden contribuir a la pérdida de la comprensión holística del ser humano. Según Horton3, es crucial equilibrar el avance científico con una educación médica que fomente valores éticos, la responsabilidad profesional y el compromiso con una atención centrada en el paciente.
A partir de las visiones holísticas que plantean la necesidad de formar residentes en ciencias quirúrgicas con una perspectiva integral, surge una reflexión orientada al desarrollo de cualidades éticas, la autonomía y la capacidad de reflexión crítica. Para estructurar esta revisión filosófica, se ha formulado la siguiente pregunta que guía el análisis y permite abordar, desde un enfoque ético y práctico, los elementos necesarios para una formación quirúrgica integral:
¿Cómo puede el residente de cirugía respetar los derechos y la dignidad de sus pacientes, aplicar principios éticos y métodos científicos basados en evidencia empírica, y reflexionar críticamente sobre su práctica para mejorar constantemente?
Y es que, aunque se encuentren referencias a estas preguntas en múltiples programas docentes de residencias quirúrgicas, ninguna hace explícitamente un enfoque con base en el pensamiento original de los filósofos y en su lugar apelan a conceptos ya formados de la pedagogía moderna que no pasan de ser adaptaciones a las necesidades de la modernidad4.
Para responder esta pregunta, se abordan diversas perspectivas filosóficas y pedagógicas que incluyen temas esenciales como la relación entre conocimiento, virtud y experiencia; el ser y la temporalidad; el pensamiento crítico, la verdad y la duda metódica; la moralidad y la dignidad humana; la autonomía y la responsabilidad individual; y la justicia social y el bienestar colectivo. Estos enfoques permiten integrar principios éticos, humanísticos y técnicos en la formación del residente, ofreciendo una visión integral que trasciende la práctica quirúrgica tradicional. El objetivo de esta revisión es analizar las perspectivas filosóficas, éticas y pedagógicas aplicables a la formación de residentes en ciencias quirúrgicas, con el propósito de establecer un modelo de formación integral que defina las cualidades esenciales de un 'residente óptimo'.
La experiencia de los autores sobre la residencia de cirugía se ha construido, primero, como educandos y luego como educadores. En este periodo, que rebasa la década, se ha llegado a la conclusión de que el residente es un ser racional con principios éticos, capaz de enarbolarlos como un estandarte para su práctica cotidiana, independientemente de la concentración de conocimientos obtenidos, su capacidad intelectual para asimilarlos y la moral imperante en el medio social que lo rodea, que influye en la manera de cómo los transmite. Sus principios éticos estarán dotados de la empatía profesional con el enfermo y debe saber cómo aplicarlos en toda ocasión, reconociendo al sujeto de su actuar, devenido en enfermo no como una parte, sino un todo integrado material con un trasfondo psicosocial que influye en su desempeño en el ambiente. El residente debe ser capaz de conocer los límites de su medio y sus límites propios, así como ser consciente de la magnitud del efecto que causa su acercamiento al otro ser y la medida de su capacidad para aplicar en su actuar muchos aspectos de la filosofía que han descrito diversos autores. Con el paso del tiempo, estos aspectos se han integrado a las ciencias modernas en función del bienestar de la persona humana. Y como el residente es capaz de influir en el medio, debe estar abierto y alerta a cómo el medio interactúa con él, para poder retroalimentar sus conocimientos y generar respuestas más efectivas ante estímulos similares.
En el contexto de la educación de los nuevos cirujanos, el conocimiento, la virtud y la experiencia se entrelazan como pilares fundamentales para formar profesionales íntegros y competentes. El conocimiento proporciona la base científica y técnica que sustenta la práctica quirúrgica, garantizando que las decisiones y procedimientos estén informados por la evidencia más actual y rigurosa. La virtud, entendida como la capacidad de actuar con ética, empatía y compromiso, asegura que este conocimiento se aplique de manera responsable, priorizando el bienestar del paciente y respetando su dignidad como ser humano integral. Por su parte, la experiencia permite transformar el conocimiento teórico en habilidades prácticas, mientras refuerza la virtud mediante el aprendizaje reflexivo de las propias acciones y decisiones. Juntos, estos elementos forman un ciclo virtuoso en el que la experiencia nutre el conocimiento, la virtud guía su aplicación y, en conjunto, se desarrollan cirujanos capaces de enfrentar los desafíos de la medicina moderna con excelencia técnica y ética, mejorando continuamente en su práctica.
En su obra “La República”, Platón expresa la idea de que el conocimiento y la virtud son interdependientes, y que la educación debe buscar el desarrollo de ambas dimensiones5. Aristóteles expresa en varias obras, especialmente en uno de sus escritos éticos más importantes, “Ética a Nicómaco”, la idea del desarrollo de la virtud y excelencia humana mediante la experiencia y reflexión6, 7. Desde esta perspectiva, Aristóteles se enfoca sobre la educación y el conocimiento, y según este, el objetivo de la educación es el desarrollo de la virtud y la excelencia humana; de esto se infiere que el objetivo de enseñar a un nuevo cirujano debe ser ayudarlos a desarrollar las habilidades, conocimientos y valores necesarios para ser médicos virtuosos y excelentes, pues el conocimiento se adquirirá a través de la experiencia y la reflexión, por lo que los residentes deben tener la oportunidad de adquirir experiencia práctica en entornos clínicos reales y reflexionar sobre su propia práctica para desarrollar una mayor conciencia de sí mismos y su rol en el cuidado del paciente. En conceptos modernos se conoce que la experiencia es solo una parte de la obtención del conocimiento8-10, pero la idea aristotélica tiene vigencia.
Nietzsche subrayó la relevancia de la experiencia y el aprendizaje práctico, destacando la necesidad de adquirir habilidades a través de la observación y la práctica directa en contextos reales11. En "Ecce Homo" habla sobre su propia formación y su proceso de autodesarrollo, y presenta la idea de que el conocimiento y la sabiduría deben ser ganados a través de la experiencia directa, un concepto aplicable a la enseñanza universitaria en general12.
John Dewey abogó por un enfoque educativo centrado en la experiencia y la reflexión13. Según Dewey, la educación no es solo un proceso de transmisión de información, sino que debe ser un proceso interactivo y colaborativo en el que el aprendizaje se logra a través de la experiencia13. En la educación médico-quirúrgica, esto supone que los estudiantes deben tener la oportunidad de aprender a través de la práctica, observación y reflexión crítica. Dewey también enfatizó la importancia de la continuidad en el aprendizaje y la necesidad de que los estudiantes vean la conexión entre la teoría y la práctica; dando a los educandos la oportunidad de aplicar los conocimientos teóricos en situaciones clínicas reales y, a su vez, reflexionar sobre estas experiencias para mejorar su práctica quirúrgica.
En la práctica quirúrgica, el residente enfrenta continuamente decisiones que impactan la vida de los pacientes, quienes se encuentran en estados vulnerables y transitorios. Esta temporalidad refuerza la responsabilidad ética del residente para actuar con conciencia de la trascendencia de sus intervenciones, reconociendo que cada acto médico es una interacción significativa con el ser del otro en un momento crítico de su existencia. Tal comprensión fomenta una práctica que valora la dignidad humana y la integralidad del cuidado.
Según Heidegger, el objetivo de la educación es ayudar a los individuos a comprender y aceptar su existencia como seres humanos y su rol en el mundo14, lo que en el contexto de la formación médica es necesario ayudar a los residentes a comprender y aceptar su rol como médicos y su relación con los pacientes y la medicina. Heidegger también sostenía que la verdadera comprensión de la realidad se logra a través de la reflexión y el análisis, lo que ayudaría a fomentar en los residentes una reflexión constante sobre su práctica y su relación con los pacientes para ayudarles a desarrollar una comprensión más profunda de su rol como médicos. En su obra "Ser y Tiempo", Heidegger argumenta que la existencia humana es fundamentalmente una existencia en el mundo, y que para entender al ser humano es necesario entender su relación con su entorno. En contraposición a las abstracciones y generalizaciones de la filosofía tradicional, propone el término dasein para referirse a la existencia humana concreta y cotidiana, y argumenta que este es un ser que se encuentra en un constante proceso de autodescubrimiento y de búsqueda de su propio sentido y significado en el mundo15. En las residencias quirúrgicas, esto implicaría una comprensión profunda de cómo los residentes interactúan con su entorno, tanto en términos de la estructura física del hospital como en términos de la cultura de la institución.
El cuidado es una parte fundamental de la existencia humana, y que es a través del cuidado que los seres humanos pueden llegar a comprenderse a sí mismos y a los demás, esto implica una mayor atención a la relación entre los residentes y los pacientes, y una mayor conciencia de la importancia del cuidado y la compasión en la práctica médica. La existencia humana es temporal, y que la comprensión del tiempo es esencial para comprender la condición humana, hecho que debe ser comprendido a cabalidad por todo educando que pretenda curar a enfermos, implicando una mayor conciencia de la importancia del tiempo en la práctica médica, tanto en términos de la gestión del tiempo como en términos de la atención a los pacientes y la toma de decisiones15.
El pensamiento crítico, la búsqueda de la verdad y la duda metódica son elementos esenciales en la formación del residente en ciencias quirúrgicas, que le permiten cuestionar, analizar y discernir de manera sistemática en un campo donde las decisiones tienen un impacto directo en la vida humana. La duda metódica, inspirada en el rigor filosófico, invita al residente a no aceptar verdades preconcebidas, sino a fundamentar cada decisión en evidencia y razonamiento lógico. Este enfoque fomenta la integración de la verdad como un objetivo dinámico, alcanzado a través de la reflexión crítica, la evaluación continua de prácticas quirúrgicas y el compromiso ético con la excelencia en el cuidado del paciente.
Sócrates16 creía en la importancia de la reflexión crítica y la autoevaluación para alcanzar la sabiduría y la excelencia moral, en este sentido el residente quirúrgico debería enfocarse en constituirse como pensador crítico y reflexivo, y ser capaz de cuestionar y evaluar constantemente su propia práctica. Estos estudiantes deben ser alentados a buscar el conocimiento y la verdad a través de la observación y la experiencia, y a reflexionar sobre la ética médica y los valores que guían su práctica. El residente también debe enfocarse en el diálogo y la discusión crítica, tener la oportunidad de discutir y cuestionar las decisiones que se toman en la práctica quirúrgica, y a participar en debates y discusiones éticas y filosóficas.
El principio de la "Navaja de Ockham", que prioriza la simplicidad ante explicaciones igualmente válidas, tiene aplicaciones clave en la formación del residente en ciencias quirúrgicas17. Este enfoque pragmático fomenta el aprendizaje a partir de casos quirúrgicos sencillos que permitan dominar los principios y técnicas fundamentales antes de abordar complejidades mayores. Asimismo, promueve la enseñanza de técnicas simples y eficaces, evitando la complejidad innecesaria en etapas iniciales. En la evaluación del progreso, este principio refuerza la importancia de valorar habilidades esenciales como la comprensión de la anatomía, la fisiología y la toma de decisiones clínicas, en lugar de centrarse prematuramente en procedimientos complejos y poco frecuentes.
Descartes creía que la verdad debe ser alcanzada a través de un proceso de duda metódica, en el cual se cuestionan todas las creencias y se buscan pruebas sólidas para fundamentarlas18. Esto podría implicar que los residentes no acepten la información simplemente por autoridad, sino que busquen pruebas y fundamentos sólidos para cada afirmación médica lo cual se considera una enseñanza basada en la duda metódica. Este también consideró que la razón es la mejor herramienta para alcanzar la verdad y el conocimiento, esto podría implicar que los residentes analicen y evalúen críticamente la información disponible, y utilicen la razón para tomar decisiones y realizar diagnósticos, o sea una enseñanza basada en la razón. Descartes creía que la mente y el cuerpo son dos sustancias distintas y separadas, lo que tuvo un gran impacto en la filosofía y la medicina, que, en el contexto de la enseñanza médico-quirúrgica, implica que los estudiantes comprendan la importancia de abordar al paciente desde una perspectiva integral, considerando tanto los aspectos físicos como los psicológicos y emocionales, como una enseñanza basada en la separación mente-cuerpo. También fue un gran defensor del método científico, que se basa en la observación, la experimentación y la verificación empírica lo que implica que los estudiantes aprendan a diseñar y llevar a cabo estudios científicos rigurosos para probar hipótesis y mejorar la práctica médica.
Baruch Spinoza creía en la importancia de la razón y la ética en la toma de decisiones y la resolución de problemas19. De acuerdo con esto los estudiantes aprenden a analizar y evaluar críticamente las diferentes opciones de tratamiento y diagnóstico, y se les enseña a que tomen decisiones basadas en la razón y la ética, considerando tanto el bienestar del paciente como las consecuencias sociales y éticas de sus decisiones. A los estudiantes se les enseña a comprender la importancia de abordar al paciente desde una perspectiva integral, considerando tanto los aspectos físicos como los ambientales y sociales. Spinoza creía que todo en el universo es parte de la misma sustancia, y que la naturaleza es la fuente de toda la verdad y el conocimiento, y que la verdad se puede alcanzar a través de la razón y la reflexión crítica, y que la superación de prejuicios y dogmas es esencial para el crecimiento personal y el desarrollo de una sociedad más justa19.
Nietzsche, defensor de la experimentación y la innovación, podría inspirar la educación en ciencias quirúrgicas al promover la creatividad y el pensamiento crítico entre los estudiantes. Desde esta perspectiva, los educadores deberían motivar a los residentes a cuestionar las prácticas médicas establecidas y explorar enfoques novedosos para resolver problemas quirúrgicos de manera racional y fundamentada.
Por otro lado, Michel Foucault se enfocó en el poder y la verdad20. En la práctica de la docencia quirúrgica el poder debe ser utilizado para desarrollar habilidades y conocimientos necesarios para la práctica de la cirugía, y la verdad debe ser buscada a través de la investigación y la medicina basada en la evidencia. Al igual que se ha analizado en varios filósofos ya citados, Foucault coincide con la enseñanza crítica y reflexiva, ya que los estudiantes deben aprender a cuestionar los estándares y prácticas establecidos en el campo de la cirugía.
La moralidad y la dignidad humana constituyen pilares esenciales en la formación ética de los residentes en ciencias quirúrgicas, dado que su práctica profesional se encuentra intrínsecamente ligada a decisiones que afectan la vida y el bienestar de las personas. Este proceso formativo no solo implica el desarrollo de habilidades técnicas, sino también el fortalecimiento de principios éticos que guíen una práctica responsable, respetuosa y empática. Reconocer la dignidad intrínseca de cada ser humano exige del residente un compromiso con la equidad, la justicia, con se explicará más adelante, y el respeto por los valores y derechos del paciente, integrando una perspectiva moral que eleve su desempeño profesional a un estándar de excelencia tanto en el dominio técnico como en el humano. El residente, además, debe ser caritativo y humilde, ideas desarrolladas por Francisco de Asís, en su obra “Regla no bulada”21, lo cual se podría fomentar en los educandos mediante un enfoque centrado en el paciente y una actitud empática hacia el paciente.
Kant sostenía que la moralidad no es simplemente una cuestión de preferencia personal o cultural, sino que existe una ley moral universal que debe guiar nuestras acciones22, esto implica que los estudiantes deben aprender no solo los aspectos técnicos de la cirugía, sino también la importancia de actuar de manera ética y moralmente correcta. La ética se basa en el deber y la responsabilidad22, por lo que los estudiantes deben sentir la responsabilidad de actuar de manera adecuada y responsable en todo momento, y no solo cuando se encuentran bajo supervisión, estos deben ser conscientes de que sus acciones tienen consecuencias en la salud y el bienestar de sus pacientes, y deben actuar de manera responsable y ética en todo momento. Otro aspecto importante basado en este enfoque es la importancia de tratar a las personas como fines en sí mismas, y no simplemente como medios para nuestros propios fines, lo que supone el trato con el respeto y dignidad22, y no simplemente como objetos a ser operados. Los residentes deben ser conscientes de que cada paciente es una persona única y valiosa, y que su bienestar debe ser su principal preocupación. Por otra parte, en "Crítica de la razón práctica"22, Kant aborda la ética y la moral, que son aspectos vitales en la práctica quirúrgica, en esta se argumenta que la moralidad se basa en principios universales y en el cumplimiento de los deberes, por lo que los cirujanos deben actuar de acuerdo con principios éticos universales, independientemente de las circunstancias individuales. En su obra “Fundamentación de la metafísica de las costumbres”13 ofrece reflexiones sobre la ética, la estética y la dignidad humana, todas relevantes para la formación y práctica de los residentes quirúrgicos, sobre todo, reconociendo la dignidad intrínseca de cada enfermo.
Nietzsche en su obra "Más allá del bien y del mal" critica la idea de que la moralidad sea una ley universal y objetiva17.
La capacidad del residente para tomar decisiones independientes debe integrarse con la responsabilidad de asumir sus implicaciones, garantizando que cada acción esté orientada al bienestar del paciente y cimentada en principios éticos y técnicos. Este enfoque no solo fortalece su criterio clínico, sino que también lo prepara para enfrentar los desafíos quirúrgicos con compromiso y excelencia. A su vez, la relación entre la autonomía del residente y la del paciente adquiere una importancia crucial, ya que el respeto por la autonomía del paciente implica reconocer su derecho a participar activamente en las decisiones sobre su tratamiento. Este equilibrio ético demanda combinar habilidades técnicas con una sensibilidad humana profunda, promoviendo un cuidado quirúrgico que se sustente en el diálogo, el consentimiento informado y el respeto mutuo, pilares fundamentales para una práctica médica íntegra y profesional.
Kant, en sus obras "¿Qué es la Ilustración?" 11 e "Ideas para una Historia Universal con un Propósito Cosmopolita"12, enfatiza en la autonomía del estudiante y la importancia de pensar por sí mismo, lo que es crucial para los residentes quirúrgicos que deben tomar decisiones autónomas y bien informadas. Kant destaca la importancia del razonamiento crítico y la reflexión, lo que sugiere que los residentes quirúrgicos deben ser capaces de analizar y evaluar críticamente la información para tomar decisiones informadas en el tratamiento de los pacientes. Además, la experiencia práctica y la observación son esenciales, como lo sugiere Kant en "Crítica de la razón pura"22, donde argumenta que todo conocimiento se basa en la experiencia sensible.
Friedrich Nietzsche enfatizó la importancia de la autodeterminación y la autonomía en la vida de los individuos, lo que se entiende en la labor del educador de fomentar la capacidad de los residentes para tomar decisiones y asumir responsabilidades por su propia formación y desarrollo profesional11.
La filosofía de Jean-Paul Sartre se centra en la libertad y la responsabilidad individual23. Los estudiantes deben ser vistos como individuos libres y responsables de su propio aprendizaje y su enseñanza debe ser centrada en el estudiante, y se debe dar a los estudiantes la libertad y la responsabilidad de tomar decisiones y asumir la responsabilidad de sus acciones. La enseñanza debe promover la reflexión y el pensamiento crítico para que los estudiantes puedan desarrollar su propia comprensión de la cirugía y su papel en la sociedad.
“El ser y la nada”24, de Jean-Paul Sartre aborda la existencia humana, la libertad y la responsabilidad. Aunque no es un texto pedagógico, sus conceptos pueden ser aplicados en la enseñanza de residencias quirúrgicas. Sartre propone que los individuos tienen la libertad de actuar, pero también la responsabilidad de sus acciones. En el contexto educativo, esto se traduce en la autonomía de los estudiantes para aprender y decidir, pero con la responsabilidad ética que conlleva. Los docentes y médicos residentes deben cultivar esta autonomía y responsabilidad, guiando a los estudiantes en la construcción de su identidad profesional y en el desarrollo de un compromiso ético con sus pacientes. La autenticidad y la honestidad, valores centrales en la obra de Sartre, deben ser pilares en la relación docente-estudiante y en la interacción con los pacientes. En "El existencialismo es un humanismo"25, Sartre enfatiza la libertad, responsabilidad y elección humana. En la formación quirúrgica, esto se refleja en la continua construcción de la identidad profesional, la autonomía en la toma de decisiones y la valoración de la vida humana. Los docentes y médicos residentes, alineados con el existencialismo, deben guiar a los estudiantes en este proceso, subrayando una vez más la responsabilidad y la ética en la atención médica.
La justicia social y el bienestar colectivo se entrelazan profundamente en la formación de un futuro cirujano, ya que este debe reconocer su labor como un acto no solo técnico, sino también ético y social. El cirujano en formación necesita entender que su habilidad y conocimiento están al servicio de la equidad en el acceso a la salud, priorizando el bienestar de las comunidades, especialmente de las más vulnerables. Este compromiso ético exige una praxis médica que trascienda el individuo, contribuyendo al tejido social mediante la reducción de desigualdades y la promoción de un sistema de salud más inclusivo y justo, donde cada intervención quirúrgica se convierta en un acto de responsabilidad hacia el colectivo.
Epicuro, en su "Carta a Meneceo", subraya la búsqueda del bienestar integral, lo que resuena directamente con la justicia social y el bienestar colectivo en la formación del cirujano. Según esta visión, la docencia debe trascender lo técnico, guiando al residente a tratar al paciente como un ser humano completo, integrando cuidado emocional, espiritual y físico26. Esto conecta con la idea de que la equidad en el acceso a una atención integral es un acto de justicia social. Además, el énfasis en el autoconocimiento y el equilibrio personal del residente, inspirado en Epicuro, Platón y Sócrates, fomenta una práctica profesional ética y sostenible. Asimismo, Spinoza aporta la noción de compasión como base para construir una sociedad justa, lo que implica enseñar al residente a comprender y responder a las necesidades del paciente con empatía, fortaleciendo su rol en la promoción del bienestar colectivo19.
El enfoque utilitarista de Jeremy Bentham, centrado en maximizar el bienestar colectivo, ofrece un marco ético relevante para la formación de cirujanos27. Aplicado a este contexto, implica enseñar a los residentes a realizar procedimientos quirúrgicos de manera efectiva y eficiente, priorizando el mayor beneficio para el mayor número de pacientes. Este enfoque no solo requiere el desarrollo de habilidades técnicas avanzadas y toma de decisiones precisas en situaciones críticas, sino también una reflexión sobre el impacto de sus acciones en la salud individual y colectiva. Además, la filosofía de Bentham destaca la importancia de una educación accesible y orientada a formar profesionales útiles para la sociedad, subrayando que la enseñanza quirúrgica debe ser inclusiva y centrada en habilidades que mejoren la salud y promuevan el bienestar social, alineando la práctica médica con los principios de justicia y equidad27.
Paulo Freire se enfoca en la educación como un medio para la liberación humana y la transformación social28. En este pensamiento se defiende que el objetivo de la enseñanza no debe ser solo el desarrollo de habilidades y conocimientos técnicos, sino también el desarrollo de una conciencia crítica y la promoción de la justicia social en el campo de la salud. La enseñanza debe ser dialogante, basada en la cooperación y la participación de los estudiantes, y debe promover la reflexión crítica sobre las desigualdades sociales y económicas en el acceso a servicios de salud y su impacto en la cirugía. En "Pedagogía del Oprimido"29, Freire presenta un enfoque pedagógico centrado en liberar a los estudiantes de la opresión mediante la conciencia crítica y la acción transformadora. Este propone un aprendizaje basado en el diálogo y la colaboración en lugar de la competencia. Esta pedagogía fomenta la reflexión sobre la práctica médica y las implicaciones éticas y sociales del trabajo médico. Además, se destaca la necesidad de una educación que promueva la conciencia crítica, permitiendo a los estudiantes analizar estructuras que perpetúan la opresión y fomentar la creatividad en la resolución de problemas. En sus obras "La educación como práctica de la libertad"30 y "Cartas a quien pretende enseñar"31, enfatiza la “participación activa” de los estudiantes en su aprendizaje, la importancia del diálogo en la construcción del conocimiento y la reflexión crítica sobre la experiencia y el contexto, que se traduce en un aprendizaje contextualizado, centrado en el estudiante y adaptado a sus necesidades sociales. En su obra "Pedagogía de la esperanza"32 resalta la solidaridad, la empatía y la humanización en la educación, aspectos esenciales en la formación médica para promover una atención centrada en el paciente y en la justicia social.
La formación de los residentes en ciencias quirúrgicas debe trascender el ámbito técnico para integrar principios filosóficos y éticos que promuevan una práctica médica integral, centrada en el paciente como ser humano completo. Este enfoque, fundamentado en el conocimiento, la virtud y la experiencia, requiere una educación que priorice la reflexión crítica, la autonomía responsable y la justicia social, con el fin de formar cirujanos comprometidos tanto con la excelencia técnica como con el bienestar colectivo. Las perspectivas filosóficas revisadas resaltan la necesidad de fomentar habilidades que incluyan la empatía, el razonamiento ético y la toma de decisiones informadas, así como el reconocimiento de la dignidad y los derechos del paciente.
Propuestas como la inclusión de módulos de ética aplicada y filosofía médica, junto con espacios de diálogo crítico y análisis de casos, contribuirían a fortalecer el desarrollo de estas competencias en los residentes. Este modelo formativo no solo busca optimizar los resultados quirúrgicos, sino también humanizar la práctica médica, promoviendo una atención equitativa y accesible. La formación quirúrgica debe orientarse a crear profesionales capaces de reflexionar constantemente sobre sus prácticas, adaptar sus conocimientos a contextos cambiantes y contribuir activamente a la construcción de un sistema de salud más justo e inclusivo.
1. Haque OS, Waytz A. Dehumanization in medicine: Causes, solutions, and functions. Perspect Psychol Sci. 2012;7(2):176-186. https://doi.org/10.1177/1745691611429706
2. Neumann M, Edelhäuser F, Tauschel D, Fischer MR, Wirtz M, Woopen C, et al. Empathy decline and its reasons: A systematic review of studies with medical students and residents. Acad Med. 2011;86(8):996-1009. https://doi.org/10.1097/ACM.0b013e318221e615
3. Horton R. Offline: The crisis of human care in medicine. Lancet. 2017;390(10090):158. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(17)31792-7
4. Díaz Amado E. Filosofía de la Medicina, la necesidad de una perspectiva crítica en Colombia. Rev Latinoam Bioet [Internet]. 2016 Nov 16 [citado 2024 Nov 25];17(32-1):102-123. Disponible en: https://revistas.unimilitar.edu.co/index.php/rlbi/article/view/2018
5. Platón. La República o de lo justo. En: Obras completas. Azcárate P, editor. Madrid: Medina y Navarro; 1872. p. 61-104.
6. Garcés Giraldo LF. La virtud aristotélica como camino de excelencia humana y las acciones para alcanzarla. Discusiones Filosóficas. 2015;16(27):127-146.
7. Aristóteles. Ética Nicomáquea. Traducido por Ross WD. Londres: Loeb Classical Library; 1934.
8. Delgado Saeteros EZ, Lema Cachinell BM, Lema Cachinell AN. Estrategias pedagógicas innovadoras para el desarrollo de aprendizajes significativos en la educación superior. Prohominum. Rev Cienc Soc Human. 2024;6(1):80-88. Disponible en: https://doi.org/10.47606/acven/ph0228
9. Gutiérrez Fernández M, Romero Cuadrado MS, Solórzano García M. El aprendizaje experiencial como metodología docente: aplicación del método Macbeth. Argos. 2011;28(54):127-158. Disponible en: http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0254-16372011000100006&lng=es&tlng=es
10. Smitter Y. La acreditación del aprendizaje por experiencia en la formación docente: Caso Instituto Pedagógico de Miranda. Educere. 2009;13(44):169-176. Disponible en: http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1316-49102009000100020&lng=es&tlng=es
11. Köhler F. Friedrich Nietzsche. Wiesbaden: Vieweg+Teubner Verlag; 1921.
12. Nietzsche F. Ecce Homo. Stilwell: Digireads.com Publishing; 2020.
13. Baldacchino J. John Dewey: Liberty and the Pedagogy of Disposition. Dordrecht: Springer; 2014.
14. Castro Robles YA. Heidegger y la educación. Caminos en la atención al pensar. 2013.
15. Heidegger M. Ser y tiempo. 3ª ed. Madrid: Editorial Trotta; 2012.
16. Nails D. Sócrates. En: Stanford Encyclopedia of Philosophy [Internet]. 2022 [citado 2023 Abr 10]. Disponible en: https://plato.stanford.edu/entries/socrates/
17. Garrett D. Ockham’s Razor. En: Grandy WT, Schick LH, editores. Maximum Entropy and Bayesian Methods. Dordrecht: Springer; 1999. p. 357-364.
18. Descartes R. Selected Philosophical Writings: Discourse on Method, Meditations on First Philosophy, Selections from the Principles of Philosophy. Independently published; 2020.
19. Spinoza B. The Philosophy of Spinoza. Ratner J, Conners S, editores. El Paso: El Paso Norte Press; 2010.
20. Castro. La verdad del poder y el poder de la verdad en los cursos de Michel Foucault. Tópicos. 2016;(31):42-61.
21. Perry MA, Genuin R, Trovarelli CA. Vivir y seguir | Carta de los Ministros generales franciscanos en la ocasión de los 800 años de la Regla no bulada. [Internet]. 2020. Disponible en: https://ofm.org/es/vivir-y-seguir-carta-de-los-ministros-generales-franciscanos-en-la-ocasion-de-los-800-anos-de-la-regla-no-bulada.html
22. Kant I. Three Critiques: Critique of Pure Reason, Critique of Practical Reason, Critique of Judgement. Independently published; 2021.
23. Cumming RD, editor. The Philosophy of Jean-Paul Sartre. Nueva York: Vintage Books; 2003.
24. Sartre JP. El ser y la nada. Buenos Aires: Losada; 2005.
25. Sartre JP. El existencialismo es un humanismo. Barcelona: Edhasa; 1999.
26. Pablo OR. Epicuro: carta a Meneceo. Onomázein. 1999;(4):403-425.
27. Bentham J. Collected Works of Jeremy Bentham. Minerva Classics; 2013.
28. Kohan W. Paulo Freire: A Philosophical Biography. Londres: Bloomsbury Academic; 2021.
29. Freire P. Pedagogy of the Oppressed: 30th Anniversary Edition. 30ª ed. Londres: Bloomsbury Academic; 2014.
30. Freire P. La educación como práctica de la libertad. México: Siglo XXI Editores; 2013.
31. Freire P. Cartas a quien pretende enseñar. México: Siglo XXI Editores; 2012.
32. Freire P. Pedagogía de la esperanza. México: Siglo XXI Editores; 2014.
_______________________________
1 Especialista en Cirugía General, Posgrado en Cirugía Torácica General, Máster en Oncología Torácica, Máster en Bioética, Diplomado en Pedagogía Universitaria. Investigador Adjunto. Universidad Tecnológica de Santiago. ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3779-939X. Email: hernanoliu@docente.utesa.edu.do
2 Especialista en Cirugía General, Especialista en Medicina General Integral, Máster en Dirección de Hospitales, Máster en Investigación Biomédica, Máster en Mastología Quirúrgica Aplicada, Diplomado en Pedagogía. Investigador Adscrito. Pontificia Universidad Madre y Maestra. ORCID: https://orcid.org/0000-0003-1596-2539. Email: n.delacruz@ce.pucmm.edu.do