EDITORIAL

Las pandemias han estado presente a través de la historia de la humanidad, provocando la muerte de millones de personas. Entre las conocidas tenemos: la peste, en el año 541 del Imperio bizantino; la peste negra (1346-1353); la viruela en el siglo xviii; la gripe española de 1918; la gripe asiática (H2N2), en 1957; la gripe de Hong Kong (H3N2), en 1968; y, más reciente, en 1981, la del Virus de Inmunodeficiencia Humana, el VIH, más conocido como SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). Ahora, en el 2020, tenemos el COVID 19. Los vectores identificados para estas pandemias han sido las ratas, el murciélago y el mismo hombre, y solo se han podidos fabricar dos vacunas: la de la viruela y la de la gripe anual.

El hombre se ha mantenido en una lucha constante contra los agentes infecciosos, principalmente las bacterias. Estas van desarrollando resistencia, por lo que los investigadores modifican moléculas de ataque y logran engañar, por el momento, a estos agentes; de ahí las generaciones de antibióticos, por ejemplo, de primera, segunda, tercera y cuarta generación.

Pero con los virus el hombre ha estado perdiendo la batalla. Estos son moléculas de RNA con una cubierta proteica que tienen una enorme capacidad de penetrar al huésped y obligarlo a reproducirse. Entonces, el problema son los virus, y es hacia donde debe dirigirse una de las grandes líneas de investigación en las ciencias médicas. La identificación del virus con las técnicas actuales no es una tarea difícil, pero controlarlo, atacarlo y eliminarlo ha sido el punto débil. Los antivirales que hasta ahora se han desarrollado son específicos para determinadas situaciones, de efectos cuestionables y sumamente caros. 

Las pandemias virales seguirán apareciendo por virus nuevos o mutaciones de los existentes. Lo que hay que replantearse es un gran incremento de la investigación en esta área y revisar los métodos de detección, prevención y control de estas pandemias, pues hasta ahora el organismo rector mundial, que es la Organización Mundial de la Salud, ha tenido un comportamiento bastante errático, por el manejo inadecuado de la información y la sugerencia de medidas inadecuadas.