El medicamento genérico es aquel que adquiere el nombre de la sustancia medicinal original que lo contiene.
Una vez que la patente original caduca, las farmacéuticas reproducen este medicamento con la misma composición cualitativa y cuantitativa en principios activos, manteniendo la bioequivalencia con el original.
No existen diferencias entre el genérico y los medicamentos de marca, pero los primeros resultan ser más económicos, hasta un 60 %, porque no se agrega el costo de la investigación del medicamento.
Los fármacos genéricos se someten a los mismos procedimientos y controles que los demás medicamentos, previo a su autorización por los ministerios de salud correspondientes.
Su precio puede cambiar de un país a otro, dependiendo de los impuestos locales.
Las cuotas del mercado de medicamentos en relación con los genéricos varían según los países: menos de 40 % en Suiza, Grecia, Francia y Portugal. Dinamarca y Polonia presentan entre 40-60 %, mientras que las cuotas más elevadas (mayor del 60 %) refieren a Holanda, Alemania y Reino Unido. En la actualidad, más de ocho de cada diez recetas que se suplen en los Estados Unidos son para medicamentos genéricos, lo que ha generado un ahorro de billones de dólares al sistema. El ingreso de los medicamentos genéricos promueve el descenso del precio de los medicamentos de marcas.
Los gobiernos deben aprovechar el bajo costo de estos medicamentos para hacerlos llegar a la población, a través de sus sistemas de salud, pero algo sumamente importante es tener los adecuados controles de calidad de estos productos.
Dr. Elbi Morla
Editor
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