La obesidad es una enfermedad inflamatoria crónica que produce efectos sobre el sistema cardiovascular. Cuando se presenta desde la niñez, condiciona el desarrollo precoz de alteraciones metabólicas.
Los adolescentes con un alto índice de masa corporal (IMC) muestran un riesgo 40% mayor de morir al llegar a la adultez. En niños y adolescentes, el síndrome metabólico (SM) está asociado con la resistencia a la insulina (RI) y al factor racial.1-3 La obesidad es una epidemia mundial que ha aumentado en las últimas décadas, impactando de forma importante en la edad pediátrica, lo que predispone a la aparición de trastornos y padecimientos que anteriormente eran frecuentes en la edad adulta, tales como el síndrome metabólico.
Este síndrome comprende un conjunto de factores metabólicos interrelacionados, como son la resistencia a la insulina, la hiperinsulinemia, la obesidad abdominal, la intolerancia a la glucosa, la dislipidemia, la hipertensión y un estado pro-inflamatorio y protrombótico. Es una causa común del desarrollo de la enfermedad vascular aterosclerótica y la diabetes tipo 2. La predisposición genética y los factores ambientales, tales como la inactividad física y el aumento en la ingesta de calorías, son los responsables de la predisposición al síndrome metabólico.
Existen varios criterios clínicos para el diagnóstico del síndrome metabólico. Los más aceptados fueron elaborados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Grupo Europeo para el Estudio de Resistencia a la Insulina (EGIR), el National Cholesterol Education Program y el Adult Treatment Panel (NCEP-ATP III). Todos los grupos acordaron sobre los componentes básicos del síndrome metabólico: obesidad, resistencia a la insulina, dislipidemia e hipertensión. Sus criterios son similares en muchos aspectos, pero también revelan diferencias fundamentales en el posicionamiento de las causas predominantes de este síndrome.
Material y métodos
Se realizó un estudio descriptivo retrospectivo, con el objetivo de determinar la frecuencia del síndrome metabólico en niños y adolescentes obesos del servicio de Endocrinología Pediátrica del Hospital Infantil Dr. Robert Reid Cabral, durante el período 2010-2015.
El total de expedientes clínicos de los pacientes con obesidad analizados fue de 223, de estos solo seis (6) expedientes cumplieron con los criterios de inclusión en el diagnóstico del síndrome metabólico según la OMS, donde tres de los siguientes factores de riesgo cardiovascular deben estar presentes: obesidad, hipertensión arterial, hipertrigliceridemia, disminución de HDL, resistencia a la insulina, hiperglicemia en ayunas o diabetes mellitus tipo 2.
Además de los factores de riesgo antes señalados, se incluyeron como variables de estudio el sexo, la edad, el IMC, la procedencia y la presencia de acantosis nigricans.
Resultados
De los 223 expedientes clínicos de los pacientes con obesidad que visitaron el Departamento de Endocrinología en el período 2010-2015, únicamente 6 casos (2,7%) cumplieron con los criterios de inclusión en el diagnóstico del síndrome metabólico.
El grupo etario más afectado fue de 9-15 años, todas femeninas, procedentes de la provincia de Santo Domingo.
El 83.3% presentó acanthosis nigricans; un 16.7%, hipertensión arterial; el 66.7%, triglicéridos elevados; un 83.3%, hipercolesterolemia; un 33.3%, hiperglicemia en ayuno; hiperinsulinemia en ayunas, el 83.3%. Todos presentaron índice HOMA elevado y 2 casos calificaron como DM2.
Discusión
La presente investigación permitió conocer la frecuencia de síndrome metabólico en niños con obesidad, la cual fue de 2.7%. El grupo de edad más afectado fue de 9-15 años, con un 83.3%, siendo el sexo femenino el más frecuente, difiriendo con Cárdenas et al.12 en su estudio, en el que no hubo diferencias significativas entre ambos sexos. Dentro de los factores valorados está la presión arterial, donde el 83,3% presentó presión arterial alta, contrario a lo revelado en el estudio de Elíascalles, 13 en el que la hipertensión arterial fue de 26,08%.
De acuerdo al estudio The National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES III),14 la prevalencia del síndrome metabólico (SM) en niños y adolescentes obesos quintuplica a la de los eutróficos (32,1% vs 6,4%), la de los blancos triplica a la de los negros (7,1% vs 2,6%) y la de los insulinorresistentes duplica a la de los insulinosensibles (50% vs 25%). El síndrome metabólico (SM) aumentó en la última década en la población general (de 6,4% a 10%) y en los obesos (de 28,7% a 32,1%).
Burrows et al.,15 en su estudio Síndrome metabólico en niños y adolescentes: asociación con sensibilidad insulínica y con magnitud y distribución de la obesidad, observaron que el 39% de los pacientes tenían triglicéridos elevados y el 76% tenía colesterol HDL bajo. Además, el estudio reveló que el factor menos prevalente fue la elevación de la glucosa más de 100 mg/dl para un 3.7%.
Cárdenas et al.12 reportan una prevalencia de síndrome metabólico de 9.4%, sin que se observaran diferencias significativas entre los sexos. Los distintos componentes de SM tuvieron la siguiente prevalencia: hipertigliceridemia, 24.4%; obesidad abdominal, 20.1%; colesterol de alta densidad (HDL–c) bajo, 19.0%; niveles de glucosa elevados, 11.4%; hipertensión arterial, 9.1% (diastólica) y 5.9% (sistólica). Los fenotipos de predicción de SM fueron índice de masa corporal (IMC) (OR = 4.93, IC95%: 2.26, 10.73), e interacción entre el IMC del adolescente y sus antecedentes familiares de obesidad (OR= 1.37, IC95%: 1.0, 1.87). Asimismo, se observó que la diabetes tipo 2 familiar solo tuvo un efecto marginal.
Elías-calle13 encuentra para los distintos parámetros del SM lo siguiente: 100% CC>p90 para edad y sexo; 26,08%, hipertensión arterial; 15,94%, hipertrigliceridemia superior a 150mg/dl; 10,86% HDL < 40mg/dl; 7,97%, glucemia en ayuno por encima de 100mg/dl. En conjunto, la prevalencia de SM fue del 19,6%. Sintetizando, cuando comparamos distintos parámetros antropométricos y bioquímicos en los pacientes con 1 o 2 criterios de SM frente a los que presentan SM completo, se observa que, a mayor número de criterios de SM, el grado de obesidad y la RI son significativamente mayores.
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