Editorial

Avanza el 2019, nos toca compartir el segundo número de Ciencia y Educación correspondiente a este año y celebramos con regocijo, como siempre, un nuevo número que nos trae interesantes colaboraciones, las cuales invitamos a leer con reflexión crítica, no solo respecto a los autores y sus planteamientos, sino sobre nuestras propias ideas y prácticas. 

Leer un artículo sin que nos cuestione o nos motive a mejorar, no es buen signo. La apertura a nuevos aprendizajes y el cuestionamiento de nuestras ideas deben ser rasgos constantes de quienes estamos comprometidos con la educación. Confieso que con cada número que me toca compilar, aprendo. Aprendo de los contenidos de las colaboraciones, de las interacciones con los autores, de las opiniones de los revisores, del proceso de publicación. Por eso me complazco con un nuevo número, porque con él siento que cumplo también con mi misión de maestro; no puedo dejar de compartirlo con ustedes, los lectores, como verdaderos protagonistas del quehacer de una revista. Los invito, pues, a regocijarse conmigo, incluso, a llevar a otros lo que publicamos, a discutirlo, a reflexionar en comunidades de aprendizaje/práctica las implicaciones de lo que los autores nos traen. Así, todos aprenderemos.

Nos satisface que Ciencia y Educación sea una revista ampliamente leída, y confiamos en que tendrá ese impacto de aprendizaje transformador que buscamos promover con nuestras publicaciones. Nuestro portal habla por sí mismo, da fe de la recepción que han tenido los artículos publicados; del primer número ya tenemos uno con más de 1500 lectores registrados, entre vistas y descargas, hecho que nos emociona e incentiva a continuar trabajando. Sin duda, este es el resultado de la decisión de ser una revista de acceso abierto, acorde con los tiempos actuales, cuyo objetivo es que nuestro acto pedagógico “escondido” en cada número esté al alcance de todos. 

Las publicaciones de resúmenes y de enlaces a través de Facebook y Twitter tienen el mismo propósito de apertura y de divulgación. Así completamos nuestra labor de difusión y buscamos un mejor posicionamiento. Un logro significativo y que da cuenta de nuestro compromiso, siendo aún una revista joven, es que hayamos sido incluidos en Latindex, contando así con nuestra primera indexación. Para ello ha sido imprescindible el apoyo de la Dirección de Divulgación y Publicaciones Científicas del INTEC, que nos ha abierto esa puerta, primera de muchas por venir.

El propósito no es solo cualificarnos en el mundo editorial, sino atender nuestra vocación y compromiso con el acto pedagógico y su alcance. Nos toca seguir abriendo las puertas de nuevos conocimientos para nuestros lectores, ofrecerles planteamientos novedosos e innovaciones. Esa es parte fundamental de nuestra misión.

Según Repiso (2015), una revista de calidad se caracteriza por “la rápida difusión de información científica inédita y veraz, y la calidad de la revista como medio de difusión científica” (p. 46); sin embargo, el mismo autor plantea que muchas de ellas no llegan a ser “revistas de impacto”. Aceptamos la caracterización de esa calidad hecha por el autor, a veces no exhibidas por revistas similares a la nuestra (Cordero, Carrillo, López y Zepeda, 2019) aun cuando trabajamos en lograr el propósito y satisfacer los estándares. No obstante, seguimos afirmando que el verdadero impacto va más allá de los índices fácilmente calculados. Por algo el mismo Repiso expone:

Por tanto, si como autores creemos que el principal objetivo es la divulgación de los resultados de nuestros trabajos, elegiremos siempre aquellas revistas que realizando procesos de evaluación y verificación serios, tengan mayores posibilidades de llegar a nuestro lector objetivo, renunciando si es necesario a revistas con un mayor impacto en la comunidad internacional a favor de una difusión más exhaustiva y eficiente (p. 48).

La confesión de Repiso se reproduce en cada autor que nos confía sus colaboraciones, consciente del “impacto” que busca en su “lector objetivo”. Buscamos también, e insistimos, que nuestros lectores sean cómplices de esa difusión, referenciando lo que publicamos para convertirlo en instrumentos de reflexión de comunidades de aprendizaje.

En este número compartimos tres artículos. En uno de ellos presentamos una innovación ligada al arte, la creatividad y la cultura en infantes; en otro, y en el contexto de la Educación Superior, contamos con un excelente análisis de las tendencias y retos de la misma en República Dominicana. Finalmente, completamos esta entrega con una investigación sobre el concepto de corrupción en estudiantes de la carrera de Educación. Tres artículos que deseamos se conviertan en ocasiones de aprendizaje y reflexión para nuestros lectores y su entorno. Para cerrar el número, ofrecemos dos “Ecos educativos”; uno, la reseña de un libro, también de libre acceso, sobre la trandisciplinariedad. Otro, sobre un interesante seminario dedicado a las buenas prácticas docentes. 

Como integración del número, y para asegurar el impacto que buscamos, los invitamos a leer los artículos de manera vinculante. Abordemos la corrupción, de tan necesario estudio y comprensión para erradicarla en todas sus manifestaciones, con una aproximación creativa y artística, desde una perspectiva transdisciplinaria, Enfoquemos nuestro quehacer en la educación superior con los retos derivados de esa búsqueda integradora y asumámoslos haciendo de la reflexión crítica una constante. Hagamos, pues, de la lectura de este número, de una revista que se compromete con la calidad, una “Buena Práctica” que nos impacte individual y colectivamente.