Introducción
Los jardines botánicos son instituciones científicas y educativas fundamentales para la conservación de la naturaleza, en particular de los recursos fitogenéticos. Como instituciones, son esenciales en el desarrollo de actividades de investigación y conservación ex situ e in situ (Volis, 2017), educación ambiental (Xia et al., 2021), divulgación científica (Benito y Pequeño, 2017) y en el entrenamiento de personas (Cerati, 2018). Por ello, la responsabilidad social de estos en la preservación de las plantas se extiende más allá de los espacios físicos en los que se disponen cada una de las colecciones vivas que preservan y ofrecen como experiencia educativa y científica al público.
Las colecciones de cactus en jardines botánicos alrededor del mundo ofrecen la oportunidad para conducir una amplia variedad de investigaciones relacionadas con caracteres, sistemática y taxonomía (Gibson et al., 1986), fenotípicos, citogenética, fisiología (por ejemplo, Huber et al., 2018), biología comparada, estudios filogenéticos (por ejemplo, Edwards et al., 2005), entre otros. Estas colecciones pueden ser utilizadas como modelos para desarrollar metodologías que puedan ser implementadas en poblaciones y comunidades naturales (Hultine et al., 2016). Además de su importancia en actividades de investigación, son esenciales en el desarrollo de programas de conservación y experiencias de educación ambiental.
Hasta principios del siglo xxi, el Jardín Botánico de Santo Domingo Dr. Rafael M. Moscoso1 fue el único jardín botánico en República Dominicana. En el año 2017, se fundó el Jardín Botánico de Santiago Prof. Eugenio de Jesús Marcano2 que, desde su creación, ha apostado al estudio y conservación de los grupos biológicos más amenazados de la isla. Ubicado en la zona de vida Bosque Seco Subtropical (Bs-S), el Jardín Botánico de Santiago se encuentra desarrollando una colección viva de las diferentes cactáceas y otras especies de los ecosistemas áridos de la isla y la región Neotropical3.
El objetivo de este trabajo es presentar una lista de las especies de las cactáceas existententes a la fecha en el pabellón de cactus y suculentas del Jardín Botánico de Santiago, con anotaciones sobre su distribución geográfica, sus usos etnobotánicos y estado de conservación; así como hacer más visible este espacio creado con la intención de conservar de forma ex situ la diversidad de cactáceas.
¿Por qué proteger las especies de cactáceas en República Dominicana?
Alrededor del 31 % de las especies de cactáceas a nivel global se encuentran bajo algún riesgo de extinción (Goettsch et al., 2015) y el 75 % de las poblaciones, en tendencia de decrecimiento (Hultine et al., 2016). En La Española, se estima que existen aproximadamente 35 especies de cactáceas (Majure et al., 2021), de las cuales 20 se encuentran bajo alguna categoría de amenaza (Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología [MESCyT], Jardín Botánico de Santo Domingo [JBSD] y Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales [MIMARENA], 2016). De estas, ocho se encuentran en Peligro Crítico (CR), nueve en estado Vulnerable (VU) y tres En Peligro (EN). Este escenario supone una pérdida significativa de la biodiversidad dentro de este grupo y un problema de importancia para la biología de la conservación local.
Las principales amenazas a las que se enfrentan las cactáceas de República Dominicana son la destrucción y fragmentación de sus hábitats por diversas actividades humanas (MIMARENA, 2011), lo que provoca un decrecimiento considerable de las poblaciones naturales (Gann, 2013; Gann, 2017). Asimismo, existen vacíos de conocimiento de línea base que dificultan el diseño de estrategias de conservación, como son la falta de estudios taxonómicos (Taylor, 2017), evaluación del estado actual de las poblaciones naturales (Negrón-Ortiz y Griffith, 2017b), usos etnobotánicos locales, biología reproductiva, historia natural y rangos de distribución de las poblaciones (Negrón-Ortiz y Griffith, 2013; Negrón-Ortiz y Griffith, 2017a, 2017b; Griffith y Taylor, 2017), entre otros.
Metodología
Se partió de un listado de especies provisto por el Departamento de Botánica del Jardín Botánico de Santiago, que luego fue corroborado con visitas al pabellón de cactus y suculentas. El estatus geográfico de las especies fue definido con base en la literatura especializada, el Catálogo de Plantas con Semillas de las Indias Occidentales (Acevedo-Rodríguez y Strong, 2012) y los tipos biológicos, según Barthlott y Hunt (2004). La organización sistemática de las especies sigue la clasificación de las angiospermas APG IV (APG, 2016), la corrección taxonómica de los nombres se realizó de acuerdo con el compendio World Flora Online4 (WFO, 2022) y los nombres comunes asignados a las especies son los reportados en el Diccionario de Nombres Vulgares de La Española (Liogier, 1974). El estado de conservación de las especies fue definido con base en dos criterios: los publicados por la UICN en su portal The IUCN Red List of Threatened Species5 y la Lista Roja de la Flora Vascular en República Dominicana (MESCyT, JBSD y MIMARENA, 2016).
Resultados
El pabellón de cactus y suculentas (Figura 1) se encuentra en sus primeros años de establecimiento. Actualmente, la colección viva comprende 22 especies, distribuidas en 14 géneros: Acanthocereus (Engelm. ex A. Berger) Britton & Rose, Brasiliopuntia (K. Schumann) A. Berger, Cereus Miller, Consolea Lemaire, Cylindropuntia (Engelmann) F. M. Knuth, Epiphyllum Haworth, Harrisia Britton, Leuenbergeria Lodé, Mammillaria Haworth, Melocactus Link & Otto, Opuntia Miller, Pilosocereus Byles & G. D. Rowley, Selenicereus (A. Berger) Britton & Rose y Stenocereus (A. Berger) Riccobono. Nueve de las especies son nativas y otras nueve introducidas (Tabla 1). Las restantes cuatro especies son endémicas de la isla [Harrisia divaricata, Leuenbergeria marcanoi, Leuenbergeria quisqueyana y Melocactus lemairei] (Figura 2).
Las especies sembradas en el pabellón provienen de diferentes ecosistemas naturales de la isla, particularmente de los terrenos en donde se construyó la planta fotovoltaica Montecristi Solar6.
En la colección hay individuos que permanecen anclados al suelo y otros que se han independizado totalmente de este. La especie se ha tipificado en función de la circunstancia predominante.
Entre las especies sembradas en el pabellón de cactus y suculentas predominan, fundamentalmente, las formas de vida arbustiva, columnar y cladodio (Figura 3a). Una menor proporción de las especies son globosas y epífitas. Para la especie Selinecereus undatus (pitahaya) se pueden encontrar individuos epífitos y trepadores. En el caso de los arbustos sobresalen, particularmente, las especies del género Leuenbergeria y Cylindropuntia, entre las columnares Cereus y Pilosocereus. Los cladodios más característicos del Pabellón son C. moniliformis (alpargata) y O. cochenilifera. Mientras que la especie globosa más típica es el M. lemairei (melón de breña). El principal uso de las especies representadas en esta colección viva es ornamental, seguido de los usos comestibles y medicinales (Figura 3b). Algunas de las especies son utilizadas con múltiple propósito (Tabla 1), en función de la región y las prácticas culturales asociadas a las comunidades en donde crecen o son cultivadas.
De acuerdo con las evaluaciones de la UICN, solo dos especies presentan un grado de amenaza: L. quisqueyana (CR B1ab(iii)+2ab(iii)) y L. marcanoi (VU B2ab(iii)). En cambio, la lista roja nacional incluye cinco especies en la categoría de VU y tres en CR (Tabla 1); asimismo, se considera que 13 de estas especies no han sido evaluadas a los fines de definir un estado de conservación. Todas las especies, a excepción de las del género Leuenbergeria y las cultivadas S. undatus y O. microdasys, se encuentran protegidas por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), en su apéndice II.
Discusión
Los jardines botánicos juegan un rol fundamental en el desarrollo de acciones de conservación, investigación y educación, orientadas a rescatar la diversidad de las cactáceas (Hultine et al., 2016). Por ello, cada acción técnica y divulgativa desarrollada por el Jardín Botánico de Santiago, que aborde contenidos de este grupo, es esencial para seguir avanzando en la tarea de conservar su biodiversidad en el plano local y, consecuentemente, en la región.
Aunque las cactáceas son un grupo ampliamente amenazado a lo largo de todo el continente americano (Goettsch et al., 2015), los esfuerzos del Jardín Botánico de Santiago deberán orientarse a una línea de trabajo que ponga como prioridad las especies autóctonas de la isla, dado que, actualmente, un poco menos de la mitad de las especies establecidas en el pabellón tienen su origen geográfico fuera de esta. En el corto plazo, los aspectos más relevantes son seguir aumentando el número de especies y diseñar una estrategia formal de conservación ex situ, incluida una agenda de investigación que haga énfasis en llenar los vacíos de conocimientos de línea base que persisten en torno a la sistemática y taxonomía (Taylor, 2017), al estado de las poblaciones naturales (Negrón-Ortiz y Griffith, 2017b) y a la historia natural de las especies de cactus de la isla (Negrón-Ortiz y Griffith, 2013; Negrón-Ortiz y Griffith, 2017a, 2017b; Griffith y Taylor, 2017). Otro aspecto importante, y en el que tiene un rol preponderante el Jardín Botánico de Santiago, por su condición de institución científica y educativa, es la evaluación del estado de conservación de las especies endémicas y nativas que no han sido evaluadas aún. Asimismo, urge la actualización de evaluaciones, que ya hace más de una década fueron realizadas. El cambio climático global es responsable de que alrededor del 75 % de las especies de cactus se encuentren en declive (Hultine et al., 2016), por lo que un aspecto fundamental dentro de esta estrategia de conservación será entender cómo este fenómeno está afectando y afectará a las especies de cactáceas en la isla.
Agradecimientos
Los autores agradecen a la Administración y Departamento de Botánica del Jardín Botánico de Santiago Prof. Eugenio de Jesús Marcano por facilitar el listado de las especies, permitir acceso y acompañar en los levantamientos en el área del pabellón de cactus y suculentas.