1. Introducción
Los manglares proveen una gran variedad de componentes de biodiversidad que son primordiales para el funcionamiento y la calidad ambiental de los ecosistemas costeros tropicales. Dentro de los servicios ecosistémicos dominantes de los manglares podemos mencionar el mantenimiento de hábitats costero-marinos, la provisión de alimentos y refugio para una gran variedad de organismos a diferentes niveles tróficos. Los seres humanos además de utilizar los servicios del manglar de forma directa, se benefician de forma indirecta, pues éstos contribuyen con la protección de las comunidades costeras de múltiples maneras, como en la reducción de las energías de las olas, reciclaje del nitrógeno y mejora de la calidad de las corrientes de agua (CONABIO, 2008).
Además, los mangles son transferidores de grandes flujos de energía a los sistemas marinos, gracias a su capacidad de evapotranspiración, sirven como fuente de enfriamiento natural para las comunidades cercanas, actúan como sumideros naturales de CO2, son excelentes detoxificadores y amortiguadores de inundaciones, hábitat de los estadios juveniles de cientos de especies de peces, moluscos y crustáceos (Cabral, Mantilla & Quiñones, 2010).
Los árboles de mangles presentan interesantes adaptaciones a su ambiente acuático, algunos como el género Rhizophora posee raíces adventicias, otros tienen raíces aéreas con geotropismo negativo (neumatóforos) como en Avicennia sp. La mayoría poseen semillas o plántulas vivíparas. Las raíces, troncos, hojas y semillas sumergidas, así como los que se encuentran en la zona intermareal, proporcionan un único hábitat para los hongos marinos (Chapman 1976; Sarma & Hyde, 2001).
A nivel mundial se estima que la superficie correspondiente a los manglares es de aproximadamente, 16,530,000 ha (León, 2001). En la República Dominicana ocupan una superficie de 257.40 km2 (MIMARN, 2012) equivalente a 25,740 ha, representando el 0.155 % del total mundial. Las especies de mangles reportadas para el país son mangle rojo (Rhizophora mangle), mangle blanco (Laguncularia racemosa), mangle prieto (Avicennia germinans) y mangle botón (Conocarpus erectus) (CIBIMA, 1992).
La región del Caribe es uno de los 25 puntos geográficos de más alta biodiversidad en el mundo. El 11% de la vegetación primaria en la región contiene un 2.3% de plantas endémicas y un 2.9% son vertebrados (Myers et al., 2000). Estos valores nos indican que la región debe ser considerada de prioridad para la conservación.
En las comunidades de mangle existe una dominancia de hongos ascomicetes en relación a otros grupos taxonómicos. De acuerdo a Kohlmeyer & Kohlmeyer (1979), y Hyde & Sarma (2000), estos organismos tienen un conjunto de adaptaciones que le han permitido su sobrevivencia en este medio.
En la actualidad, aproximadamente 70,000 especies de hongos han sido descritas, esto representa un 5% de 1.5 millones de especies existentes según Hawksworth (1991, 1993); May (1996) y Raven y Wilson (1992).
Algunos autores como Hawksworth (1991, 2001, 2012) y Blackwell (2011) calculan que deben existir aproximadamente entre 1.5 y 5.1 millones de especies de hongos en el mundo. La mayor parte de las especies conocidas corresponden a regiones templadas del hemisferio norte.
En la mayoría de los inventarios, las especies de hongos en la región son nuevos para la ciencia, aproximadamente entre un 15-30% (May, 1996). Minter, Rodríguez-Hernández & Mena-Portales (2001) compiló sobre las especies de hongos en la región del Caribe, y publicó un total de 11,268 especies de hongos para Bahamas, Antillas Menores, Venezuela, Colombia y Honduras.
En las Antillas Mayores, más de 5,000 colecciones de Basidiomycetes fueron reportadas, y de estas, aproximadamente 400 especies fueron clasificadas (Cantrell, Lodge & Baroni, 2001; Lodge, Baroni & Cantrell, 2002).
Pocos proyectos de investigación sobre micología han tratado de cuantificar la diversidad de hongos en la República Dominicana. Sin embargo, en 1996, con el proyecto Basidiomycetes de las Antillas Mayores se inventarió: Puerto Rico, Jamaica, St. John, Islas Vírgenes y la República Dominicana. Ese proyecto fue dirigido por la Dra. D. J. Lodge, del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, con la finalidad de determinar la diversidad de especies de hongos en la región del Caribe. Sin embargo, en el inventario no se incluyeron los chytridiomycetes, zygomycetes, pucciniales (royas), ni los hongos de ambientes marinos.
Los hongos, a pesar de su importancia y elevado número, han sido poco estudiados y permanecen pobremente documentados, especialmente en África y Suramérica.
Cytospora rhizophorae es un hongo patógeno y causa la muerte regresiva del mangle. Fue descrita por Kohlmeyer y E. Kohlmeyer en 1971. Los cuerpos fructíferos son de color amarillo anaranjado, dando la apariencia de hilos, y requiere de una herida para infectar el huésped. Estas heridas pueden ser de origen biótico (herbívoros, macro invertebrados) o por acción física (tormentas, corte). Esta especie está adaptada a las altas temperaturas y concentraciones elevadas de salinidad.
El objetivo de esta investigación fue determinar la distribución geográfica y la epidemiología de Cytospora rhizophorae, en la República Dominicana.
2. Metodología
2.1 Área de estudio
Se seleccionaron cuatro parques nacionales, los cuales describimos brevemente a continuación, en base a Feliz & López Belando (2010).
El Parque Nacional Los Haitises, está localizado en el extremo Nordeste de la República Dominicana, en las provincias Monte Plata, Hato Mayor y Samaná. Tiene una extensión de 1,315 km2, incluyendo varios cayos. La flora y la vegetación de este parque se caracterizan por ser un bosque húmedo.
Parque Nacional Jaragua, está localizado en el extremo Suroeste de la República Dominicana, en la provincia Pedernales. Tiene una extensión de 1,536 km2, incluyendo la Isla Beata y otros islotes. La flora y la vegetación de este parque se caracterizan por ser un bosque seco.
Parque Nacional del Este está localizado en el extremo Sureste de la República Dominicana, en la provincia La Altagracia. Tiene una extensión de 420 km2, incluyendo la Isla Saona. La flora y la vegetación de este parque ha sido una de las más estudiadas.
Parque Nacional Monte Cristi, está localizado en el extremo Noroeste de la República Dominicana, en la provincia Monte Cristi. Tiene una extensión de 550 km2, incluyendo los cayos Siete Hermanos. La flora y la vegetación se caracterizan por ser un bosque seco.
2.2 Caracteres micológicos evaluados
Colección del material
Los especímenes se colocaron en bolsas de papel y se hicieron las descripciones macroscópicas de los cuerpos fructíferos y se tomaron anotaciones sobre el hospedero donde fue colectado, con la finalidad de identificar el género y la especie de la planta hospedera. Se tomaron fotografías insitu y se observó el daño que le proporciona a la planta. Las muestras se llevaron al laboratorio y se colocaron en un deshidratador portátil para su secado, a una temperatura de 30°C, entre 12 a 24 horas.
Descripción del material
Las características tomadas en cuenta fueron:
Morfología de los conidios, tipo de pared (lisa u ornamentada), color, tamaño, y presencia de estructuras estériles. Las muestras fueron montadas en lactofenol para ser observadas a través de un microscopio óptico. Dibujos microscópicos se realizaron con la ayuda de una cámara lúcida.
Se realizó microscopia electrónica de Barrido en la Unidad de Microscopia de J. W. Goethe Universidad (Frankfurt del Meno, Alemania).
3. Resultados
Más de 30 especímenes de Cytospora rhizophorae fueron colectados en el Parque Nacional Monte Cristi, sobre Rhizophora mangle (Rhizophoraceae).
Cytospora rhizophorae, Kohlm y E. Kohlm., Mycologia 63(4), 847 (1971).
Descripción original en Kohlmeyer y Kohlmeyer, Mycologia 63(4), 847 (1971).
Hospederos: Sobre Laguncularia racemosa: Brazil (Trierveiler-Pereira, Baltazar & LoguercioLeite, 2008). Sobre: Rhizophora mangle: Brazil, Florida, Hawaii, Louisiana (Trierveiler-Pereira et al., 2008; Kohlmeyer & Kohlmeyer 1971; Kepley, Reeves, Jacobi & Adams, 2015; Tattar, Klekowski & Stern 1994; Tattar & Wier 2002; Wier, Tattar & Klekowski, 2000); y sobre Rhizophora sp.: Papúa Nueva Guinea y Australia (Shaw 1984, 1989).
Distribución: Pantropical (Farr & Rossman, 2017). Se ha reportado en Guatemala, Florida, Hawaii (Kohlmeyer & Kohlmeyer 1971); India (Nambiar & Raveendran 2008; Chinnaraj 1993); Brasil, Bahamas, Bermuda, Liberia, Martinica, Sierra Leona (Trierveiler-Pereira et al., 2008), Papúa-Nueva Guinea (Shaw 1989, Tattar et al., 1994); Puerto Rico (Tattar et al.,1994; Tattar & Wier 2002; Wier et el.,1999).
Especímenes examinados: Sobre Rhizophora mangle, Provincia Monte Cristi, Parque Nacional Monte Cristi, 26-II-2015, Omar Paíno Perdomo y Virgilio Miniño OPP-1916 (JBSD).
Comentarios: La especie es de fácil reconocimiento en el campo por la intensidad del amarillo anaranjado de los cirros o hilos. Estos alcanzan una longitud mayor a 6 mm. Picnidios 0.5-1 mm de alto x 1.5-1.8 mm diámetro, numerosos, subcorticoides, solitarios, agregados, marrón, coriáceos, ostiolados. Conidios 3-5 (-6) x 1.1
1.5 micras, alantoides, elipsoides a cilíndricos, las medidas de los conidios de nuestros especímenes corresponden con la descripción de Kohlmeyer y Kohlmeyer (1971). Se reporta por primera vez la nanoornamentación de la superficie de los cirros. Los especímenes fueron depositados en el herbario Jardín Botánico de Santo Domingo de la República Dominicana.
Los manglares de la República Dominicana han sido el foco de numerosas investigaciones, sobre ecología y productividad del mangle, edad del manglar, diversidad de la flora de especies de mangle, diversidad de la flora de árboles terrestres cercanos. Sin embargo, ningún estudio se ha enfocado en el estudio de la micobiota marina asociada.
La geografía juega un papel importante en la diversidad de hongos presentes en el mangle, esa especie solo ha sido observada en el Parque Nacional Monte Cristi. La presencia en el mangle se debe por acción física de cortes realizados por los pescadores. Sin embargo, en las otras áreas protegidas estudiadas no se observó su presencia. En el Parque Nacional Los Haitises y el Parque Nacional Jaragua, las poblaciones de mangle están muy conservadas, lo cual ofrece una desventaja para el crecimiento de esta especie parásita.
En general, la biodiversidad de la micobiota marina en la isla La Hispaniola ha sido poco estudiada, en comparación con otros países o regiones tropicales, tales como Cuba (Samón-Legra & Enríquez Lavandera 2010); Puerto Rico (Wier et al., 2000), Tattar & Wier 2002); Estados Unidos (Wagner-Merner 1972; Kohlmeyer, 1975; Koehn, 1979; Kohlmeyer & Kohlmeyer 1979, Kohlmeyer & VolkmannKohlmeyer 1997, Kohlmeyer et al., 2004); Sudáfrica (Steinke 2000); Egipto (Abdel-Wahab 2005); México (González, Hanlin & Ulloa, 1998; González et al., 2001, 2007); Malasia (Jones & Kuthubutheen 1990; Sundari, Vikineswary, Yusoff & Jones, 1996); y la India (Prasannarai & Sridhar 2001; Ananda & Sridhar 2004; Nambiar & Raveendran 2008).
La micobiota marina dominicana está por recibir mayores aportes sobre los hongos marinos, con el proyecto Hongos marinos en dos playas de la República Dominicana. Este es el primer estudio sobre hongos marinos que se realiza en el país, y con este reporte se ha evidenciado la necesidad de nuevas investigaciones para contribuir al conocimiento de la biodiversidad marina en manglares, arrecifes, etc., nunca antes inventariados.
Los escenarios climáticos permiten una primera aproximación a los posibles impactos del cambio climático. En la República Dominicana los escenarios de cambio climático no se alejan de los escenarios proyectados para la región del Caribe. Así, en sentido general se proyecta para los próximos 50 a 100 años: a) aumento de la temperatura del aire, b) ascenso del nivel del mar, c) aumento en la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos, y d) disminución de la precipitación (Sánchez, 2008).
De acuerdo a las predicciones futuras sobre el cambio climático los ecosistemas costeros y marinos del país (playas, manglares, arrecifes coralinos, praderas marinas y humedales costeros) serán afectados de manera significativa. Estas alteraciones van a incidir directamente en la ecología de los hongos marinos e incrementará la fitopatología, epidemiología y distribución de Cytospora rhizophorae en otras poblaciones de mangles.
Se sugiere profundizar en las investigaciones sobre ecosistemas marinos de acuerdo al decreto No. 103 d/f 11/06/87, en su artículo 1, el cual declara de alto interés nacional la protección y rehabilitación del litoral e islas adyacentes en toda la República Dominicana. Esta especie debe ser objeto de preocupación del Viceministerio de Recursos Costeros y Marinos, del Consejo Nacional de Pesca (CODOPESCA), del Instituto de Investigaciones en Biología Marina (CIBIMA) y del Acuario Nacional; para conocer su biogeografía e incidencia sobre otras especies de mangle en el país, y evitar su dispersión en otros ecosistemas de mangle que se encuentran sanos.
4. Agradecimientos
Al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales por concedernos el permiso correspondiente para la realización de la investigación, a la División de Investigación Emprendimiento e Innovación del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), por el financiamiento otorgado, a Juan Carlos Millord por la cartografía, y a Manfred Ruppel de la Unidad de Microscopia Electrónica de la Universidad de Frankurt del Meno (Alemania).
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